La erupción de la locura

1. París, la ciudad del amor

París era una hermosa ciudad para celebrar mi cumpleaños número 18, y a pesar de las turbulencias en el viaje, llegamos todos.

-Listo, amor, ya bajé nuestras maletas.

-¿Y las de los demás?

-De esas se encargarían Jackson y Nathaniel, porque yo no.

Tan empático como siempre, mi novio Blaze, de estatura alta, cuerpo esbelto y cabello ondulado, siempre había sido muy amable y entendedor conmigo, pero digamos que solo conmigo, casi nunca era así con alguien más, salvo con su hermana, Rosalie.

Ella era una chica fantástica, de increíble humor y muy amable, con el cabello negro, como mi encantador Blaze, y algo más baja que yo.

Los chasquidos de mi novio delante de mis ojos me hicieron volver a la realidad.

-Lo siento, amor, estaba medio disociada.

-Lo noté, no te preocupes.

Rosalie, Jackson y Nathaniel nos alcanzaron en un par de segundos. Y juntos nos dirigimos hacia el hotel.

El hotel en el que nos íbamos a quedar era amplio, muy seguro y bastante reconocido. Allí se habían hospedado muchos de mis escritores favoritos.

Nos subimos a un carro Blaze, Nathaniel y yo, y a otro carro se subieron Rosalie, Jackson y Cora. Esta última era una chica que decidí invitar de último momento para que le hiciera compañía a Nathaniel, pero como siempre, este iba cerca de mi novio, parecía que no socializaba con nadie más que con él.

El hotel nos recibió con su gran portal, y obviamente, con sus respectivos porteros.

-Mañana iniciará el recorrido por todo París, mi amor.

-En verdad, gracias por todo, mi cielo, gracias, le dije mientras le daba un casto beso en el cachete, haciendo que, como si no fuéramos pareja hace 4 años, se ruborizara.

-Ay, no empiecen con sus cosas, dijo Nathaniel poniendo cara de asco y ayudando a Cora a bajar sus cosas.

-A ver si así te separas un poco de mi hermano, exclamó Rosalie, que llegaba un poco más atrás.

Todos reímos juntos, como la hermosa familia que éramos.

Entramos y nos asignaron nuestras respectivas habitaciones. Blaze conmigo, Cora con Nathaniel y Jackson con Rosalie.

Nuestra habitación era grande, espaciosa y bastante cómoda, con una cama, un televisor de pantalla plana, un baño con su respectivo jacuzzi, un armario y una nevera en la que había agua, cerveza y comida.

-Al fin solos, mi amor, dijo Blaze mientras me miraba con atención y me tomaba de la cintura.

-¿Qué intentas decir, precioso? le dije sonriendo de forma pícara.

-Tomaré eso como un botón verde para continuar. Bajó sus manos hasta rozar el cierre de mi pantalón, besándome de esa forma tan encantadora que tenía, en la que hacía que mi piel se volviera fuego bajo su tacto. Mis manos rodearon el borde de su camiseta, dudando en si quitarla o no.

Sus ojos me miraron, con deseo, con amor, con lujuria, invitándome a seguir. Cuando estuvimos finalmente sin ropa, se encargó de besar cada parte de mi cuerpo, de hacerme sentir tan amada y segura debajo de él, encima, en donde fuera, y es que ese era su don: Hacerme sentir amada, segura y sobre todo deseada.

Donde pasaba una mano, pasaban nuestros labios y nos perdimos mutuamente en medio de esa nube de deseos hasta que pronto explotamos en éxtasis ambos.

Cansados, nos acostamos, yo escuchando el constante bom bom bom de su corazón y él sobándome el pelo mientras susurraba en mi oído: "Te amo".




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.