EPÍLOGO.

La Eterna Narradora

"En cada amanecer yace la promesa de un nuevo capítulo, y en las páginas de nuestra vida, la certeza de que cada desafío superado es el preludio de una victoria aún más grande."

Brismaida Morfiti.

Si tuviese que definirme con un título, sin duda sería "La Eterna Narradora". Este es el manto que he llevado desde que tengo memoria, una identidad que ha trascendido el tiempo y las circunstancias. No soy una mera espectadora en el teatro de la vida; soy la que relata la historia, la que da voz a los susurros del viento y a los secretos del mar.

Desde muy joven, sentí que debía narrar mi propia visión de la vida y que todo ello me ayudaba a vivir: narrar es el combustible que impulsa mi día a día. Cada amanecer, cada puesta de sol, cada cambio de estación es una página en blanco esperando ser llenada con palabras que capturan su esencia efímera. Observo el mundo con ojos curiosos, encontrando la poesía oculta en los pliegues de la cotidianidad y la sinfonía en el caos urbano.

La naturaleza ha sido mi musa y mi maestra, enseñándome que hay un ritmo en todo lo que existe, una melodía que se puede escuchar si uno se toma el tiempo para sintonizarla. Y así como la naturaleza florece y se transforma, también lo hace la tecnología, extendiendo el alcance de nuestra narrativa a esferas que antes eran inimaginables.

Como "La Eterna Narradora" que me considero, he aprendido a apreciar tanto el silencio reflexivo de un bosque antiguo como el zumbido vibrante de una ciudad inteligente. Ambos son capítulos de la misma historia, facetas de nuestra existencia que merecen ser contadas con asombro y reverencia.

 Al cerrar esta narración sobre lo que ha sido mi vida desde que nací, mi deseo es que las historias que he tejido no sólo entretengan, sino que también inspiren. Que cada lector pueda encontrar un eco de su propia vida entre las líneas y quizás, a su vez, se convierta en narrador de su singular relato.

 Así continúo, con la pluma en mano y el corazón abierto, eternamente narrando, eternamente viviendo. Porque en el fluir constante del tiempo, nuestras historias son lo único que perdura. Y yo, con humildad y honor, asumo mi papel en esta narrativa sin fin que es la propia vida.

 Continúo adelante, con la pluma como extensión de mi alma y el corazón como guía, incesantemente tejiendo relatos, incesantemente saboreando la existencia. En este río ininterrumpido que es el tiempo, nuestras historias son los únicos tesoros que desafían su corriente. Con humildad y gratitud, abrazo mi rol en este tapiz infinito que llamamos vida.

 Mi corazón se desborda de agradecimiento hacia cada uno de ustedes que se ha detenido a explorar mis mundos de tinta y papel, brindándome su invaluable apoyo. Un caudal de amor fluye por ustedes, cuyas palabras de aliento y constante respaldo me impulsan a perseverar en este viaje que es mi existencia. 

 Me quedo sin palabras para expresar mi gratitud. Como humilde cuentista, albergo la sincera esperanza de haber aportado un destello de belleza a sus días.

Nunca lo olviden.
Les quiere
Bris.

                                                                                          Fin