La emperatriz Mizuki

PETICION

¡Hi! ¡Hello! 

Buenas con tod@s UwU

Volviendo despues de casi una semana de auscencia, Im sorry ;-;

Se que nadie querra saber la razon de mi retraso, pero igual quiero decirlo ¿:D?

Veran, tengo otro libro (lo pueden encontrar en mi perfil) donde publico un capitulo mensualmente. Este mes se supone que deberia de publicar dos capitulos por un retraso de febrero, por lo que me concentre a full para terminarlos.

El problema fue que me concentre tanto en ese, que al de Mizuki no pude editarlo.

Y bueno, aqui tienen el capitulo con casi una semana de retraso T-T

Aun asi me siento mal 7-7

Todavia no puedo terminar de escribir "Secretos de la nobleza" por que resulto ser muy autocritica con lo que escribo.

Lo siento si les incomoda mi medio confesion)? pero tenia que darles una explicacion de mi ausencia. Ustedes son mis lectores y se merecen respeto U-U

...

Bueno, dejando eso de lado...

¡Disfruten del capitulo!

Preparen sus teorias~

Nos leemos pronto <3

Lis_Dives

 

PD: Cofcofcofspamcofcofcof

Si quieren ver dibujos sobres los personajes, pueden ir a verlos en Instagram UwU

Por ahora se encuentran los de "Secretos de la nobleza" y "La emperatriz Mizuki", pero poco a poco nuevos personajes apareceran~

 

 

--------------------------------------------------------------

 

El desayuno transcurría con normalidad, igual a como lo recordaba. 

Padre comía en silencio, escuchando con atención a mis hermanos. Mi par de hermanos mellizos mayores, Itsuki y Natsuki, conversaban con papá sobre el colegio. Yo, como siempre, me encontraba silenciosa, sin tener tema de conversación. Y, por último, Hikari, mi hermana menor de tan solo cuatro años, desayunaba canturreando. 

Todo sucedía como en mi vida pasada. 

No había ningún cambio, y eso me preocupaba. 

 

—Mizuki ¿me pasas pan? 

 

Hikari estiraba sus manos. Era muy tierno ver como insistía en alcanzar con sus pequeños brazos la canasta de pan. Al ver que no conseguía alcanzarlos, volteaba a mirarme, como un cachorrito, suplicando nuevamente. 

 

—Mizuki, pásale el pan. 

 

La voz ronca de mi padre se hizo escuchar por toda la mesa. 

Obedientemente, asentí, agarrando la canasta. 

Bueno, yo y mis dos hermanos mayores. 

 

—Mizuki, no te preocupes, yo se lo puedo pasar. 

—No, padre me ordeno dárselo. 

—Mizuki, déjalo, Natsuki quiere... 

—Itsuki ¿Por qué estas de su lado? 

—Itsuki es mi mellizo ¿Qué esperabas? Me quiere mucho 

—Te tolero, no te quiero. 

—¡Eh! ¿Por qué eres así? 

—Suelten el canasto, padre dijo que yo... 

—No, ¡El pan es mío! 

 

—Detengan su pelea ahora. 

 

Mis dos hermanos se petrificaron. Ambos se mostraban preocupados. Sin demorar mucho, Itsuki se sentó, serio como siempre; Natsuki fue un poco más escandaloso, tropezando y riendo nerviosamente a medida que se sentaba. 

 

—Mizuki, alcanza pan a tu hermana. 

 

Volví a asentir, entregando a las pequeñas manos de Hikari un trozo grande de su ansiado pan. 

Ella sonrió de oreja a oreja, contenta. 

Parecía un tierno conejo. 

 

“¿Cuánto tiempo paso desde la última vez que tuve una comida en familia?” 

 

Sonreí triste. Toda mi vida anterior los había evitado. No a propósito, pero, como candidata a prometida del príncipe heredero debía demostrar que era apta y capaz de cargar con el peso de ser la madre del Imperio. 

Siempre estudiando, evitándolos, esforzándome cada día sin descanso. 

Al final, todo ese esfuerzo valió poco. Había muerto y ahora estaba de nuevo comenzando todo de cero. 

Esta vez debía cambiar las cosas a como de lugar. Esta vez me aseguraría de recuperar todo lo perdido en mi vida anterior. 

Pero primero debía de ocuparme del problema mayor. 

El compromiso con Rei.  

Observe a mi padre. Su semblante se mantenía serio. Normalmente siempre estaba con aquel rostro neutro, igual que los otros duques del Imperio. Indiferente a las conversaciones que teníamos, solo se mostraba interesado en los temas políticos que involucraran al ducado. No era que fuera un mal padre. Siempre estaba preocupado por nosotros. Si necesitábamos algo, él nos daba. Si lo necesitábamos, él nos acompañaba. Mi padre no era una mala persona, pero, él no sabía cómo demostrar cariño. 

El trataba de demostrar su amor a través de regalos y su presencia, pero nunca nos había dado un abrazo o siquiera un beso en la frente antes de ir a dormir. 

 

“¿Como podría decirle?” 

 

Según recordaba, papa se encontraba atrasando el encuentro entre yo y Rei. En mi vida anterior había creído que era tal vez porque papá desconfiaba de mis aptitudes. El tal vez no me veía apta para tomar el título de emperatriz. En repetidas ocasiones el rechazaba el encuentro y eso me molestaba. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.