La Espada de las Estrellas. (el Libro de las Puertas)

Capítulo 5 El Planeta Azul.

Las sombras se acercan como un eclipse total de sol, nadie está a salvo, hasta el rey perderá su cetro, ante el débil.

Los guerreros conocerán su lugar en el mundo y tal vez queden satisfechos.

La huida será la única posibilidad, pero las sombras, pueden seguir a los que solo quieren escapar.

La piedad será la mejor arma.

 

Por fin nuestra historia nos ha traído a casa, pero la Tierra ya no es la que conocemos ahora.

El abuso de los recursos naturales fue brutal, trayendo consigo, una gran hambruna global y una guerra que duró décadas y que terminó por aniquilar a la mayor parte de la población mundial, sin embargo, la humanidad aprendió a la mala, el precio del egoísmo y la codicia.

Los sobrevivientes del apocalipsis, se unieron en pequeñas tribus y se repartieron por todo el mundo, tratando de iniciar nuevamente con lo poco que lograron salvar.

Abi Al, admira el planeta al que han llegado a través del portal dimensional, desde el mirador de la nave interestelar que orbita el globo.

El planeta azul ha vuelto a ser hermoso. Los hombres, ahora son pocos y más sabios que antes, los bosques han vuelto a crecer y los mares se han limpiado totalmente por sí mismos llenando sus aguas de vida.

— ¡Que planeta tan bello es este, parece una esfera de agua!

La vista desde la nave es espectacular, pero el comentario de Abi, fue ignorado por Esteko, que se encuentra con los ojos cerrados sincronizándose con los demás Dioses y con Fráguer.

— ¡Tenemos que aterrizar pronto, Zula está en el Planeta Veriano y tiene una nave que lo puede llevar a cualquier lugar!

Las palabras del Dios del Tiempo, provocan que Abi Al se retire del mirador de la nave y se acerque con su maestro para saber lo que sucede.

“Zula se dirige en ese momento en dirección del vehículo que Kilino consiguió para hacer su viaje, en busca de los presuntos saboteadores de la base espacial de Nuevo Puerto”.

— ¡Debemos darnos prisa, en cualquier momento, Zula abordará su transporte interestelar y no sé aún lo que hará después!

Dicho esto, con mucha preocupación, Esteko comienza a dar órdenes a Tal Noblan y al navegante Rónil.

— ¡Dirige la nave hacia esa gran isla Rónil, tenemos que aterrizar lo más pronto posible! ¡Tal, quiero que revises la cantidad de energía que tienen los contenedores de la nave y si podemos volver a doblar el espacio, de ser necesario!

Abi Al permanece en su sitio en la cabina principal de la nave, observando todas las maniobras, esperando el aterrizaje en el Planeta azul.

La impresionante nave, gira y toma rumbo a la gran isla saliendo de la órbita terrestre. Los cuatro pasajeros no saben lo que les espera en este mundo. Momentos después, la nave de Abi y Esteko, logra aterrizar en lo que una vez fuera Inglaterra, cerca de stonehenge.

“En su nave, Zula acaba de salir del portal dimensional, después de haber doblado el espacio para llegar al Planeta Pavela”.

En el Planeta azul, una vez que la nave se detuvo totalmente, Esteko vuelve a cerrar los ojos para sincronizarse una vez más con Zula y saber lo que tendrá que hacer.

— ¡No es posible, tenemos que localizar pronto a Merlo! ¡Zula ha llegado al planeta que corresponde a la llave de Zírdal y mi compañero no tiene en su poder su Llave del Tiempo!

Al terminar de decir esto, el Eviterno se acercó a Tal Noblan y habla con él.

—Querido amigo, se que tienes un interés especial al acompañarnos en esta cruzada ¡Por lo que voy a pedirte un favor a ti Noblan y a tu compañero Rónil! ¡Aproxímense un poco hacia acá por favor!

Tal Noblan y Rónil, se acercan a Esteko, y este los abraza por los hombros y en determinado momento, pone sus dedos en la nuca de ambos y detiene nuevamente el tiempo, de la misma forma en la que lo hizo antes con Cráptor, en el Concurso de la Esgrima.

Tal Noblan y Rónil, observan que algo raro sucede, no se movía ninguna luz en los controles de la cabina principal y Abi permanece congelada en su sitio.

Esteko los tranquiliza rápidamente explicando lo que sucede a los dos amigos.

— ¡Lo que quiero pedirles es muy simple amigos míos! Necesito que se queden en la nave hasta que yo regrese para despertarlos. Esto que ven es un sueño y durará solo un segundo para ustedes, pero para mí, será el tiempo que necesito para cumplir con mi misión. ¡No teman amigos míos, estarán bien!

Lo único que alcanza a decir Tal Noblan antes de quedar inmóvil, fueron dos palabras. “¡Pero Abi...!” Entonces Esteko, retiró sus dedos de la nuca de los dos sujetos y ambos quedaron suspendidos en el tiempo.

Abi Al se da cuenta de que algo ha hecho su maestro y se acerca a los dos inmóviles compañeros, preguntando.

— ¿Que les pasó? ¿Por qué no se mueven? —El Eviterno responde muy serio, preparando lo necesario para descender de la nave interestelar—. Están suspendidos en un segundo del tiempo. Cuando terminemos nuestro trabajo, volveré por ellos para despertarlos de su sueño. No debes preocuparte compañera.

Abi Al mira, indagando más acerca de lo que sucede, aproximándose mucho a Tal Noblan.

— ¿Entonces no pueden verme ni sentir ni nada de nada? —El Dios del tiempo responde. —Así es. Debemos irnos ahora, la situación se complica cada vez más y no hay tiempo para responder preguntas.

Abi Al se acerca al bello rostro de Noblan y dice para sí.

— ¡Muy interesante! —Al momento de terminar la frase, Abi besa la mejilla de Tal y agrega—. ¡Muy bien, vayámonos!

Esteko solo sonríe y ambos se dirigen a la salida del transporte interestelar.

Al bajar de la nave, Esteko debe localizar a Merlo sin la sincronización, porque sabe que es muy peligroso sincronizarse. Si Zírdal está planeando algo, Zula podrá saberlo.




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