La esposa fea del multimillonario

Capítulo 3

Dante: mi esposa no tiene ningún derecho de enamorarme. Porque siempre estará enamorada de mí, además ya no quiero seguir hablando de esto contigo.

Nicolás: lo seguiremos haciendo hasta que entiendas que ella debe de ser feliz. Debes de olvidarte de Alexia de una manera definitiva.

Dante: jamás me olvidare de mi mujer. Ella nació para ser mi esposa y quiero que estés seguro de que la voy a encontrar, pero cuando la encuentre espero que no se crea una mujer soltera.   

Nicolás: me pregunto cómo reaccionarias si cuando la encontraras vieras con tus propios ojos que existe alguien que realmente esté interesado en ella.

Dante: acaso estas intentando que me enoje nuevamente. Esa mujer es mía y nadie me la puede quitar por más intento que hagan, así que no vuelvas a decir eso nunca.

Nicolás: tu comportamiento es de un hombre que tiene sentimientos por su mujer. Ahora será mejor que me vaya antes de que me digas algo más.

Él se va y deja a su amigo pensando. Dante se sentía demasiado intranquilo, porque después de muchos años ella ya no estaría en esta casa

En algún lugar fuera de la ciudad

Alexia: después de un largo viaje al fin hemos llegado a tu casa, nana. Jamás espere que el viaje en autobús fuera demasiado pesado y ahora quiero que descanses un poco.

Nana: yo estoy muy bien, mi niña. Además, no necesito descansar y sobre todo debemos de comer, porque te puedes enfermar si no lo haces.

Alexia: siempre me enfermo de la tos y la gripa. Eso es algo demasiado común en mí, así que no debes de preocuparte por eso, ya que este día será el inicio de mi nueva vida.

Nana: tienes razón, mi niña. Ahora solo te espera felicidad, aunque el lugar al que vinimos es un pueblo puedes lograr ser felices como tú quieres.

Alexia: no importa el lugar en donde este si me siento en paz. Esto es lo que yo siempre quise, además mis padres muy pronto se olvidaran de mí.

Nana: ningún padre se olvida de sus hijos. Solamente que te darás cuenta cuando te empiecen a buscar y cuando lo hagan me darás la razón.

Alexia: jamás mostraron interés en mí. Siempre fui una carga para ellos y eso lo entendí desde que empecé a sentir el rechazo que sentían por mí.

Nana: te recuerdo que la vida es solo una y quiero vivirla. Nada más que para hacerlo debo de sonreír y sobre todo olvidarme de mis malos recuerdos.

Ellas conversan un poco más hasta que Alexia se levanta de su silla y se alegraba de haber comprado algo de comer para ellas en la central de autobuses. Alexia empieza a servir la comida y a los pocos minutos toma asiento para poder empezar a comer, pero su nana estaba consciente de que sus padres nunca quisieron a su niña, solo que eso era un gran misterio para ella

En la casa de la familia Sullivan

Leonardo: nuestra hija está desaparecida y eso me hace sentir demasiado extraño. Además, nunca le dimos afecto y por esa razón se fue.

Isabel: sabes que a mí no me importa lo que pase con ella y mucho más sabiendo que es tu hija ilegítima. Porque nunca te engañaste con respecto a eso.

Leonardo: cuantas veces te tengo que decir que nunca te he engañado. Ella es nuestra hija y su nacimiento no lo tienes claro, porque te desmayaste después del parto.

Isabel: jamás he sentido el llamado de la sangre con Alexia y sobre todo no se parece conmigo. Esa es una señal de que no es mi hija.

Leonardo: no puedes vivir rechazándola por tus dudas. Solamente que a mí me pasa exactamente lo mismo, seguramente no la aceptamos por su apariencia física.

Isabel: siento que eso no tiene nada que ver y nunca pude resolver la duda que tenía sobre su nacimiento. Ahora pienso que llego el momento de hacerlo.

Leonardo: estoy seguro de que eso lo haces para calmar un poco tu consciencia. Pero eso no cambiara absolutamente nada, ya que siempre te sentirás igual.

Isabel: solo quiero aclarar esta duda que tengo. Siempre he sentido que ella no es mi hija desde su nacimiento y si me entero que es nada más tu hija jamás te lo perdonare.

Ellos siguen conversando y Leonardo no entendía de donde había sacado esa historia que se inventó para seguir rechazando a su hija y también para era él era extraño no querer a su propia hija. Porque estaba completamente seguro de que la niña era de ellos, porque no podía equivocarse

En la casa de Dante McGregor Evans

Dante: tengo todo el día esperando noticias sobre mi mujer y todavía no las tengo. Además, nadie sabe cómo me siento en este momento.

Leónidas: la señora se fue porque realmente lo quiso hacer. Solamente que yo me encargaba de su seguridad a pesar de que nunca salió de esta casa y me di cuenta de que tenía su mirada triste.




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