La Enramada

Llamada de emergencias

Ya llevo más de media hora aquí sentado en medio de la carretera con el auto estropeado. Mi celular se dañó ya que en la pantalla solo sale el número de emergencias. Es lo único que me muestra sin importar que botones presione.

No entiendo que está pasando con exactitud, pero cada que intento llamar al número que me muestra mi celular solo me responde una voz femenina del otro lado: "Lo lamentamos, pero no podemos ayudarlo, no está en una emergencia".

Bebí demasiado esta noche, la fiesta estuvo muy alocada, mujeres y licor por doquier. Gracias a mi resistencia no me emborraché, o tal vez fue el destino quien decidió arruinarme el coche en la mitad de la nada para salvarme la vida de alguna manera.

Ya han pasado horas, no veo otros vehículos transitando por la supuesta carretera abarrotada. Tampoco funciona la radio de mi vehículo, todo está estropeado excepto los faros delanteros que prefiero no mirar. Las luces estiran y contraen las sombras haciéndolas parecer más espantosas de lo que realmente son. Creo que la bebida me está haciendo efecto y el frío no ayuda.

Cuando me metí dentro del coche mi celular empezó a sonar, contesté sin dudar y del otro lado escuché la misma voz femenina, sonaba agitada, como si hubiera corrido una maratón para realizar la llamada. Tras escuchar un rato esa pesada respiración al fin logró pronunciar algunas palabras que no pude dar explicación: "Ahora sí está en una emergencia, ¿en qué puedo ayudarlo?". Tras hablar la luz de mi coche se apagaron, las farolas de la carretera también y el brillo de mi celular se fundió con la oscuridad. Me sentía flotando en medio de la nada.

***

Odio hacer estos reportes sobre accidentes en la carretera, pero es mi trabajo después de todo. En la madrugada acudimos a un hecho de tránsito en la carretera 22, un hombre fue atropellado por un tráiler cuando salió de su vehículo para hacer sus necesidades. Su cuerpo terminó enredado en las llantas y ejes delanteros. Sobra decir que cuando llegamos estaba muerto, todo su cuerpo estaba destrozado exceptuando su mano derecha y su cabeza, de alguna manera, pronunciaba una y otra vez "911... estoy en emergencia" y su mano intacta parecía teclear esos números varias veces, su único ojo que permanecía en su lugar tenía una mirada confundida mientras miraba a todos los que nos acercábamos. Creo que su cuerpo entendía la situación en la que se encontraba hasta que finalmente, con un grito espantoso, dejó de funcionar.

Quiero creer que todo eso formaba parte de algún reflejo. No quiero pensar que hubiera estado con vida todo este tiempo. La sola idea me produce escalofríos.



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En el texto hay: horror, terror, pesadillas

Editado: 14.02.2022

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