La estrella de Color Naranja

Una pérdida

Un día te despiertas sabiendo casi nada de tu vida los 17 años, apenas aquellas cosas como que tuviste una familia que al final no te quería tanto, un abuelo que hizo lo que pudo antes de colgar los tenis dejándote una cuenta y dinero que rogó que jamas se los dieras a tus padres, la enfermera te dice que has tenido un accidente pero como eres un adolescente independiente pues tienes que pagar facturas...
Alli estaba de nuevo frente a las puertas de mi trabajo un sábado cualquiera donde el Jefe me hacía venir desde hacía 5 años cada vez que se volvía loco por la llegada del dueño de la sucursal de cual el era el Ceo en funciones.
-¡Revisa todo!- gritó a todo pulmón al verme  salir del mugroso ascensor puesto que ni el, ni nadie del personal puede acceder por el maldito ascensor privado; bueno, exceptuando la anciana de la limpieza-
- Buenos días para usted también- le dije sarcásticamente y solo me miró de reojo-
Desde hacía dos semanas nos tenía trabajando 14 horas al día, había mandado remodelar el recibidor, la oficina y la mesa de juntas que ya bastante tiempo tenia de estar allí, pero si ese señor de canas blancas y ojos verdes volvía a dar un golpe en esa cosa mal llamada mesa, seguro que se cargaba el piso y a nosotros con él a cuestas-
Odiaba mi trabajo, pero el estúpido que tenia por Jefe me pagaba más que al resto por que era un imbécil a la hora de tomar decisiones, cuando llegué lo primero que hice sin haber sido contratada fue correr como loca para arreglar una cagada... menudo día ese, estuve a punto de salir corriendo, fue nomas por la promesa de un medio salario extra que me he quedado hasta hoy, no se pero algo me dice que tanta cosa para la visita del anciano y un "socio nuevo" no traen pinta de que vaya a conservar mi trabajo y más cuando el que se queda con toda la gloria es el idiota ese.
Pasar mi sábado metida en la oficina no fue mi idea y la de ninguno en este piso pero al terminar el día decidimos que si iba a ser nuestro último salario íbamos a embriagarnos hasta no reconocer nuestra propia imagen en el espejo... Bueno para ellos; por que yo, aunque me bebiese todas las botellas de licor del bar no tendría más que medios mareos por una media hora y luego nada, nada de nada, como si bebiese agua; lo bebía, si... obvio si, aunque sea por la sensación de ardor en mi garganta.
Esa noche en particular note una mirada en mi espalda, sentía que me perforaba los pulmones pero nunca pude ver de donde venía, ni quien era el imbécil que me veía como presa. 
Cansada de eso me disculpe con los chicas diciendo que parecía que mi periodo había llegado por adelantado.
Mejor debí quedarme en el maldito bar antes que llegar a mi departamento.
En cuanto llegué al edificio en cuestión el portero me dijo que había regresado temprano,¿por que le debía importar eso?, no lo sabía ni me interesaba, era mi departamento y el único que tenia llaves además de mi era mi prometido, el cual vivía conmigo desde hacía un año; no era malo, solo sus padres le habían echado por vivir con una don nadie; aunque me irritó al principio, que me eligiera me había hecho elegirle sin dudarlo. Más me encantaba el hecho que había un acuerdo de que me tocaría hasta el día que contrajeramos matrimonio como se debía.
Entre al departamento y pensé en lo peor después que el hombre de abajo se sorprendió por verme, pero la calma volvió a mi cuando todo al parecer estaba en orden. 
No había nada fuera de lo usual en el recibidor, ni en la sala, baño y el cuarto, salvo por una cosa... las puertas del armario estaban abiertas.
No había una sola prenda de mi prometido en ella, en el tocador aún estaban sus cosas hasta que me regrese a la cama,  la mesa de noche había una nota doblada.
-siento irme así, pero no puedo seguir con esta relación un día más, eres excelente para cualquiera que desee estar contigo pero yo no puedo vivir en la agonía de no poder tener todo a mis pies, no sirvo para eso, fui criado como un niño de oro y aunque soporte por ti; no puedo perderlo todo, mis padres han dicho que me darán la empresa a cambio de casarme con mi antigua prometida y lo he aceptado sin duda, pues vi los resultados de tus exámenes, esos que nos pidieron antes de la boda; no puedo hacerlo, no voy a vivir sin tener descendencia solo por amor a ti, prefiero mil veces quedarme con alguien a quien no amo pero sabiendo que he recuperado mi estatus y mi dignidad.
-Vaya prometido el que me conseguí- mi voz no sería escuchada por nadie, pero debía decir algo además de estar allí llorando como estúpida por unas letras de un idiota que se cree la última cereza de la Viña y sobre todo la mejor.




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