La esposa de Saturno

Capítulo 7

La mañana siguiente, muy temprano, Normand llegó a casa de Dione para hablar con ella sobre lo ocurrido en la jefatura. El agente llamaba desesperadamente a la puerta hasta que Marjolaine abrió. 

—¿Qué demonios te pasa? Tratamos de relajarnos, Normand. —Dijo la joven muy enfadada por la manera en que Normand tocaba la puerta —¿Qué quieres? 

—¿Dónde está Dione? 

—En su recámara ¿Pasa algo? 

—Dile que tengo que hablar con ella sobre Silvain ¡Urgente! 

En ese instante Dione salió de su habitación —Normand, días sin verte ¿Qué te trae por acá? 

—Dione, no sé cómo comentarte esto; es algo descabellado, pero tienes que creerme —Normand respiró profundo y lentamente le contaba a Dione lo que pasó desde que encontró a Silvain mirando a su ventana, hasta su desaparición al interior de la sala de interrogatorio —Mi compañera Zoé también lo vio. 

—Ayer en la mañana llegó a la tienda y me dijo: La cuenta regresiva inició. La verdad no comprendí de lo que hablaba, pero me pidió que le entregara el mensaje a Dione. Me asusté mucho cuando me dijo su nombre —comentó Marjolaine. 

—Dione, no sé quién o qué es eso, pero te aseguro que no parece humano. Estoy casi convencido de que en realidad es extraterrestre ¿Cómo es posible que sepa datos que nadie tiene por qué saber sobre mí o de mi compañera? No lo sé, y desde que lo vi desaparecer he sentido mucho miedo de este extraño sujeto. 

—Escucha Normand, Silvain me dio la cara hace unas semanas y por momentos me da escalofríos tenerlo de frente. Quisiera encontrar una explicación lógica a todo esto, pero no sé ni qué pensar. —Comentó Dione.

—Bien, tengo que irme. Solo quería que supieras esto para que estés alerta, si necesitas algo no dudes en llamarme —Normand se despidió de las chicas y salió a su oficina.

Marjolaine miraba a Dione consternada por lo que Normand dijo. Mentalmente se cuestionaba si era real la historia del guardián de Saturno, si todas esas llamadas en realidad tenían el propósito de advertirle que algo pasaría; que hasta el momento no había sucedido nada, pero no era sinónimo de bajar la guardia.

—¡Esto apesta! —Dione se echó en el sillón y con la mirada anclada en el piso pensaba en lo que podía acontecer en el futuro. 

Marjolaine fue hasta la cocina y trajo el desayuno. En realidad, se sentía bastante preocupada por Dione, ya que todo comenzaba a tener sentido. 

—¿Hay alguna posibilidad de que traigas a Silvain? Necesita aclarar las cosas, te debe una explicación, Dione. 

La periodista permanecía en silencio, trataba de tranquilizarse y dejar de pensar en todo lo que la atormentaba. Repentinamente, rompió en llanto como nunca antes lo había hecho, creía estar perdiendo la razón o que todo se trataba de una pesadilla de la que no podía despertar.

—No sé qué hacer, Marjolaine —repetía —mi vida ha dado un giro y me siento perdida. 

Marjolaine consolaba a Dione, la abrazaba fuertemente diciendo —Todo va a estar bien. 

Las chicas guardaron silencio por unos minutos, el teléfono sonó y Marjolaine contestó. Del otro lado de la bocina, Silvain habló —Dile a Dione que no llore. 

—Entonces ven y explícale lo que ocurre. 

—Estoy en su habitación. —Silvain colgó bruscamente. 

Marjolaine estaba nerviosa al escuchar pasos provenientes de la recámara de Dione. Lentamente volteó para ver y ahí estaba, Silvain caminaba despacio con la mirada fija en la periodista quien lloraba sentada en el sillón. 

Silvain la observaba en silencio; no soportaba verla llorar, pero no sabía cómo hablarle, ya que en el fondo tenía miedo de la reacción de Dione. El guardián solo se sentó a su lado mientras que Dione lentamente levantaba la mirada hacia él. 

—Entiendo que estás confundida, pero debes aceptar tu realidad. —Silvain tocaba el hombro de Dione suavemente —Se acerca la hora de que conozcas tu identidad. 

—¿Se acerca? Llevo escuchando lo mismo durante meses, Silvain ¿Quién eres en realidad y que se supone que pasará?

—Pues, lo que para ti son meses para mí son solo días. El tiempo en Saturno no es igual que en la Tierra, así que pasará un mes para que se cierre el ciclo. 

—No la estás ayudando —habló Marjolaine —Necesita explicaciones.

—Y explicaciones le doy, es solo que no puedo ser muy explícito. 

—¡Vaya! —Exclamó Marjolaine molesta.

Silvain se levantó y se acercó a la chica quien se sentía nerviosa por la presencia de aquel sujeto, en especial cuando caminó hasta estar parado a pocos centímetros de ella.

—Escucha Marjolaine, no quiero que comencemos con el pie izquierdo, así que encarecidamente te voy a pedir que tengas paciencia, pues este es un asunto del que hay que hablar con discreción —la tomó por el brazo y se alejó un poco para que Dione no escuchara —Ya que estás tan alterada por tu amiga, te diré la verdad.

Marjolaine escuchaba atentamente las palabras de Silvain —¿De qué verdad hablas? 

—Dione debe cerrar un ciclo por órdenes de Saturno, yo debo entrenarla para una misión, pero algo terrible debe ocurrir para que todo salga tal y como lo dice la predicción. Es algo que jamás vas a entender porque tu condición humana no te permite ver más allá de lo que realmente pasa en el universo, y es una pena que tu raza no tenga la habilidad de hacer muchas cosas que ustedes consideran físicamente imposibles. Dione tiene poderes que ignora por completo, es una guardiana como yo y debe pasar por este proceso para volver a serlo. 




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