La esposa de Saturno

Capítulo 8

Constantin tenía conocimiento de que Dione iba a encontrarse con Octave en una discoteca ubicada en la Rue Vernet. Así que, debía ir hasta allá para observar a los periodistas de cerca sin dejarse ver. 

Esa noche, Dione y Octave hablaron un poco sobre la información que había en el sobre y en cómo haría el reportero para publicarlo. El sujeto creó una página con el seudónimo “French Muffin”. Le entregó una lista de nombres familiares a Dione. La mujer guardó la hoja en su bolso mientras Octave abandonaba el lugar. 

En cuanto el reportero salió, Constantin se sentó en el mismo lugar en que minutos antes estaba Octave —¡Sorpresa!

—¿Estás siguiéndome? 

—No, en lo absoluto. Solo que me causó curiosidad ver que haces en un lugar como este —Discretamente sacó un revólver calibre 38 y le hizo entender a la mujer que se levantara. 

Dione caminó lentamente mientras que Constantin la seguía. El hombre la llevó hasta el auto y condujo hasta el port de la conférence. Como era de noche el lugar estaba más solitario, allí, Constantin intentó abusar de Dione, pero la mujer le dio un fuerte golpe en el ojo derecho y salió del auto corriendo velozmente en dirección al puente más cercano, cruzó el río hasta lograr que el sujeto la perdiera de vista. 

Dione llegó hasta la calle de la embajada de los Emiratos Árabes, y descansó un poco. Miraba sus manos ya que, a parte del golpe, también restregó sus uñas en el rostro de su agresor. Cerró los ojos por unos segundos y cuando los abrió, Silvain estaba justo en frente de ella. 

—¡Vaya! Hasta ahora apareces. —habló Dione con firmeza. 

—Te llevaré a casa.

Mientras Silvain acompañaba a Dione hasta el edificio, Constantin gritaba y golpeaba el volante al no lograr lo que tenía pensado esa noche. Cuando pudo calmarse, condujo a casa, en el camino pensaba en qué decirle a su esposa. El hematoma era muy evidente; el sujeto tenía una enfermedad en la piel; debía protegerse mucho de la luz solar y cualquier golpe por muy mínimo que fuese, le causaba hematomas con mucha facilidad. 

Obviamente, Paulette comenzaba a sospechar que su esposo la engañaba. Los rasguños y el golpe en la cara de Constantin sería el detonante de una fuerte discusión entre ellos. 

Constantin subió a su habitación luego de discutir con su esposa, mientras desinfectaba las pequeñas heridas, planeaba acabar con Dione, sabía que la periodista podía tener en sus manos información comprometedora para él y su clan. 

Al día siguiente, Octave había creado el sitio web en el cual comenzaba a publicar la información suministrada por su colega. Cada movimiento de Constantin y sus hombres sería publicado en aquel sitio. Octave sentía miedo, pero creía que era necesario para ayudar a las autoridades a atraparlo, aunque fuese de manera anónima. 

Mientras que, desde el interior de la cadena se filtraba información sobre el clan de Constantin, Pascal le hacía seguimiento a Didier al interior de la universidad. El joven hablaba mucho por teléfono con un sujeto llamado Gaspard. Didier constantemente lo amenazaba con acabarlo si seguía haciéndole bullying a la joven Adrienne. 

Pascal comenzaba a creer que Didier no tenía nada que ver con el criminal, hasta que un día el universitario salió y se dirigió al bar en el que Adrienne se encontraba con los hombres de Constantin. La mujer estaba reunida con otros sujetos aparte de Didier.

Desde el vehículo, el agente se comunicaba con sus compañeros, enviaba fotografías de los hombres que se encontraban en aquel lugar. Macron sabía que Adrienne era la informante de Normand, así que por ella no había problema. Al ver que la mujer se percató de que era observada, Pascal aceleró, pero Adrienne no le dio importancia creyendo que se trataba de Normand. 

Mientras en las calles de París los agentes hacían su labor para dar con los asesinos del sacerdote, Dione veía las noticias para actualizarse. En ese instante, Octave se comunicó con ella diciendo que la página comenzaba a llamar la atención de mucha gente. 

—Recuerda ser discreto con esto, Octave. Constantin no dudará en acabar con quien esté detrás de todo. —Dione en cierto modo se sentía preocupada por su amigo.

—Ya no me importa, solo quiero que se sepa la verdad —comentó Octave — ¿Sabías que Constantin tiene nexos con la mafia italiana? 

—Eso es nuevo. Pero no deberíamos hablar de esto telefónicamente. Hay que ser precavidos y tratar este tema con mucha cautela. —Dione se despidió de Octave ya que debía salir a comprar comida y otras cosas. 

La mujer salió del apartamento y tomó el autobús hasta el supermercado. En aquel lugar se encontró con Edith, una chica que vivía en un piso antes que ella y que, además, estudiaba con Adrienne. La joven le comentó a Dione que hace varios días veía pasar un auto negro con los vidrios completamente oscuros por la calle en donde se encuentra el edificio, y que sin razón bajaba la velocidad cuando se aproximaba a la entrada del lugar como si espiara a alguien. 

Dione se sentía nerviosa pues pensaba que se trataba de Constantin averiguando en qué piso vivía ella para sorprenderla de algún modo. Luego de haberlo agredido en defensa propia, la periodista sentía miedo por su vida.

—Por cierto, Dione, ya no te veo en las noticias ¿Estas de vacaciones? 




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