La eternidad del abismo

Si caigo otra vez

Ya no me aterra el precipicio.

Si caigo otra vez,
sé cómo golpear contra el suelo
sin romperme los huesos del alma.

Aprendí que algunas caídas
se convierten en alas,
y que volar no siempre es hacia arriba.

Si el dolor me espera al final,
que me encuentre de pie
aunque el corazón sangre.

Porque esta vez,
yo elijo la dirección de mi caída.




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