La eternidad del abismo

No eras lo que prometiste

Me hablaste de amor
como si lo conocieras.

Como si tus manos supieran sostener
sin aplastar.

Pero ahora veo:
nunca fuiste refugio,
solo un incendio disfrazado de hogar.

Guardé todo.
Las dudas, los silencios,
tus ausencias disfrazadas de "estoy cansado".

Te di tiempo,
espacio,
comprensión.

¿Y tú?
Me diste excusas bonitas
y promesas vencidas.

No grité.
No rompí nada.
No te humillé.

Pero dentro de mí,
hay una ciudad ardiendo
con tu nombre escrito en cada ruina.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.