La Espada de las Estrellas (asesinos interestelares)

Capítulo 4.5 Zéltago.

Existen Eternos y Eviternos, deambulando en nuestro universo y todos los demás, tratando de cumplir cada uno con su misión, buena o mala ante los ojos de los mortales, pero misiones necesarias para que todo sea como tiene que ser.

Del mismo modo y durante todos los tiempos, ha existido en cada uno de los millones de universos que se han creado, muchos seres inmortales, que son, en cierta forma, nietos de los Elementos Primordiales que conforman todo.

El Elemento Tierra, es el afortunado padre de Anfárioz, a quien se le conoce coloquialmente como “La Madre Naturaleza” y Anfárioz a su vez, es el digno padre de una especie muy importante de Semidioses, quienes comparten con los seres vivos de todos los mundos habitados, el cuidado de las propiedades y bondades, heredadas por los Elementos Primordiales a los universos.

Estos Semidioses, son nobles y gentiles con los seres vivos y son los protectores de las obras de Anfárioz.

 

En el Planeta Aurón, en los Bosques Azules de Árboles Gorta, el Mago Veltena levanta nuevamente los brazos, ante la emocionada multitud que presencia el Rito de la Vida y la Noche y al aparecer el silencio, el distinguido locutor indica al respetable, explicando claramente.

— ¡Altezas y amigos mutuos! La prueba uno se realizará a ras de piso. Mis ayudantes están colocando una fuerte soga entre nuestro árbol maduro y un árbol más. Ambos árboles se encuentran a seis varas uno del otro. ¡Esto será sencillo para los elegidos! Solo tendrán que cruzar la caja de arena que se está colocando bajo la soga, sin que la arena de la caja, sea marcada ni un poco.

El mago explica a los gobernantes y a los pobladores de ambos reinos y no a los elegidos, quienes están atentos a lo que dice Veltena, porque las pruebas son así, siempre diferentes y sin muchas explicaciones para los contendientes.

Algunos de los ayudantes de Veltena, usan pequeñas escalinatas para colocar la soga a la vez que otros, colocan la caja de arena en su sitio con mucho trabajo, exactamente debajo de la soga. Mientras la mayoría observa las maniobras para la prueba uno, Veltena dice en voz alta.

—Le suplico a Rojazelón, si está listo, se aproxime para que le entregue algo.

El pescador, mientras observa la soga y la caja de arena se aproxima con el mago. Es relativamente fácil lo que le piden al primer elegido, pero cuando el mago pone una cuerda no muy delgada y bastante larga en las manos de Rojazelón, las cosas cambian de perspectiva.

Rojazelón, mira la cuerda de raíces secas y después, con ojos intrigados, levanta la vista y el mago que lo mira atentamente, gira su cuerpo y se dirige a los importantes, dando la espalda al pescador.

—Olvidaba decir algo de suma importancia majestades. Los elegidos deberán llevar consigo la piedra que ellos mismos trajeron para el Rito de la Vida y la Noche.

El pescador observa su gran roca y se aproxima a ella y vuelve a mirar al mago, que camina lenta y pomposamente hacia el centro lateral de la caja de arena sin decir nada más.

El primer elegido se detiene a pensar por un instante y tira la cuerda en la tierra, muy cerca de su piedra, acomodándola en tres segmentos y sin pensarlo más, Rojazelón se acuesta sobre la cuerda, con toda su fuerza jala la gran piedra y la pone sobre su abdomen, ante el asombro de todos y en especial, de los demás elegidos que no pierden detalle.

Con gran esfuerzo, el pescador ata la soga para que la roca quede sujeta a su cuerpo, se pone en pie como puede, ayudándose con pies y manos, se aproxima con algunos problemas al árbol maduro y con dificultad, toma la gran soga.

El mago no pierde de vista los movimientos de Rojazelón, quien dando la espalda a la caja de arena y con un gran esfuerzo, usando pies y manos, se cuelga de la soga, comenzando su avance lo más rápido que puede. Veltena no le quita la vista de encima y aconseja al pescador, después de que este, cruza la mitad de la soga.

— ¡Comienzas a sudar y si una gota de fluido te traiciona! ¿Qué vas a hacer amigo?

El pescador apresura el paso y al llegar del otro lado de la caja de arena, baja las piernas que lo ayudan a sujetarse de la soga y cuando trata de mirar el piso para ponerse de pie, una punta de su cuerda se extiende y cae sobre la caja de arena antes de que Rojazelón, coloque sus pies en la tierra.

La expresión del mago es de desaliento y decepción. Veltena gira su cuerpo hacia la tarima y habla con los gobernantes.

— ¡Lo lamento excelencias, pero la cuerda que sujeta la piedra del amigo pescador a caído y a marcado la arena antes de que el elegido lograra colocar la piedra en el piso! Pero no está todo perdido, como todos sabemos, tiene la posibilidad de volver a intentar, en otra prueba, si solo un elegido logra completar la prueba uno.

Ya no existen aplausos ni porras, mucho menos expresiones de derrota, después de todo, es la parte más importante y solemne del rito. Veltena, prosigue con el programa de forma normal.

—Le suplico a Fexil, si está listo, se aproxime para que le entregue algo.

Fex, esboza una sonrisa de confianza al aproximarse a Veltena y recibe de manos de este, su cuerda.




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