Gracias por el interés.
Primera edición Septiembre de 2020
Copyright © 2020
Diseño de portada: Francisco Argonza Moreno.
Diagramación: Jorge Alberto Gutiérrez Martínez.
inge_carbar@hotmail.com
Página web https://la-espada-de-las-estrellas.webnode.mx/
Cuando un universo es creado solo necesita un pequeño envión, un empuje. Posteriormente y sin aviso, el bien y el mal se unen en una lucha por la potestad de todo. Una reyerta a través del cosmos entre los Dioses y un Demonio da inicio, para poseer las Llaves del Tiempo.
La distancia pierde jerarquía, cuando existe la posibilidad de viajar en portales dimensionales a través del tiempo y del espacio, haciendo que la inmensurable profundidad del cosmos, sea precaria.
La lucha inicia siempre en el punto de origen de cada universo que, a su vez, es creado en un lugar muy especial. Un sitio muy lejano donde nadie puede llegar.
Nuestro universo no es único.
Así como existen muchas leyendas de grandes guerreros, cruzadas increíbles en lugares cercanos a la Tierra o querellas en planetas muy lejanos de la Vía Láctea, igualmente existen miles de universos que son similares entre sí y otros, muy raros y difusos.
Cada universo es individual, diferente y especial.
Cada uno se creó de la misma manera, con simpleza y rapidez.
El proceso de la creación de los universos es en apariencia, cómodo.
Es el trabajo de los Dioses del Tiempo dar inicio a los universos, uno a uno, según se van consumiendo los que ya existen.
Este proceso se lleva a cabo en El Salón del Tiempo, con cuatro llaves y la presencia del mal en persona.
El Salón del Tiempo es una gran habitación única y circular, con la apariencia de una gran isla plana que flota en un espacio vacío, sin soles ni planetas. No tiene fronteras, ni límites en las dos partes que se encuentran laterales a los dos grandes espejos paralelos y si camináramos hacia cualquiera de estos dos lados, nuestro andar sería infinito, oscuro, solitario y nunca llegaríamos a ver el final.
Al entrar al Salón del Tiempo, solo existe una salida, llamada por supuesto, Portal de Salida y se encuentra situado en el centro del salón, incrustado en el piso.
La forma del Portal de Salida es redonda y tiene en cada uno de sus cuatro puntos cardinales, unas ranuras delgadas que son las cerraduras para las Llaves del Tiempo.
Este portal es de un color blanco, muy parecido al color de las perlas y un tanto opaco, como un cristal empañado por la humedad, a diferencia del resto del suelo del salón, que parece hecho de plata bruñida.
El funcionamiento del Portal de Salida es simple. Se introduce la llave en la cerradura correspondiente y se viaja en el tiempo a un sitio predeterminado por la llave.
Luego de entrar al Salón del Tiempo, frente a nosotros aparece uno de los grandes espejos con forma de óvalo, más largo de lo que mide su altura y tiene las mismas ranuras delgadas que el Portal de Salida, pero estas ranuras no están dispuestas en forma cardinal. En este espejo, cada cerradura se encuentra a poco más de un metro de altura del piso, separadas entre sí por la misma distancia. Estas ranuras están orientadas verticalmente y ubicadas al centro mismo del óvalo.
En estas ranuras, los Eviternos introducen las Llaves del Tiempo para iniciar los nuevos universos. Este portal es llamado comúnmente por las Deidades como, “El Cerrojo”.
Este es el portal más difícil de controlar para los Dioses del Tiempo, porque en este portal, se refleja el mal que tiene la intención de entrar al salón y dominar todo el nuevo universo que se creará ante él.
El Cerrojo, al ser mirado directamente por cualquier Deidad y sólo en el momento de la creación de un nuevo universo, permite al mal entrar en su forma física desde el reflejo del portal, hasta el Salón del Tiempo.
Frente a este gran espejo oval, se encuentra el Portal de Entrada, que es el otro espejo y que es idéntico al Portal de Inicio o Cerrojo, sin embargo, el Portal de Entrada, no tiene cerraduras ni puertas y solo presenta reflejos después de la creación de un universo, al igual que el Cerrojo.
Además de esto, el Portal de Entrada, evita que el mal llegue al Salón de los Inicios y a su vez, asegura que las Deidades vayan al último universo que han creado, ya que ni los Dioses del Tiempo pueden, después de haberlo usado para entrar, volver a abrirlo para salir por él.
El resto del Salón del Tiempo no tiene muros ni plafones, tampoco adornos, como lámparas o antorchas y es iluminado solo por una luz que nace desde el fondo superior, oscuro y vacío que rodea todo.
A esta habitación se llega por un portal del tiempo o puerta dimensional, que se abre desde un lugar llamado, El Salón de los Inicios, que también es único y circular.