La Empleada del Dios del Amor

Sí las paredes hablaran

— ¡ No hay peor ciego que quien no quiere ver —! . Balbucea la empleada tomando nota en su cuaderno de notas  las interpretaciones que podía darle al discurso tan lamentable que daba el Dios Eros .  
 

— No es cierto que nos enamoramos sin querer , que era algo que ocurrió de manera inevitable .  En realidad nos enamoramos por qué hemos querido desde un principio ser amado . No cualquiera puede venir y decirte oye tú ven y entrégame lo más preciado que tienes y uno esté dispuesto a dárselo así de simple . El amor es algo valioso que no le ponemos en manos de todo el mundo. 
 

La empleada en su reflexión comenzó a decir .— Pues el amor así como nos hace fuerte , también nos vuelve vulnerable y todos sabemos que nunca quisiéramos que alguien nos hiciera daño , y cuánto podemos , cubrimos nuestros miedos y debilidades para que nadie sea capaz de provocarnos ningún dolor .
 

Eros asiente con la cabeza y se pasea por la habitación un momento. Hace aparecer una de sus flechas , la visualiza y con la punta de esta se la clava en la palma de su mano izquierda . Enseguida la herida comienza a sangrar .
 

— El peor dolor que existe es el dolor interno—. explicaba Eros a su empleada . — A una herida externa tu la haces cicatrizar , la vendas , la desinfectas manteniendole libre de toda impureza y le brindas los cuidados necesario para que pronto sea curada . 
 

Eros se pasa la mano ensangrentada por su desnudo pecho y su herida en la mano desaparece . A parte algo también pasa . La sangre en su pecho se evapora como si su piel ardiera  y de igual modo se esfuma .
 

La empleada visualiza  todo sin moverse  de su asiento con cierta curiosidad y  temor. En esa habitación amplia y luminosa , se encontraba sentada en un mueble negro  en todo el centro de la sala que contrastaba con esos colores pasteles de las paredes y los demás inmuebles de la habitación . Es como si el propio Dios le marcaba su territorio y le hacía entender sin palabras que era una intrusa allí , una invitada que despachaba cuando quisiera  .  
 

¿ Cuántas veces había estado allí y aún seguía sin sentirse del todo cómoda ?. Es que será que ese lugar tenía su lado mágico y turbio a la vez . Puede que en ese espacio haya un mensaje oculto detrás de las paredes .
 

Seguramente sí las paredes hablaran le advertirian que saliera de allí para no volver jamás . 

Eros la miró divagar en sus pensamientos. Sus ojos chispearon y sus labios se curvaron en una minuscula sonrisa que  intentó tapar con el dorso de la mano con disimulo , cómo limpiandose el sudor que resbalaba del puente de su nariz .  

Es imposible que ese Dios tan guapo sudara , parecía rayo de sol con esa piel morena que se tornaba dorada al reflejo de las luces , los ojos rosados acunados por largas pestañas albinas  y su cabello de plata que  se mantenía con unos pinchos estático  como si se vieran expuestos a una clase de corriente eléctrica .

La empleada volvió a fijar su mirada en Eros con preocupación al notar que este se había interrumpido. 
 

— Pero para una herida interna no hay remedio , la única cura para el alma es el amor —. Eros retomó su charla  sin tomarle importancia a su mirada interrogatoria .— Y no hablamos de un amor proveniente de alguien externo , debe ser el amor que nos tenemos por nosotros mismos .Con solo ese amor somos libres . Pero aunque podemos vivir en soledad ,  no estamos completos , nos agobiaria la tristeza  y sentiremos la inevitable necesidad de tener a alguien por compañía  . Necesidad innata de ustedes los seres humanos . Imperfectos y dependientes .
 

La empleada carraspeó y preguntó con cinismo .
 

—¿ Si fuéramos perfectos como usted Dios Eros no buscaríamos de esa otra parte cierto ? 

— ¡ Exacto!  —. dice Eros con sus aires de grandeza . 

—Yo no necesito de alguien porque soy un ente divino.  Y conmigo es más que suficiente . 

— ¡ Mentiras y más mentiras ! ¿ Pero entonces que me dice de su historia con Psique Dios , acaso es todo un mito ? ¿ O usted se la inventó para pasar el rato ? .
Eros pone sus ojos de fuego y enfrenta la mirada retadora de la joven . 

— Parece que conoces parte de mi historia ...

— Parte no , conozco la historia . 

— Te equivocas humana , hay cosas que jamás fueron reveladas de mi boca desde un principio , los historiadores como siempre cuentan la historia a su conveniencia  .

— Uyyyyy me pica la curiosidad ,  soy toda oídos . ¿ No quiere usted tener una empleada que maneje como se debe la información o sí ?  —. Se remueve la joven empleada en su asiento y sus ojos brillan como dos faroles en la noche .
 

Eros niega con la cabeza y responde— Nunca te revelaré nada . 

La empleada suspira y sonríe sin reparo  . 
 

El Dios frunce su entrecejo. — ! Pero veamos en cambio que sabes tú sobre mí ! . 

La empleada asiente con la cabeza y con un encojimiento de hombros comienza su relato  con cierta exageración en la voz y gestos en las manos para darle según ella más resalte . 
 

— Había una vez una mujer  muy , pero muy , muy bella , tan bella que sobrepasaba los límites de esta realidad . 

En esta parte la empleada se tocó varias veces la cara y después hizo ademán de que iba a  fallecer .
 

— Cuyos hombres no pedían su mano en matrimonio por qué no se sentían suficiente para ella— . La empleada hace un mohin y le guiña un ojo a Eros . 
 

—Sus dos hermanas mayores se habían casado y ella estaba desilucionada , porque pese a tener  admiradores que viajaban de todas partes del mundo para verla , ninguno se atrevía a pedirla en matrimonio , y su padre el rey aún más preocupado  , pide un oráculo para encontrarle marido lo más pronto posible —. Carraspeó y tosió un par de veces y procedió .— Un marido adecuado a su hija menor  ...
La empleada ya ronca se interrumpe y susurra . —Lo intenté pero ya no puedo seguir  imitando tu voz— . Se echa a reír y con sorna procede a seguir contando la historia normalmente  , ignorando el tic nervioso del ojo de Eros y la vena sobresaliente en su cuello . 
 




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