La Empleada del Dios del Amor

El trato que sellaría su destino.

Alba secó sus lágrimas con brusquedad como si estás fueran capaz de detener las lágrimas venideras. La hinchazón de sus párpados y ojos rojos mostraban la noche en vela que en llanto había pasado y amigos no tenía para que la consolaran y familiares muy lejos.
 

Solo se tenía así misma , razón por la cual le pegó más la verdad y la cruel realidad de que a partir de ahora volvería a estar sola . 
 

<< ¿ Cómo hacen los hombres para venir con su cara muy lavada después de tener sexo con otra persona ? Como pueden venir a acostarse en la misma cama que tú y dormir plácidamente teniendote  al lado ? >> . Pensó .
 

Se secó la cara con el suéter desteñino que cargaba puesto y levantándose de su cama con ímpetu , recorrió su cuarto con pasos apresurados . Estaba llena de impotencia , quería destrozar todo aún sabiendo que no resolvería nada . 
 

Buscó entre sus pertenencias un álbum  de su boda y página tras página  sacaba  una foto , una vez visualizada  las trituraba en pedazos , así hizo con todas  a excepción de una . Una foto donde Marcus y ella se daban el beso de recién casados y después de separadas sus bocas él le susurró a su oído con dulzura << tú eres mi mayor bien >>. Secreto  que descubriría Alba sino más adelante . 
 

Meditó entre romper la fotografía o no ,lo que decidió ante sus dudas por doblarla y guardarla en uno de los bolsillo trasero  de sus jeans.
 

Con las llaves de su auto en la mano  , salió Alba de su apartamento , y en la planta baja el recepcionista le comunicó que su esposo la buscó con agresiva  insistencia recientemente  . 
 

— Vino en tres oportunidades Señora  , me dijo que necesitaba hablarle con urgencia , estaba demasiado alterado , al principio intentó chantajearme con dinero y en base a mi negativa llegó al punto de amenazarme con golpearme . 
 

— Comprendo Señor Santiago y disculpe las molestia causadas por mi esposo   , por favor le pido siga ocultando en que habitación me alojo , así el diga que está a punto de morir o alguien me busca para matarme , lo que sea , no le dé señales de mi paradero  .
 

— Entendido Señora , así lo haré , no se preocupe . 
Alba se sorprendió por la manera de actuar de Marcus . Lo recordaba como un hombre pasivo y tranquilo que por no discutir con ella le daba  la razón o pedía una tregua, y más adelante planeaba la reconciliación  . Nunca le había reprochado a Alba el dinero gastado , el mismo le había dado el poder a ella  para disponer completamente de sus cuentas y tarjetas de crédito .  ¿ Entonces porqué derepente el cambio de papel drástico en él ? . Por fin tenía el camino libre para hacer lo que le plazca con su nueva adquisición . ¿ Porqué no dejarla simplemente tranquila ? 
 

Alba contempló el cielo estrellado en aquella playa tan visitada antes por su pareja y ella , recordando la pasión que entre sus cuerpos desvordaban cuando se amaban con frenesí en la arena , dónde sus poros absorbían la salinidad del ambiente y lo transformaban en un acto divino y purificador para sus almas .  

 

Estuvo caminando largo rato sin rumbo fijo, observando e imaginándose miles de historias que podrían ocurrir en aquel lugar, deteniendose en lo que pareció ser los restos de una hoguera  . Se imaginó los leños ardiendo, así como arden los amantes cuando disfrutan un beso a escondidas, jugueteando con sus dedos, dejando que la pasión los convierta en una llama viva que opaca incluso la hoguera a sus pies.
 

Sacó del bolsillo de sus jeans un encendedor que frecuentaba cargar encima  por el vicio de Marcus que fumaba como chimenea en diciembre . Buscó la fotografía que guardaba   y la miró por última vez antes de acercar el encendedor al borde y está comenzara a desintegrarse . La arrojó al fuego y sin mayor esfuerzo como por arte de magia la candela brotó de sus cenizas en una llama instantánea de viva intensidad , manteniéndose imperturbable incluso  con el viento que azotaba como latigazos  cada vez más fuerte con amenaza de apagarla.     
 

<<Es que  la verdad estuvo en mis narices y yo me hice la ciega>> . Pensó Alba en su ensoñación  dándole vueltas a la alianza  matrimonial en su dedo anular. 
 

Las llamas crisparon tentandola , seduciendola , insitandola a descargar su odio . 
 

Sorbió sus mocos y sollozó . — Soy patética— gritó . —¡ Porqué tengo que llorar por un imbécil que no vale la pena ! .
 

Alba descargó a gritos su ira con el cielo ,  en presencia de  la menguante que con su débil fulgor suspiraba ante la muerte de su ciclo para dar inicio a otro , también con la arena a sus pies  estrujandola entre sus dedos y con el mar ,  al patear las olas enfrentando la quietud de la marea que convertía el mar en un increíble  espejo pero sin reflejar lo que ella sentía .  
 

Ya exhausta y empapada  la mitad inferior del cuerpo ,  se sentó  frente a la hoguera en busca de un calor que le penetrara hasta el frío que calaba en su interior, aceptando la rendición de  que  no podría hacer nada contra la realidad de este mundo cruel .

 — ¡ Y es que  duele tanto , oh Dios duele tanto ! . 
 

Llevándose las manos al pecho Alba notó su alianza de oro  puesta todavía en su anular y no pensó ni un microsegundo  cuando ya la había arrojado  al fuego. 

— Maldito Amor que sentí por tí Marcus — .Escupió de sus labios con repulsión . —¡  qué no daría para hacerlo morir ahora que de nada me sirve  ! . 
 

La llama de la hoguera cambió  de roja a azul  y la alianza se convirtió en un metal fundido y plano , más parecido a una moneda de oro , lo que fué a parar en  manos de Eros materializandose a los ojos de Alba como si hubiera sido invocado.  
 

— Hola Cariño —. Dijo Eros, jugueteando con la alianza transformada en moneda , deslizandola de un dedo a otro frente a los ojos atónitos de Alba.  
Su inmenso y fornido cuerpo y su espectacular atractivo le daba esa característica de Dios inquebrantable  y lo irreal que le resultaba  a Alba su belleza ,    lo hacía ver un tanto aterrador y divino al mismo tiempo . 
 




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