La Elegida: Secretos de una Vida Oculta

Capítulo 4: CLEO

Cuando salgo de la plaza, esas sensaciones que estaba torturando mi cuerpo han desaparecido completamente. Y la mente la tengo invadida por una sola cosa; un par de ojos azules tan brillantes como la gemas más preciosa. El dolor y el cansancio pasan a segundo plano cuando lo único que quiero es descifrar lo que ha ocurrido en esa plaza.

Camino hasta mi motocicleta, y el motor ronronea cuando lo enciendo; el pecho lo siento comprimido, la cabeza me late como si fuera un corazón y me respiración es pausada y agobiante. Giro el acelerador y me olvido de ponerme el casco. El único deseo que tengo es irme a casa.

Siento el aire chocar con mi rostro y todo malestar y pensamiento absurdo se disipa, me dentro en el las interminables filas de luces rosas que se despliegan frente a mí y esquivo cada automóvil con destreza y agilidad.

Lo primero que hice cuando tuve la oportunidad, fue con aprender a conducir una motocicleta. He amado la sensación que invade mi cuerpo cuando corro a toda velocidad. Sentir el viento golpear el rostro cuando vas en sentido contrario es un bálsamo para mi ansiedad, sentir la libertad de pertenecerle a mi moto y yo a ella, es uno de mis placeres favoritos.

El motor ruge debajo de mí, y el paisaje blanco de la nieve cubre las montañas de árboles me recibe cuando me adentro en el bosque en busca de paz, tranquilidad y quietud. Me dirijo al sendero que siempre tomo para llegar al lugar que descubrí un día cuando me sentía en esta misma situación, a lo alto de la montaña más allá del bosque había un risco preciosísimo cubierto de las flores más bellas y únicas del todo el mundo, las Edelweiss.

Cuando las descubrí en lo alto de este risco, investigue sobre ellas porque se me hicieron muy especiales, y resulto ser que son un emblema nacional en Austria, su significado está relacionado con la amistad y los recuerdos más puros.

Por alguna razón ese lugar a lo alto de la montaña, con el viento frio golpeando mi rostro y el cielo extendiéndose infinitamente sobre mí, me hace sentir aliviada y en paz, además de estar rodeada de esa sutil fragancia que sueltan las flores, me calman y me mantienen tranquila. Desde esta altura, la ciudad se despliega como un tapiz vibrante y detallado a mis pies. Las luces parpadeantes de los edificios y las calles parecen estrellas terrestres, creando un contraste fascinante con la naturaleza que me rodea.

Cada sonido de la ciudad, desde el murmullo del tráfico hasta el eco distante de las sirenas, llega amortiguado, como si estuviera observando una película en silencio. El aire es más puro y cada respiración se siente revitalizante.

Hay una paz profunda, una desconexión del bullicio, que me permite reflexionar y encontrar claridad. Con el aire fríos entrando a mis pulmones y traspasar mi chaqueta de cuero, por una extraña razón me reconforta y me hace sentir viva.

Me siento sobre el sillín de mi moto, y miro las parpadeante luces de la ciudad; vuelvo a revivir los acontecimientos del día de hoy, y a mi mente viene el nombre de Demian, en su insistencia para estar conmigo y en todas las formas cruel con las que lo rechace.

Hay una sola pregunta rondando en mi cabeza sobre eso: ¿Por qué no puedo verlo de otra forma?, esta sensación de estar todo el tiempo enfadada con el sin sentido me confunde, ¿lo odio? no, no lo hago. ¿me cae mal? tampoco lo hace, es más creo que es un gran chico. Pero, solo tenerlo cerca me descontrola, me altera de una forma extraña que me hace perder los sentidos. Y el enojo, ira, decepción, frustración son lo único que puedo sentir cuando lo tengo enfrente, y no entiendo por qué.

Nada de eso tiene sentido cuando lo pienso detenidamente, no es alguien que me haya dañado, o me haya hecho algo imperdonable, en realidad nunca me he dado el tiempo de conocerlo, de indagar en él, en su historia, en su forma de ser con otras personas, lo cierto es que no lo conozco para nada, lo único que puedo decir de Demian es que es el heredero de la familia más acaudalada de todo Moor.

Creo haberlo visto un par de veces en la universidad, pero apenas y hemos interactuado como dos personas normales; solo le doy prioridad a mis cosas, mis tareas, proyectos, clases y amigos, que el resto pasa a ser nada.

Pero con él, y esa forma tan insistente de quererme, me causa un poco de… no se ni como describirlo, más sin embargo, en medio de todos esos confusos sentimientos hay una traición que me hace alejarlo, ¿Demian me ha traicionado? No, nunca lo ha hecho. ¿Cómo puedes traicionar a alguien que no te deja formar parte de tu vida? Aun asi, eso es lo que siento, siento que Demian me debe mucho en la vida.

La pregunta es: ¿Qué es lo que me debe Demian a mí?

Y, ahora esta ella. La chica que nunca en la vida había visto y que me ha dejado cautivada, atontada, y embriagada con su presencia. Sus ojos tan inocentes pero curiosos, su mirada suave, dulce, delicada y amable no salen de mi memoria. Me derretí ante esos profundo ojos azules, ante su melena rubia; que le caía en casadas por la espalda, en su fragancia tan suave y sutil, que me calmaron enseguida.

Cada emoción que perturbaba mis pensamientos, se fueron tan pronto sentí su tacto cálido y sueve sobre mi piel, jamás había experimentado algo asi, fue extraño, pero al mismo tiempo reconfortante. Se sentía como ese espacio en el que solo yo pertenezco, en el que me siento segura y en paz. A mi risco de Edel.

Quise ocultarme en sus brazos, aspirar cada partícula de su delicado aroma; que me recordaban a esas flores que son mis favoritas, su fragancia sutil y fresca, evocando la pureza de las montañas donde crecen, eso me hizo imaginar un aire limpio y frio, con aquellos toques herbales y una ligera nota floral que te hace recordar la nieve recién caída; estar cerca de ella se sentía igual de fresca, cálida y llena de paz que mi ligar favorito en las montañas.




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