La Espada de las Estrellas. (el Libro de las Puertas)

Capítulo 7 La Dueña de un Universo.

Las sombras estarán ocultas hasta que tengan una nueva oportunidad para eclipsar todo con su manto de oscuridad. 

Por ahora y sólo en apariencia, todo está en calma en el entramado infinito.

Solo una Deidad sabe la verdad de todo lo que ha pasado y solo una Deidad podrá descubrir esta verdad. 

El proceso de la creación concluirá, todo volverá a su lugar, pero nadie sabe que la guerra, apenas dará inicio en los universos.

 

Seth Jóler se encuentra solo en el Salón del Tiempo, preparándose para arreglar el universo que contaminó Zula Fráguer con su maldad.

Para poder reparar los daños, Jóler y los demás Dioses del Tiempo solo tenían que iniciar otro universo y listo.

Debido a los cambios de todo y a que Fráguer logró salir del Salón del Tiempo, es necesario hacer las reparaciones de otra manera.

Jóler abre el Libro de las Puertas e inmediatamente, hace acto de presencia el Destructor en el mismo Salón del Tiempo, pero esta vez, el salón se halla alineado con el universo donde todo comenzó a salir mal y Jóler empieza a leer lo que ya está escrito.

¡Efectivamente, lo que está leyendo Jóler, comienza exactamente igual que lo escrito en este libro, pero no desde el comienzo!

La historia de “La Espada de las Estrellas” es una cosa y comienza de una forma parecida siempre, pero siempre, termina de modo distinto, porque los universos inician igual pero terminan cada uno de una manera diferente, mientras que el Libro de las Puertas es otra cosa porque inicia en un punto de la historia original y concluye cuando es cerrado para iniciar otro universo o corregir algún error como en este caso.

Mientras Jóler va leyendo una a una cada página del Libro de las Puertas, Zula Fráguer, el Destructor, escucha el relato encerrado en su sitio, en el reflejo que se mira en el Cerrojo que se haya, frente a Seth Jóler.

Lógicamente, el Destructor no deja de maldecir y de protestar, pero eso ya no importa. Todo volverá a su lugar y comenzará nuevamente.

Antes de que Jóler se llevara el Libro de las Puertas y se dirigiera a reparar el universo contaminado por Zula, todos los Dioses y la Guerrera Abea salen del Salón del Tiempo, dirigiéndose al Planeta Veriano.

Lo primero que hace Jóler es, liberar al mundo de los engañados con la ayuda de todos sus compañeros. Una vez que han hecho esto, se inicia una gran reunión en el Portal de Llegada del Planeta Veriano.

Muchos de los habitantes de las regiones cercanas al portal, entre ellos, los pobladores de Monte azul, están presentes para constatar y atestiguar la existencia de las Deidades y comenzar a tener fe en un Dios propio.

En la parte central del portal, se encuentra la guerrera Abi Al. Todos y cada uno de los Dioses desea presentar sus respetos al Guerrero Abea. Cada uno de ellos se aproximan respetuosamente y saludan a su salvadora, envueltos en aplausos y porras de los aldeanos.

El primero en acercarse es un compañero de Jóler que fue liberado por Abi. Usando una túnica blanca con franjas diagonales de color dorado y un pequeño sombrero que adorna su testa, el Eviterno exclama.

— ¡Poderoso Guerrero Abea, mi nombre es Kontenía, Dios del Tiempo, experto en la formación de las almas especiales de los seres vivientes! ¡Quiero agradecer la ayuda que brindó tan desinteresadamente a nosotros los Eviternos! ¡Ojalá existieran más Abeas con el mismo compromiso que usted ha demostrado tener!

Un poco apenada por lo abrumador de la situación, Abi saluda con una reverencia sin decir nada y mira acercarse al siguiente ser divino, quien viste un atuendo azul celeste y luce una larga cabellera negra. Caminando con la vista fija en los ojos de su salvadora, pone una rodilla en el suelo y expresa su sentir con su amable voz.

— ¡Yo soy Eperio el Frombul, Dios del Tiempo, experto en la creación de las ideas en las mentes de los seres que serán inteligentes en los universos y ofrezco mi lealtad a los siguientes Abeas, y en especial, a la guerrera Abi, nuestra salvadora! 

De igual forma, Abi saluda con la misma reverencia al Eviterno luego de ponerse en pie, y cuando se retira, comienzan a aproximarse los Dioses conocidos de la guerrera.

—Mi nombre es Zírdal Pok, Dios del Tiempo, experto en el conocimiento, la sabiduría y la paciencia de los seres vivientes de los universos. 

Tras colocar sus manos en los hombros de la mortal, Zírdal trata de ser breve al hablar.

 ¡Gracias por lo enseñado y espero haber aprendido! ¡Nunca olvidaré lo que has hecho por mí, me has vuelto más valiente y menos cerebral!

Abi, da la mano a Zírdal y el Dios regresa a su lugar junto a sus compañeros, Kontenía y Eperio el Frombul, quiénes lo reciben con un abrazo y palabras de apoyo. La presentación continúa y es turno del gran amigo del Rey Arturo.

— ¡Mi nombre es Merlo Alquinos, Dios del...! 

Merlo no termina de decir sus líneas y se lanza a un costado de Abi, la toma del brazo llevándola con él, mientras dice.

— ¡Ven aquí pequeña guerrera, acompáñame porque traje un obsequio muy especial para ti! ¡No está permitido lo que haré, pero voy a hacer una excepción contigo por ser tan valiente!




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