La eternidad del abismo

Todo lo que no era

Caminaba como si el mundo no pesara
y yo lo seguía con la fe de quien cree
que ha encontrado a Dios en forma humana.

Leía sus gestos como si fueran profecías,
creía que cada palabra
era un mapa hacia su corazón.

Me sonrió un día
y sentí que el sol
se había inventado para eso.

Todo era él.

Y nada,
en realidad,
era.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.