—Sí, claro…un accidente —respondió, se dio la vuelta y se fue por el pasillo perdiéndose entre el bullicio de la gente.
Esto era peligroso, miraba mi mano como si lo que hubiera tocado fuese el mismo cielo. Si, era un peligro, ella era todo lo que yo buscaba en una persona, algo que descifrar, algo que admirar, algo que anhelar, ¿Cómo podía ser posible, que alguien cumpliera todas tus expectativas en un solo segundo?
¿Quién era ella? Diablos. Acabo de terminar con una relación que no duro nada mas que cinco minutos, y ahora me encuentro atrapada en un por de ojos color arena, o ¿eran color miel? En realidad parecían dos gemas llenas de un fuego ardiente, capaces de quemarlo todo, llevando consigo todos lo secretos del mundo.
¿Por qué estaba sintiéndome asi?
Un golpe de realidad llego hasta mi cuando alguien más tropezó conmigo, —Lo siento, discúlpeme—repetía preocupada la persona a mi lado.
—No se preocupe. Siga usted.
Volvía mirar en la dirección donde ella se perdió, y a mi alrededor no queda más que un vacío inexplicable, una sensación de haberlo perdido todo con su ausencia. Era un completo desastre, estaba saliendo de una y ya quería meterme en otras. El bucio me envolvió y el abarrotamiento de gente llenaba el lugar de risas y voces.
Me concentre en lo que tenía enfrente, a menos eso intentaba. Avance distraída, perdida en esos pensamientos invasores, perturbadores y obsesivos que por enésima vez está teniendo, descifrando si aquello significaba algo. Desde que era niña he creído en el destino y que algunas cosas están destinadas a suceder por alguna razón.
Mi madre me dijo una vez, que cuando conoció a papá, sintió una conexión casi indescifrable, lo único en lo que pensaba era en verlo, tocarlo, atraparlo y jamás soltarlo, que cuando lo vio sintió que compartiría la vida junto a él, y asi sucedió, hoy llevan más de treinta años de casados, lo decreto y lo tuvo.
¿Esto era igual?
Pero, ¿desde cuando me gustan las chicas?
«El amor es amor, no importa de donde venga» las palabras de mi madre vinieron a mi como una esperanza para creer que no estaba volviendo a caer en la locura, que esto si era distinto.
Antes de que pudiera pensar en mas cosas, y me confundiera más, me gire en sentido contrario y empecé avanzar, caminando ahora sin un rumbo, ya hasta había olvidado completamente a que es a lo que venía, la mezcla de pensamientos ilógicos con los lógicos estaba batallando dentro de mi mente, y los ilógico empezaba a ganar la batalla.
Me conocía perfectamente, sabía que no dejaría que las cosas se quedaran asi. Algo dentro de mí se encendido y estaba empezando a cavilar en mi como hacer para encontrarla. Redes sociales. Detectives. Amigos en común. Bien ya me estaba llenado de pensamiento obsesivos. Pero el vacío se sentía casi demencial y necesitaba llenarlo, necesitaba saciarlo y la única era ella.
Su sola mirada era enigmática, misteriosa y al mismo tiempo pasajera. La chica me había dejado helada, pasmada y perturbada de la forma más placentera, alimentando mi lado curioso y determinado. Quería dejar de pensar, pero sus ojos en mi mente no lo permitían, además estaba eso otro. Esa pequeña chispa que compartimos.
—Oyes niña, — siento que me tocan el hombro y vuelvo a la realidad en un salto, —¿Qué sucede? —pregunta una de las chicas que acaba de llegar.
—Nada. nada. —trato de sonar convincente, pero creo que soy muy transparente para intentar ocultarlo. —¿por qué me miran así? —, evado sus miradas y empiezo avanzar.
—¿Paso algo, acaso? —pregunta mi amiga, que camina detrás de mí. Mierda.
—Nada, no ha pasado nada. —respondo con firmeza, si les digo lo que sucedió, se burlarán de mí, y me dirán que ya volví con mi cuentos extraños.
Hace tiempo tuve un sueño, donde conocía a una persona y esta persona tenia atado un hilo rojo en el corazón que se unía al mío, pero, después era cortado por una densa oscuridad que la cubría por completo, haciéndola desaparecer de mi vista, y dejándome con un dolor insoportable en el pecho. Esa noche desperté gritando, por que el sueño se sintió tan real. Que me dolía el corazón.
Indague en el significado, y supe que el hilo rojo simboliza la unión de dos almas que están destinadas a estar juntas para amarse la una a la otra, entonces supe que esa persona seria mi alma gemela, mi destinada y que si no la encontraba a tiempo caería en un abismo que la consumiría por toda la eternidad, sin la posibilidad de ser amada con intensidad.
Me obsesione tanto con ellos, que me dedique aceptar a toda aquella persona que se acercaba a coquetear conmigo, esperando que algo sucediera y me dijera que era la correcta, pero nada ha sucedido, nada fuera de lo normal y lo simple.
¿Espera, y si esta es la señal? No, no, no. olvídalo Akira olvídalo ya.
—Vamos Akira. Esa mirada no es de nada. —me observa detenidamente, siento sus filosos ojos analizándome, —Mira nada más, ese brillo ha vuelto a tus ojos.
—Creo que ahora si la he encontrado —digo en un susurro casi inaudible, esperando que ninguna de las dos lo haya escuchado.
—¿Qué cosa? —Emili rompe el silencio que había sostenido desde que me encontraron, y su curiosidad era perceptible por que ahora caminaba de espalda y enfrente de mí.
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Editado: 14.07.2025