La etapa dolorosa de un amor no correspondido [chanin]

IV. Árbol de cerezo

Ya pasaron dos semanas desde la cita que Chris preparo para ambos, ahora le tocaba a él hacer lo mismo. Era su turno y quería que la cita sea perfecta.

No quería nada común, quería algo extraordinario. Porque salir a comer o al cine, solo le haría recordar a Hyunjin.

Incluso buscó en Internet, pero todo ya lo había visto, tristemente con Hyunjin.

Con mucha frustración tiró su celular a la cama, colocando sus manos en su cabeza debido a las horas que pasó investigando

―¡Jeongin! ―un grito desde la cocina se escuchó, seguramente Chris se cansó de esperar ―¡vinieron por ti!

Saltó de su silla soltando un ligero grito, debía tener un plan para su cita de hoy y no lo tenía.

Jeongin cogió una chaqueta y salió de su habitación, algo se le debía ocurrir en el camino.

―Ya estoy a- quí

Su oración se había entrecortado porque la persona que vió hablando con su mamá no era Chris.

―Hyunjin ―jadeó de la sorpresa.

Hyunjin se dió la vuelta con una sonrisa, fue ahí que Jeongin se acordó de algo muy importante, domingo de videojuegos.

―Innie~ ―saludó de forma tierna, ahora como le decía Jeongin la verdad.

―Mamá saldré un rato con Hyunjin ―avisó antes de agarrar el brazo derecho de Hyunjin, sacándolo de su casa ―Hola, Hyunjin ―bajando la mirada soltó su brazo.

―¿Innie qué pasó? ―puso sus manos en los hombros de Jeongin, siempre lo hacía cuando estaba nervioso o no sabía que hacer.

―Me olvidé sobre nuestra reunión de cada domingo y ya tenía una cita planeada.

El semblante de Hyunjin paso de feliz a triste en segundos, ni siquiera él que tenía pareja se olvidó de un día tan importante para ambos.

―Pero, siempre lo hicimos, desde niños.

Jeongin se mordió el labio, su corazón le gritaba que cancelará los planes con Chris y se quedará en su habitación jugando con Hyunjin mientras comían chatarra hasta casi reventar.

Aunque su cabeza le gritaba que era momento de olvidar esto, toda esta patraña de dolor por un amor unilateral.

―Lo siento, estaba muy entusiasmado con la cita que tengo, que lo olvidé por completo.

Hyunjin se enojó por la respuesta, desde siempre le cancelaba las citas a Felix para estar con Jeongin durante todo un día, ahora que él no puede hacer lo mismo le molestaba.

―Jeongin, yo siempre estuve libre los domingos, cada domingo trataba de no tener planes con nadie, ni siquiera con Felix, pero ahora eres tú quien está cancelando nuestra reunión ―tomó una pausa para no gritar ―¿por una cita?

Una pequeña parte de su corazón se emocionó al escuchar las palabras, pero su boca tomó el control antes de pensar.

―Jamás te dije que lo hicieras, siempre hubiera comprendido que hicieras planes con alguien más ―suspiró frustrado ―los amigos se apoyan entre sí, te habría apoyado en cualquier cita que tuvieras en domingo. Nunca te dije que no tuvieras planes los domingos, ni siquiera te exigí pasar un día conmigo.

Jeongin limpió una lágrima que soltó y corrio hacia una plaza, la misma en la que debía encontrarse con Chris.

Al llegar al lugar pudo respirar tranquilo, el nudo en su garganta se disipó en el trayecto y la ligera punzada en su corazón ya no estaba.

―Jeongin, ¿Estás bien?

Desde lo lejos Chris pudo ver en qué estado se encontraba Jeongin, cansado y huyendo de algo.

―No te preocupes, estoy bien.

Sin razonar, Jeongin tomó la mano de Chris para dirigirse a un árbol cercano.

―¿Un árbol de cerezo? ―preguntó desconcertado.

Jeongin simplemente se encogió de hombros, solo siguió a su corazón, quién le guío hasta ese árbol mientras sujetaba la mano de Chris.

―Solo quiero tener una cita poco común.

―Entonces...

Chris se sentó en el pasto, apoyándose en el tronco del árbol, extendió su mano a su costado para dar ligeras palmadas al pasto.

―Ven ―lo invito a sentarse a su lado, era muy pronto para decir que Jeongin ya sentía su corazón latiendo a mil ¿Verdad?

Jeongin lo hizo, se sentó a lado de Chris y comenzaron a hablar.

Las citas siempre son en lugares divertidos y dónde puedes distraerte, Jeongin quería un lugar en donde pudiera ser él, sin ocultar nada y sin forzarse a nada.

Una charla en la plaza, con un árbol de testigo, mientras algunos pétalos se caían por la brisa.

Esto era, sin duda, una cita poco común y extraordinaria.

Algo que podía hacer pacíficamente con la compañía de un nuevo amor, ojalá y este sea el correcto. Porque Jeongin ya marcó el punto final a esa página donde mostraba su primer amor, su amor no correspondido.




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