Me miré al espejo hoy.
No para arreglarme,
sino para buscarme.
Pero no supe si era yo
o un fantasma con mi cara.
Los ojos se ven vacíos,
como si alguien los hubiera apagado
desde adentro.
Los labios...
esos que un día supieron reír con fuerza,
ahora tiemblan con sólo nombrarte.
¿Quién soy?
¿La que amó demasiado?
¿La que esperó respuestas?
¿La que se culpó por tu ausencia?
O simplemente...
¿la que quedó?
La que no se fue
aunque todo dolía.
La que no gritó
aunque por dentro ardía.
La que aún se pregunta
si amar fue un error,
o si el error
fue no amarse más a sí misma.
Me miré al espejo.
Y por fin entendí
que no todo lo que brilla
es vida.