AÑO DE 2010
La madre de Bonitofi gritaba incesante al caminar por los cuartos de la casa.
Se creía que estaba de moda, el no hacer separaciones de paredes entre habitación y que todo debía de confluir en una sala de estar de tamaño grande y amueblada, pero el baño donde queda, la privacidad donde queda y sobre todo la voz de su madre retumbaba con más fuerza, su padre el SIMPatizante preparaba la comida, giraba la perilla del radio, y hacia batidos con la licuadora, era el almuerzo 30 a las 8:00 para iniciar clases.
El toc, toc, de los tacones de la muerte que usaba la madre llegaban hasta el oído, la batidora y la música de quinceañera del radio no hacían más que emporar la situación.
Bonitofi se levantó con blefaroespasmo, era solo cansancio, estuvo todo el día anterior pegada a su computadora.
Con pasos lentos llego al baño, se cambió de ropa, se colocó el uniforme escolar.
Se encontraba agotada, se había pasado toda la noche jugando su visual novel de una planta llamado Naricisoss.
Bonitofi: bueno es el primer día y tengo que decirlo: Odio la escuela.
Era su primer día cuando ingresaría a la escuela secundaria.
Sus ánimos estaban tan altos, como el interés por levantarse, como el interés por ponerse los zapatos, aquellos zapatos super brillantes de charol que su madre tanto le insistió en comprar el día ayer, no le gustaba la suela prominente o tampoco los bordes rechonchos, no se trata de parecer payano, al contrario, es pasar lo mas desapercibido posible, y mal el primer día.
Almorzó la comida del simpatizante.
Se despidió de su madre, le entrego un rápido y austero abrazo a su padre.
Llego hasta la puerta, giro hacia atrás, vio como sus padres de abrazaba de lado para verla partir, nada impresionante en ese momento, es común que ella se sienta así, esta escena se repetía incluso cuando iba a la escuela primario. salió de su casa rumbo a su nueva fase de estudiante.
Al salir el simpatizante se convirtió en Alfa.
≤ J ≥
La mochila que parecía paracaídas le causa dolor en la espalda.
La población de la calle la miraba cargando semejante saco, dificultando en su caminata y tambaleándose casi golpeando a los transeúntes.
El sol era intenso.
El sudor del esfuerzo y del calor le empapo toda la frente.
Bonitofi: malditos, aun lado.
Les decía a los adultos con traje de etiqueta que caminaban hacia ella. Se distinguían unos de otros por tener consignas y colores, y con gorras de su partido político.
Por detrás de un adulto salió una niña, no veía por donde caminaba y termino golpeando de frente a Bonitofi, quien se tambaleo por el sobrepeso de la mochila sin llegar a caerse.
La niña por su parte cayó de espalda tirado al suelo sus pertenencias.
Tenía puesto otro uniforme diferente al suyo, era de otra escuela. Había dejado caer una flauta, Bonitofi la ayudo a levantarla y se la dio en la mano, la niña la tomo y soplo por la flauta sacando un sonido muy desalineado. Rápidamente se pasó a un lado suyo y se perdió entre la multitud.
Bonitofi continúo con su camino.
≤ J ≥
Fue de esa forma como inicio la vida escolar. Pasando, para ella, un día aburrido, pero con esperanza de tener a una buena amiga que la acompañara.
Sin darse cuenta pasaron más días, y más, incluso pasaron meses y ella no había conseguido tener una amiga original y verdadera, y no una amiga con conveniencia.
Algo estaba mal, acaso era su atuendo, su ropa, acaso es introvertida, algo no encajaba, y la razón era que su cuerpo era demasiado pequeño en comparación con las niñas de su edad.
Un día durante el almuerzo:
Bonitofi: siento que mi talla es diferente que a la de mis compañeras. ¿Eso es normal?
La madre: oh claro querida, estas en desarrollo, ya verás que tu talla aumentara (decía mientras leía el periódico).
El padre: solo es cuestión de esperar, el tirón puberal algún día llegara. (Decía mientras preparaba la comida).
Bonitofi: pero mis compañeras de mí misma edad ya son altas, ya desarrollaron pecho y trasero, yo no tengo nada.
La madre: solo en un pequeño retraso, querida.
El padre: además la figura y un cuerpo contorneado no lo es todo.
Bonitofi: lo sé, lo que importa es lo que llevamos con nosotros, nuestras acciones, nuestros sentimientos y la disciplina, pero he pensado si alguien con esas características y cuerpo pequeño como el mío y un cabello rizado pueda conseguir… conseguir… nov… no… pareja.
La madre: (ya llego a esa fase) ay querida, si no fuiste influenciada por Disney y tienes un propósito claro en la vida, no necesitas de un hombre, el muro social no existe cuando tienes un propósito claro, si no fueras así serías como el 90% de todas las demás mujeres, en ellas existe una mercadotecnia de las citas y el interés persona, maquillado “por el que dirá” de la sociedad.
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Editado: 22.11.2025