Ya ha pasado una semana desde el día que mi padre se presentó ante mí. En la manada todos lo recibieron con alegría, fue como rayo de sol ante la tormenta. Ahora entiendo cuán importante era mi padre para la manada Luna Negra. Durante su liderazgo fue un alfa realmente justo, servicial y de un carácter lleno de amor. Todos estábamos más que felices de que estuviera sano y salvo.
Durante ese tiempo nos pusimos al corriente, y me conto la verdadera razón por la que tuvo que alejarse, y desaparecer de mi vida y la de mi madre. Por eso dejo esos diarios. El don de mi padre, no me lo quiso decir, pero lo que si me dijo es que él sabía que yo llegaría a su vida y a la de mi madre.
Los entrenamientos han sido arduos y muy pesados, peleas cuerpo a cuerpo, manejo de armas, transformación en combate, y con eso ya he logrado a menorar el tiempo de cambio; también he empezado a canaliza mi poder, pero no es suficiente. Mi padre sigue insistiendo en que debo ir por Akira, y empiezo a pensar que es lo mejor, no rindo lo mismo, estoy todo el día pensando en ella.
Quiero salir corriendo, traerla y encerrarla en mi habitación, no precisamente para dormir.
—¡Vamos Cleo, golpea más fuerte! — me grita mi padre, mientras Dhar se viene sobre mí.
Me pongo a la defensiva y bloqueo su ataque. Me volteo velozmente y corro en su dirección dando un salto y en el aire llamo a mi lobo donde cambiamos antes de aterrizar sobre él.
Mi padre se ríe, y dar también hace lo mismo. Me alejo de mi beta y los observo por un momento, antes de girar he irme de la sala de entrenamiento.
—¡Oye jovencita! — grita mi padres a mi espalda, —¿Dónde crees que vas?
Sigo caminando hacia la puerta de salida, —Me voy, estoy exhausta. Por hoy terminamos con el entrenamiento. Y, es una orden de su alfa. — les digo a través de la conexión.
Escucho a ambos reírse. No he disfrutado tanto la risa de alguien como la de mi padre en ese momento. —¡Bien, alfa!, —ambos gritan.
Salgo y me voy en busca de las escaleras que me llevan al segundo piso, cuando llego a la puerta de mi habitación, vuelvo a mi forma humana. Giro la perilla y me adentro en el lugar. Mis músculos se sienten tensos, adoloridos y los ojos me pesan por el cansancio, quiero descansar y dormir un poco, pero el sudor de mi cuerpo me hace caminar hasta la habitación de baño.
Minutos después salgo totalmente desnuda, con agua cubriendo mi cuerpo y me tumbo en la cama. Apenas toco la suave sabana que cubre el colchón, me los brazos de Morfeo me reciben en pocos segundos.
Creo fueron horas las que pasaron. La brisa invernal corta mi rostro como un cuchillo, dejando un rastro de escalofríos en mi espalda, el frio penetra en mis huesos, haciéndome sentir como si estuviera envuelta en una capa de hielo, la piel de mis brazos se eriza bajo el contacto con la nieve, como si estuviera tratando de protegerse del invierno.
El silencio del bosque es roto por el crujido constante de ramas y susurros de hojas cayendo al suelo, el viento susurra a través de los árboles, creando un murmullo constante que perece una canción melancólica llena de tristeza, el cielo nocturno estaba cubierto de estrellas como diamantes dispersos en la oscuridad.
Parpadeo un par de veces antes de despertar por completo y ver que estoy en medio del bosque.
—¡Corran, corran! —, escucho gritos provenir de las profundidades del bosque y acercarse en mi dirección.
Un grupo de personas surge detrás de los árboles y pasan a mi lado sin percatarse de mi presencia. Me hago hacia un lado, para dejar que pasen. Quiero hablar, pero las palabras no salen de mi boca.
Veo a la personas y sus rostro están asustados. Corren despavoridos, y miran hacia atrás como si alguien los estuviera siguiendo.
—¡Sigan corriendo, no se detengan hasta que lleguen a la frontera, salgan de Moor, y aléjense lo más que puedan! —, me quedo inmóvil cuando escucho la voz de esa persona.
—Pero Meredith, ¿Tú no te iras? —, le alega alguien.
—Sí me iré, pero no puedo dejar solo a nuestro guardián, debo ayudarlo a terminar con Evans. Ustedes váyanse. Yo iré justo detrás de ustedes. — les dice ella, y se vuelve por el mismo lugar.
La persona que hablaba con ella se queda con la palabra en la boca y la ve marcharse hacia dirección contraria. Mis pies se mueven solos, y corro detrás de ella, acelero el paso, corro con todo para alcanzarla. Mientras me acerco más y más a ella, siento que el corazón se quiere salir de mi pecho.
Escuchar su voz, ver su rostro, sentir su fragante aroma, todo lo que emana de ella, es el de mi madre. ¿Cómo es posible que ella este aquí?, la he visto morir, la he enterrado, ¿Cómo puede ella estar aquí?
«Esto debe ser un sueño. No encuentro otra explicación»
La sigo a través del bosque. Un olor putrefacto traviesa mi agudo olfato, y me quedo helada cuando veo la escena frente a mí. Hay cuerpos de lobos totalmente despedazados e híbridos rodeando todo el lugar como si resguardaran algo, mi ma… Meredith avanza hacia ellos sin mirar a atrás. Sigo avanzando, camino casi a la par con ella.
Nos detenemos cuando algo cruje detrás de nosotros, la silueta de una persona avanza lentamente hacia nuestra posición, por instinto ambas nos ponemos a la defensiva, pero frunzo el ceño porque ella, ellos, todos singuen sin notarme.
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Editado: 26.11.2025