¿la esposa del Ceo mudo?

Capítulo 17: La justicia silenciosa

​El grito de Alexander no solo había alertado al personal de la mansión, sino que había sido el testimonio de lo que Anastasia y Eleonora habían hecho. El mayordomo y algunos sirvientes, que habían visto a las dos mujeres huir del lugar de la caída, se dieron cuenta de la verdad. La justicia de Alexander, sin embargo, no sería rápida, sino silenciosa y letal.

Mientras esperaba a que Kiara se recuperara, Alexander puso en marcha su plan. Usó sus recursos para investigar a Anastasia y a su madre, y descubrió que habían desviado fondos de la empresa para pagar sus deudas. También se enteró de la alianza de Anastasia con Luz, la hermana de Kiara. La traición era más grande de lo que pensaba.

​El abuelo Volkov, ahora recuperado y en casa, le preguntó a Alexander qué había pasado.

​—Alexander, ¿qué le pasó a Kiara? Y, ¿por qué Anastasia y Eleonora no han venido a verla? —preguntó el abuelo, con la voz llena de preocupación.

​Alexander, con su rostro inexpresivo, se limitó a entregarle una carpeta llena de documentos. El abuelo, sorprendido, la abrió. Dentro, había pruebas de las transacciones fraudulentas de Anastasia y su madre, y la grabación de una cámara de seguridad que las mostraba empujando a Kiara por las escaleras.

​—No... no puede ser —murmuró el abuelo, sus ojos llenos de una furia silenciosa.

​En ese momento, Anastasia y Eleonora entraron a la habitación, con una sonrisa en sus rostros.

​—Abuelo, qué bueno que se siente mejor. Hemos estado tan preocupadas... —dijo Anastasia, con una voz llena de hipocresía.

​El abuelo las miró. Su mirada era como el hielo.

​—Ustedes no están preocupadas. Son dos víboras, y ahora lo sé —dijo el abuelo, su voz baja y llena de una ira que nunca había mostrado.

​Anastasia y Eleonora se quedaron sin palabras. Sus rostros palidecieron.

—¿De qué está hablando, abuelo? —preguntó Anastasia, con la voz temblorosa.

​El abuelo, sin decir nada más, les arrojó la carpeta. Las dos mujeres miraron los documentos, sus ojos se llenaron de terror.

​—Anastasia, Eleonora. Han avergonzado a la familia. Han traicionado nuestra confianza. Y, lo que es peor, han intentado matar a la mujer que mi nieto ama. Ya no son Volkov —dijo el abuelo, con una voz llena de una autoridad que no dejaba lugar a la discusión.

Eleonora y Anastasia se miraron, sus ojos llenos de lágrimas. Sabían que habían perdido. El abuelo tenía la última palabra, y su sentencia era definitiva.

​—¡Alexander, por favor! ¡No me dejes! ¡Te lo ruego! —gritó Anastasia, sus ojos llenos de desesperación.

​Alexander la miró. Y con una mirada que era tan fría como el hielo, sacó su teléfono y escribió. La pantalla decía: "Nunca volverás a acercarte a Kiara. Y si lo haces, te arrepentirás."

La justicia de Alexander era silenciosa, pero efectiva. Había destrozado a sus enemigos sin decir una palabra. Y en su corazón, sabía que su venganza no era por él, sino por Kiara. La mujer que le había devuelto su alma.

🥀¿La esposa del CEO mudo?🥀




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