¿la esposa del Ceo mudo?

Capítulo 23: Un legado en el tiempo

El día después de la propuesta del abuelo Volkov, la mansión se llenó de un aire de celebración, algo raro en ese lugar. La familia de Kiara y Alexander se había reunido para un brindis. El ambiente era cálido y alegre, un fuerte contraste con la frialdad habitual de la casa. En el salón, solo había amor y gratitud.

El padre de Kiara, con el corazón en la mano, se acercó a Alexander.

—Alexander, no sé cómo agradecerte esto. Has cambiado nuestras vidas.

Alexander lo miró. Y en ese momento, por primera vez, se comunicó sin usar su teléfono. Con una voz que era ronca, pero clara, le dijo:

—No... tienes... que... agradecer... nada... Somos... familia.

El padre de Kiara se quedó sin palabras. Las lágrimas corrían por sus mejillas. El hombre, el CEO mudo, había hablado por él, por su familia. El milagro, el de la voz de Alexander, había ocurrido. Kiara, con la boca abierta, no podía creer lo que estaba escuchando. Era la voz de Alexander, una voz que era tan hermosa como su corazón.

Más tarde, mientras el abuelo y Alexander hablaban de negocios, Kiara se acercó a él.

—Alexander, ¿puedo hablar contigo un segundo?

Él asintió. Se levantó y la siguió a un rincón de la mansión.

—Alexander, lo que hiciste por mi padre... es increíble. No sé qué decir.

Él la miró. Y con una voz que era todavía ronca, pero clara, le dijo:

—Kiara... te... amo. Y... quiero... que... lo... sepas.

Kiara se sintió conmovida hasta las lágrimas. Se arrojó a sus brazos y lo abrazó.

—Alexander, yo también te amo. No tienes idea de lo que tu voz... lo que tú significas para mí.

En ese momento, el abuelo se acercó a ellos.

—Kiara, querida. Alexander me ha dicho algo. Y quiero que lo sepas.

Kiara lo miro.

—Alexander me dijo que ha decidido crear un fondo para apoyar a los jóvenes programadores. Y el primer donante... serás tú, querido —dijo el abuelo, dirigiéndose al padre de Kiara, con una sonrisa—. Es su forma de honrar a su hija.

El padre de Kiara se quedó sin palabras. Kiara, por su parte, se dio cuenta de que su amor por Alexander no era solo un amor que había roto un guion, sino un amor que había creado un legado. Un legado que no solo honraba a su familia, sino que también daba esperanza a todos los jóvenes programadores, como ella.

Esa noche, Kiara se dio cuenta de que su amor por Alexander no era solo un amor que había roto un guion, sino un amor que había creado un legado. Un legado que no solo honraba a su familia, sino que también daba esperanza a todos los jóvenes programadores, como ella.