La Empleada del Dios del Amor

Muñeca de porcelana

Alba se enfureció , le hervía la sangre con solo pensar en la traición de su esposo — ¿ Y qué tiene que ver esto contigo ? .

— ¿ Acaso no sabes quién soy ? .

— No , no tengo ni la puta idea de quién eres— . Rugió Alba furiosa con sus ojos ensombrecidos por la  tristeza .  

Había visto aparecer a Eros de la nada y no tenía ningún rastro de conmoción en su rostro , lo que para el Dios le pareció algo realmente asombroso .

<<  Su alma  esperaba mi llegada >> . Figuró Eros 

Tine razón , también la hay en que Alba estaba hastiada . No encontraba motivación ahora que todos sus planes habían quedado disueltos una vez  que la variable Marcus fue nula en de su vida .

— Qué boquita la tuya  ¿ cómo no vas a saber quién soy sí está más que claro ?  —. Eros dió vueltas alrededor de Alba y pensativo la eval deuó con la mirada. <<¿ Realmente era su objetivo esa niña grosera que tenía delante ?>> . — Soy Eros , el mismo que conocen los mortales como Dios del amor un placer  —. Sonrió y sus dientes centellaron . 

Alba intentó disimular su admiración y bufó como una niña ante algo desagradable y sus ojos abiertos por el asombro se fueron cerrando hasta convertirse  en dos pequeñas  ranuras . 
 

Siempre pasaba que cuando Alba se enojaba perdía todo el glamour y la decencia de una dama , se convertía de Princesa a Fiona en un instante . 
 

Canalizó lo escuchado y arrastrando las palabras pronunció — No me vengas con pendejadas , me hablas de que cupido vino a mí ¿  por decidir terminar mi matrimonio con mi esposo ? .
 

Eros puso los ojos de fuego y su lengua repasó la punta de sus incisivos . — Más te vale no volver a llamarme  así ¿ Entedistes  o te lo hago entender? .
 

Ante ese aspecto sombrío y  perturbador que Eros adoptó , sus instintos la llevaron a un estado de alerta e intentó escapar , corrió con todo el impulso  que sus delgadas piernas le permitieron  , pero a dos metros de distancia entre Eros y ella  ,  la arena a sus pies fué convertida en un charco denso y viscoso.  
 

Desesperada gritó una y otra vez por ayuda.
 

—Silencio—. La deidad se inclinó sobre Alba colocandole un dedo sobre los labios .— No he venido a hacerte daño, por el contrario, he venido a ofrecerte un trato...
 

Alba dejó de forcejear y preguntó—¿Qué clase de trato? ¿Además qué interés podría tener cupido en mi?
 

Eros ignoró el << cupido>> y dejó entrever una leve sonrisa, no podía desaprovechar que  había despertado el interés de Alba— Muy simple ; conviértete en mi empleada y yo te concederé un deseo —. La sonrisa de Eros se incrementó y el miedo en Alba se transformó en enojo .
 

— ¡¿Estás loco?!. !Seguramente tú eres el responsable de esto! , me estás obligando , no dándome a elegir .

Eros no dió ninguna respuesta y Alba fué succionada más y más por la arena , yacía ahora la mitad de  sus muslos enterrados y ante el sepulcral silencio y pasividad que mostraba la deidad , Alba gritó con impaciencia — ¡ Sácame de aquí maldita sea ! .
 

Irritado ,  frunció el ceño y se tocó el entrecejo como de costumbre  y pensó <<Esto no va a ninguna parte, en cada encuentro es más obstinada>> Incluso saboreó la idea de dejarla ahí y esperar la siguiente reencarnación . Al instante se retractó y sacudió la cabeza haciendo volar ese plan tan tentador << Sería como aceptar la derrota, otra derrota... >>
 

—Tienes dos opciones Alba, quedarte ahí o aceptar mi propuesta —. Eros estiró el brazo y el tatuaje en su brazo se materializó en una ballesta—Porqué no te das vuelta y colocas ese lindo traserito a mi vista, voy a enseñarte modales y las razones por las que los mortales respetan  a un dios...
 

Por reflejo Alba se cubrió el trasero y Eros soltó una fuerte carcajada.  
 

La cara de Alba se encendió al rojo vivo . —!Eres un pervertido!—. Sus manos a sus costados  se cerraron en forma de  puños   .— ¿Si piensas matarme con esa ballesta porqué no lo haces de una vez?!
 

Dorado como el sol, Eros observaba los desordenados rizos de Alba  y se deleitaba con la vista, no se sintió ofendido, al contrario sintiéndose glorioso su pecho retumbaba detonando su risa espectacular — ¿Has llamado pervertido al más perverso de los dioses?, ¿Crees que el dios del amor y la lujuria necesita estás artimañas para cumplir sus fantasías?— . Cada vez elevaba más el tono de voz y Alba  fué abrazada por un extraño calor que la deidad desprendía , sin evitar consentirlo de sus labios escapó un suspiro.   
 

— Si yo quisiera, estarías rendida ante mi, implorándome saciar el deseo en tú interior  — Eros se dejó ver majestuoso e imponente y miró a Alba con precavida  lujuria . 
 

<< Aquí estoy recurriendo a miles de artimañas para ganarme una pizca de tu amor..>>- No dejó que este fugaz pensamiento apagara su excitación y furor, pero para aplacarse así mismo , con un elegante movimiento creó una flecha roja y preparó la ballesta.
 

Alba se puso un tanto nerviosa —¿Piensas matarme con esa cosa? —. Sin responder Eros disparó la flecha al horizonte que voló fugazmente hasta perderse de vista. 
 

Eros bajó la ballesta y la mantuvo tendida en su brazo derecho  , con el arco de verga y la mirilla apuntando hacia abajo.   
 

— Verás cariño, hace unos siglos me decidí por la ballesta por dos simples motivos, se puede disparar con menos esfuerzo y dos pienso que es más amenazante — . Su mirada recorrió al cuerpo tembloroso de Alba y dijo en una exhalación .— No, no pienso matarte, como he dicho antes, te necesito.
 

Alba suspiró con resignación y coraje — ¡ No ! déjame ir   , solo me hace falta divorciarme  y seré libre  , no quiero ... No quiero volver a encadenarme  a nada nunca más .  

Eros le dirigió una mirada lastimera qué le hizo sentirse patética . 




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