Capítulo 16
El silencio en la habitación se volvió insoportable.
"No confíes en lo que ves."
Las palabras se clavaron en mi mente como un puñal.
Traté de procesarlo, pero mi corazón latía con tanta fuerza que apenas podía pensar con claridad.
—¿Qué significa que no somos las únicas atrapadas aquí? —preguntó Lucía, con la voz temblorosa.
La abuela tardó unos segundos en responder.
—A veces, las sombras aprenden a imitar la luz.
Un escalofrío recorrió mi espalda.
—¿Las sombras?
La anciana asintió.
—Hay algo en este ciclo que no quiere que escapen. Algo que ha estado aquí desde el principio.
Mi respiración se volvió errática.
—¿"Algo"… o "alguien"?
La abuela no respondió de inmediato.
En cambio, deslizó el cuaderno viejo hacia mí y señaló la siguiente página.
Temblando, leí en voz baja.
"Si estás leyendo esto, significa que aún tienes una oportunidad. Pero debes recordar una cosa: Lucía no siempre es Lucía."
Mis ojos se abrieron de golpe.
—¿Qué… qué significa esto? —murmuré, mirando a mi amiga.
Lucía estaba completamente pálida.
—Yo… no lo sé.
Su voz sonó sincera, pero el miedo en su mirada me hizo dudar por primera vez.
—Tal vez… tal vez en algún ciclo pasado no era yo realmente —susurró ella, abrazándose a sí misma.
La abuela suspiró.
—Es posible. Lo que sea que controla este ciclo ha aprendido a jugar con ustedes.
Me llevé una mano a la boca.
"Lucía no siempre es Lucía."
Pero… ¿cómo podía saber si la persona a mi lado era mi Lucía?
Miré su rostro. Sus ojos estaban llenos de angustia, su respiración era rápida y entrecortada.
Era ella.
Tenía que ser ella.
Lucía notó mi mirada y negó con la cabeza.
—No dudes de mí. Por favor.
Mi estómago se revolvió.
No quería dudar.
Pero…
Algo en mi interior me decía que, en algún momento, ya lo había hecho.
Y que, tal vez, tenía razón.