La esposa de Saturno

Capítulo 16

La vista de Constantin se nubló debido al fuerte golpe que segundos antes Dione le había dado. Automáticamente, el líder del clan Dubois comenzaba a tener recuerdos de su vida pasada; cuando los padres de la periodista lo tomaron en un descuido de su madre, y lo sacaron del pequeño mundo oculto entre los anillos de Saturno para alejarlo de Assane liberándolo del cruel destino que le esperaba si seguía junto a ella.

Constantin miró a Silvain —¡Tú! —lo señaló —Tú eres el culpable de la muerte de mi padre y pagarás por ello con tu sangre, Saturno. Ahora lo recuerdo, me separaron de mi madre y pensaron que yo sería diferente si crecía en la tierra ¿No es así? —hablaba Constantin mientras reía de manera diabólica —¿Pues qué creen? Causé terror en esta ciudad por muchos años; asesiné, manché con sangre inocente mis manos, muchos me temen hoy y todo gracias al mal que corre por mis venas. 

Naomi escuchaba todo lo que su hermano decía, lloraba en silencio entendiendo aún más el motivo por el que Constantin era tan perverso. No era por falta de algo en su infancia o adolescencia, tampoco por querer llamar la atención ni por querer el poder y el control de París a través de actividades delincuenciales. Debido a su naturaleza, Constantin disfrutaba ver al pueblo sometido, adoraba el terror y la muerte; así era su padre, así era su madre y así era él. 

En un acto de rabia y decepción, Naomi soltó un fuerte alarido a los cuatro vientos y bajo la mirada de todos los que allí se encontraban se acercó a su hermano diciendo —¡Infeliz, energúmeno! Ahora entiendo todo, ahora tiene sentido para mí. Eres un desgraciado, eres el mal hecho carne.

—¿Y esta joven insolente quién es? —cuestionó Assane mientras miraba a Naomi como si sintiera asco por ella. 

—Soy Naomi Dubois, la única y verdadera hija de los Dubois de París —luego señaló a su hermano diciendo —¡Y tú! Maldito engendro extraterrestre eres un farsante como siempre lo sospeché. 

De repente, Naomi comenzó a flotar a un metro de altura. Assane la levantó y la lanzó a varios metros haciéndola golpear contra la pared. Constantin corrió hacia ella para ver si estaba bien, pero Naomi no se dejaba tocar por su hermano. Fuertemente le gritaba y le suplicaba que se alejara de ella. 

Constantin sintió enojo con su madre y velozmente caminó hasta acercarse a ella —¿Por qué hiciste eso? Era a mí a quien le hablaba, era yo quien debía mandarla lejos ¡No tú!

—Me tenía cansada con sus alaridos y su discurso barato. No vine a este mugroso trozo de roca insignificante a escuchar a una primitiva humana quejarse porque su hermano adoptivo es en realidad un poderoso saturniano y futuro gobernante de Treocia —habló Assane de forma prepotente.

Habiendo escuchado esas últimas palabras, Silvain comenzó a reírse chocantemente de Assane —Gobernante de dónde ¿Disculpa? Porque hasta donde sé el único y legítimo gobernante de Treocia soy yo, Saturno. 

Los hombres de Constantin escaparon, pero a pocos metros la policía los capturó gracias a Mel quien guiaba a Pier y este a su vez guiaba a la policía hasta la mansión de Constantin. Octave aprovechó el momento y grabó con su celular el momento de la captura.

—Esto será primicia el día de mañana en todos los canales y periódicos de Francia. —el reportero estaba absolutamente emocionado por todo el material que poseía para su nota periodística, pero se dio cuenta de que faltaban dos entre los capturados —Un momento, ¿En dónde están Didier Girard y Gaspar Lambert?

Los sujetos lograron evadir a las autoridades, ambos eran guiados por Edith quien los llevó a una cabaña oculta entre un enorme matorral —Aquí estaremos a salvo —notificó la mujer. 

Al interior de aquella cabaña, Gaspard y Edith se reían de todas las muertes causadas por Constantin. Pero el mayor objeto de burla fue Adrienne, quien pagaba sus estudios en arte dramático usando su cuerpo. Para reírse más, Gaspard mostró algunas fotografías de la mujer en donde posaba completamente desnuda. 

—Podríamos publicarlas en una web porno y ganaríamos dinero ¿No creen? 

—A mi parecer estás demente, Gaspard. Adrienne está muerta, al menos ten respeto por su memoria —Edith estaba molesta por la actitud de Gaspard quien no paraba de burlarse y humillar a la difunta.

—¿Memoria? Era una zorra igual que tú.

—¡Oye! Ten algo de respeto por Edith. —intervino Didier quien no soportaba a Gaspar y para darle una lección tomó al sujeto y abusó sexualmente de él enfrente de la chica.

Gaspard gritaba de dolor por la forma salvaje en que Didier lo violaba, Edith no toleraba semejante escena y decidió abandonar el lugar. Al salir de la cabaña, Edith fue sorprendida por el agente Pascal. 

—En aquella cabaña están Didier y Gaspar, pero no querrá ver lo que ocurre allí. 

—¡Pamplinas! —exclamó Pascal y tomó a Edith llevándola al auto. 

Luego de dejarla esposada al interior del vehículo, Pascal corrió en busca de Didier y Gaspar, pero cuando este se encontraba a pocos metros escuchó dos disparos. Pascal olvidó el protocolo y entró salvajemente a la cabaña encontrándose con una terrible escena; Gaspar no tenía pantalones, su ano estaba perforado y lleno de sangre, su frente tenía un agujero de bala. 

—¡Mon Dieu! —exclamó aterrado y acto seguido volteó a ver a Didier quien estaba sentado en un viejo sillón. 




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