Lillian tenía un verdadero problema. Había matado a alguien y no lo recordaba.
Lillian no era así, no era una persona problemática, ni con trastornos mentales, no tenía sed de venganza, ella era una chica sana y normal.
Hasta que.
En cada historia hay un pero, hay un hasta, hay un después de, y esta novela no era diferente.
Hasta que le conoció.
Hasta que se conoció.
Editado: 17.07.2018