¿la esposa del Ceo mudo?

Capítulo 10:La vida en la jaula de oro

La mudanza a la mansión Volkov se sintió como entrar en un museo. Cada pieza de mobiliario era una antigüedad, cada cuadro una obra de arte. La casa era inmensa, pero a Kiara le resultaba fría y sin vida. A pesar de los lujos, se sentía atrapada, como un pájaro en una jaula de oro. Alexander, notando su incomodidad, la tomó de la mano y la llevó a una habitación que había hecho especialmente para ella: un gran espacio lleno de computadoras, herramientas y robots. El lugar perfecto para su taller.

​—Oh, Alexander... —exclamó Kiara, con los ojos llenos de lágrimas—. Es perfecto. No tenías que hacer esto.

Él sonrió, un gesto que se le hacía más natural con cada día que pasaba, y le mostró su teléfono. "Quiero que seas feliz aquí", decía el mensaje.

Pero la felicidad no era tan fácil de encontrar. La mansión era un campo de batalla silencioso, y Anastasia y su madre, Eleonora, eran las generales. Se aseguraban de que cada comida, cada encuentro familiar, fuera una oportunidad para criticar a Kiara.

Una tarde, mientras cenaban, Eleonora la miró con desprecio.

​—Kiara, querida. He oído que te gusta la robótica. Es un pasatiempo tan... poco femenino —dijo, y le hizo un gesto a Anastasia para que se riera.

​Kiara no se inmutó. Había aprendido a ignorar sus comentarios.

—Sí, me encanta —dijo con una sonrisa sincera—. Es un campo muy interesante, y creo que tiene un gran futuro.

​Eleonora se echó a reír

​—El futuro de las mujeres es tener hijos y cuidar de su marido. No jugar con juguetes de metal.

En ese momento, Alexander se levantó de la mesa y tomó su teléfono. Se lo mostró a todos. La pantalla decía: "Mi esposa es la mujer más inteligente que he conocido. Me hace más feliz de lo que cualquier cosa en el mundo podría hacerme. Y su futuro es conmigo."

El silencio en la habitación era espeso. Anastasia miró a Alexander con los ojos llenos de furia, y Eleonora palideció. El abuelo Volkov, que había estado observando la escena, sonrió.

​—Alexander tiene razón —dijo el abuelo, con una voz que era tranquila pero autoritaria—. La tecnología es el futuro. Y cualquier persona que lo entienda, sea hombre o mujer, tiene un valor incalculable para esta familia.

Después de la cena, Kiara se sintió exhausta. El constante ataque verbal era agotador, pero el apoyo de Alexander la hacía fuerte. Mientras se preparaban para dormir, se acurrucó en sus brazos y se durmió con una sonrisa en el rostro. Su corazón ya no pertenecía a un mundo de fantasía, sino a un hombre que, a pesar de su silencio, hablaba más con sus gestos y acciones que cualquier otra persona.

🥀¿La esposa del CEO mudo?🥀




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