Huellas

Capítulo 8

Dormí mal esa noche.

Cada vez que cerraba los ojos, veía imágenes que no entendía del todo.

Un cuaderno abierto.

Una mano que no era la mía sosteniendo un bolígrafo.

Una voz susurrando algo que se desvanecía antes de que pudiera entenderlo.

Me desperté con el cuerpo tenso y un sabor metálico en la boca, como si hubiera estado conteniendo la respiración por demasiado tiempo.

El mensaje seguía en la pantalla de mi teléfono.

"No es lo que recordás. Es lo que olvidaste."

Algo dentro de mí sabía que tenía razón.

Pero, ¿qué era?

Me levanté y agarré la libreta otra vez. Pasé las páginas con más cuidado, buscando cualquier otra cosa extraña. Cuando llegué al final, noté algo que antes había pasado por alto.

En la última página, en una esquina apenas visible, había algo escrito con lápiz.

Casi no se notaba, como si alguien lo hubiera hecho a propósito para que pareciera un simple garabato.

Pero cuando lo miré de cerca, reconocí las letras.

Un nombre.

Mi corazón se detuvo por un segundo.

No porque no conociera ese nombre.

Sino porque no tenía derecho a estar ahí.

Era el nombre de alguien que no debería haber existido en mi historia.

Alguien a quien, hasta ese momento, yo creía haber olvidado.