Alba residía con su esposo Marcus en uno de los tantas casas que este tenía por propiedad . No por algo lo llamaban el gran tenedor de viviendas de la zona y cuyo poder era gigantesco como agente y asesor inmobiliario haciéndole competencia a una de las tantas empresas inmobiliarias del país .
Marcus no era guapo de apariencia , de cara cuadrada , nariz aguileña , ojos caídos de un tono azul oscuro , único rasgo en él que podía hacer acto de mención ante la mujeres . Es de cejas espesas color azabache como su cabello negro y lacio que frecuenta peinar a un lado con mucho gel . Muy poco se le veía sonreír , su boca se mantenía fina en una línea recta , pero cuando sonreía sacaba a relucir su resplandeciente y blanca dentadura .
Alba amaba a su esposo , ese hombre de carácter fuerte e intransigente que podía amoldar cuando ella también ponía sus ojos de fuego . Al principio de su matrimonio era una sumisa ama de casa de diecinueve años , pero ya para su cuarto año de casados había aprendido la profesión de su esposo y lo ayudaba en su negocio desde hace un año como asesora de ventas .
Su esposo casi le doblaba en edad con sus treinta y seis años , y a diferencia de ella esté tiene una vida llena de experiencias tanto en ámbito profesional como amoroso y Alba contaba como experiencia solo lo que él le había enseñado .
Para el segundo semestre Alba había comenzado a sospechar de una infidelidad por parte de su esposo .
Marcus llegaba a casa con un olor dulce a perfume de mujer tan penetrante para no poder ser ignorado y sin embargo ella intentaba acallar su voz interior diciendo que todo estaba bien y se afanaba en lavarle la ropa con esfuerzo , sin lograr nunca desprenderle por completo esa esencia que le revolvía el estómago. Siguieron las noches frías acumulándose y Marcus por las noches se rehusaba a tocarla y hacerle el amor.
Marcus su primer amor y jefe en el negocio . Dependía tanto de él, emocional como económicamente qué su miedo de que algún día la dejara por otra terminó por paralizarle , al principio buscaba reparar la grieta que se había abierto en su matrimonio pero por más atención que le prodigaba a Marcus , el trabajo se convirtió en el principal pretexto para evadirla y dejarle a un lado .
Las llamadas telefónicas , las notificaciones por las redes sociales , correos electrónicos , las reuniones con clientes y los eventos a asistir , era como ir en una carrera constante a rutas diferentes que los distanciaba .
Alimentando su frustración , la mayor parte del tiempo Alba no sabía dónde se encontraba Marcus y en vista de la situación buscó pagarle a un investigador privado para que le siguiera el rastro que ni siendo su esposa podía seguir .
Entre tanto Alba comenzó a ilustrarse , ahorraba dinero en su propia cuenta e invirtió en su propio edificio residencial .
La jóvencita ingenua que se casó con Marcus se estaba convirtiendo en una mujer madura e independiente . Transformación necesaria para adaptarse a los cambios que su vida estaba teniendo.
El primer reporte que le entregó el detective , no calmó sus dudas , al contrario dió por entender que su esposo se relacionaba con tantas mujeres , entre clientas y colegas de trabajo que era como buscar una aguja en un pajar .
Talvez estaba convirtiéndose en una neurótica y lo que presentía no eran más que cosas imaginarias y con este pensamiento agradeciendo al detective dejaría de prescindir de sus servicios .
Ese día en el qué celebrarían su aniversario de bodas el tiempo le daría la razón a sus presentimientos .
Alba clasificando la ropa que lavaria esa mañana , encontró en una camisa de Marcus manchas de un labial morado al reverso . Ella no usa jamás labial de ese color e instintivamente buscó encontrarse con algo más registrando en el bolsillo del saco que uso en conjunto con esa camisa . Sus dedos rozaron una tarjeta de presentación que al reverso tenía un beso con labial morado y la dirección de un sitio que conocía , lo que terminó por desembocar todo su averción .
Agarró las llaves de su auto , su cartera y salió de su casa cómo alma que la lleva el diablo .
Se dirigió a aquella dirección y al llegar , todo estaba claro. Divisó aparcado a un lado de la casa el auto de Marcus .
Su mente maquiavélica despertó y lo llamó al teléfono dos veces . La primera cayó en la contestadora y la segunda al quinto tono Marcus contestó .
— Aló cariño ahorita no puedo contestar , estoy en una junta importante .
— SÍ ! ¿ Y dónde en la casa de tú amante ? .
— ¿ cómo dices ? — Se sorprendió Marcus y Alba cortó sin mediar otra palabra.
No necesitó más pruebas que esa.
Alba observó la casa antes de partir , con la moral por el piso , pero su dignidad por las nubes .
Jamás se lo perdonaría a Marcus y tampoco se permitiría volver a ser tan ingenua.
Esa había sido la última casa que habían vendido junto a su esposo . La adquisidora del inmueble es una chica rubia de esplendorosa belleza y ojos turquesas . Según la presentación dada aquél día , la mujer es modista y también recuerda otra cosa de mucha más relevancia , esa mujer desprendía un alto grado de lujuria y sensualidad .
¿Cómo no se dió cuenta antes ? . Era peligro inminente y aún así dejó a su esposo en varias ocasiones a solas con ella .
Tampoco es que iba a estar detrás cuidándole el trasero a Marcus , pero fué tan descuidada . Ningún espectáculo de celos le dió a su esposo ni una vez teniendo alrededor tantas mujeres con las que debía compartir a diario , ya con solo ese hecho debió agudizar sus sentidos y mantenerse alerta desde un principio marcando su territorio .Y es que Marcus parecía de piedra , inmune a los encantos femeninos , con todos tenía el mismo comportamiento discriminatorio , egoísta , altanero , engreído , un idiota en todo el sentido de la palabra , un idiota con todos menos con ella y pensó que sería especial a sus ojos , que jamás podría serle infiel , que la amaba y veneraba como una reina .