Tomar la responsabilidad

Luz...

      Cámara...

                  Acción...

G r a c e

—Grace Olivia Harrington, ¿Aceptas ser mi esposa? —La caja donde dejó ver el hermoso y brillante anillo hizo que todas las miradas se concentraran en ambos.

Miré a todos los presentes, la tención era demasiado y no podía con toda la glomeración del lugar, necesitaba espacio.

Intenté controlar mi respiración y hacerme ver más tranquila, pero esto era demasiado. Yo no quería esto, ni siquiera creí en la posibilidad de casarme, ahora tengo a mis pies, al soltero más -deseado de toda Inglaterra pidiéndome que sea su esposa.

—Acepto.

Los presentes aplaudieron haciendo ver la alianza que se ha sellado ahora, la hija de un Marques, cuya familia dirige la defensa y tiene negocios de forma internacional en el país, y él, el hijo de un duque y sobrino de la actual Reina.

La boda era obviamente algo que habían deseado hace mucho nuestros padres, no puedo creer que sin importar cuanto escapara aun así haya llegado a este momento. Las reuniones, las miradas y la horrible sensación de llevar tacones es insoportable.

No quería volver a aquí, se bien que mi padre ni siquiera vio venir esto, no fue su error, solo fue mío. De no haber descubierto la verdad que ocultan estaría igual de sorprendida de que las cosas terminaran así.

Tiempo atrás.

—¿Cuánto tiempo estaremos aquí? ¡Quiero bajar!

Lleve mis manos a su boca para que se detuviera. —Cálmate, Eddy.

—Tengo diez, necesito correr y este avión me detiene.

Busque en mi teléfono una app de juegos y se lo pase.

—Juega pero que sin la niñera se dé cuenta.

—Por eso te amo, Grace. —besó mi mejilla.

Iba a tomar un poco de jugo que había en la mesa, pero por la turbulencia me moje el traje.

Genial. Bufé.

Me levanté y caminé a la hasta el baño, pero la turbulencia hizo que tropezara al caer en el asiento de alguien. Mi mirada se alzó y vio unos resplandecientes y hermosos ojos azul cielo. Eran grandes y hermosos, un hombre fuerte y de rostro demasiado perfecto.

—Lo-Lo lamento.

Iba a pararme, pero sus manos me tenían tan fuerte que me hicieron caer de nuevo en sus piernas.

—¿Podría soltarme? —Mi petición lo hizo mirarme con más profundidad, comenzó a soltarme hasta que al fin pude levantarme. —Lo lamento.

Espero que mis mejillas no estén tan rojas, como suelen estar cuando veo a un chico que me gusta.

Estaba por irme, pero sentí su mano sostener una de las partes de mi saco, eso me hizo voltear.

—¿Si? No me diga que... oh, ¿Lo golpeé en algún lado? —Miré su cuerpo detenidamente.

—Solo... no me dijiste tu nombre.

¿Enserio me detuvo para eso?

—Ana.

—Ese no es,—dijo con burla en su tono.

¿Cómo se dio cuenta que miento?

—Sophia.

—Tampoco es ese.

Este hombre... ¡No puedo sostener su mirada!

—Debi regresar a...

—Viene del otro lado.

—¿Me está espiando? —Cubrí mis labios, olvide la etiqueta.—Lo siento, he sido impertinente, me iré.

—Soy James, —Extendió su mano y yo solo la tomé como boba.

—Mi nombre es Grace.

Él solo sonrió.

G&J

—Joven y señorita Harrington, hemos llegado.

Sonreí.

—Eddy, despierta.

Entre gruñidos y babas se levantó de mi regazo.

—¿Ya llegamos? Que molesto.

Limpie con un pañuelo sus labios llenos de saliva.

—Recuerda lo que hablamos, esto no es América, debes comportarte.

—Extraño a mis amigos.

Sonreí.

—Será temporal, luego volveremos a casa con nuestros amigos y yo seguiré la universidad.