La eternidad en un mar de estrellas.

Cap. 14: Tú no tienes ningún poder.

(Universo 2, E10, 64 años desde el nacimiento de los hijos de Junuem)

Cuando Camila y yo teníamos 16 años, yo había logrado dejar por completo el pensamiento de que «¿Qué tal si salgo con ella?», y aun cuando ella comenzaba a lucir extraordinariamente bonita, la veía de forma tan asexual que incluso, si la veía desnuda, no hubiese sido posible provocar algo en mí…

—¿En serio? —quizás te estés cuestionando, incrédula.

Bueno… o eso es de lo que yo me quería convencer.

Camila se había vuelto a pegar a mí desde el día en que Yanis cumplió 23 años. ¿Por qué? Bueno, Camila había estado juntando entusiasmadamente tarántulas mucho más grandes y grotescas de lo normal, para conseguir una gran cantidad de dinero con la venta de los boletos para ver las peleas, más lo que llegaba a ganar con las apuestas, y con ese dinero, compró una chaqueta negra para regalársela a Yanis.

—Ten, te compré una chaqueta negra, del color de tu alma —le dijo un poco avergonzada cuando se la dio.

Yanis la tomó sin una pizca de emoción en su cara.

Camila se aclaró la garganta, tratando de suprimir su nerviosismo—. Con este clima, no dejaba de pensar en ti, frío como tu corazón, y ya que hoy es tu cumpleaños… no me pesa darte esa chaqueta… ¿no te gustó?

—¡Claro que me gustó esta hermosa chaqueta barata que parece de mi abuelito y huele a mi abuelito! Ya que es de color negro como mi alma, será perfecta para cuando me la ponga en tu funeral.

Desde entonces, Camila comenzó a evitar a Yanis, aunque era difícil ya que vivían en la misma casa, pero hacía lo mejor que podía. A mí me gustaba estar con ella, pero a veces tenía la impresión de que solo me estaba usando para no pensar en Yanis, y me molestaba, aclaro, no eran celos… solo… a cualquiera le molestaría que su mejor amigo esté contigo solo por querer distraerse de algo, que por querer pasar tiempo contigo y divertirse. ¿O no?

Pero, ¿a qué vino aquella cercanía no tan cercana entre Camila y Yanis? ¿Recuerdas que escribí no hace mucho que ella había presenciado un beso entre los aparentemente no hermanos Rowing?

Tú desapareciste poco después, y ella se dedicó junto con César a subirme el ánimo, pero cuando llegaba la noche y yo tenía que regresar a mi casa y ella a la suya, entonces ella debía lidiar con su otra preocupación. Camila se había dado cuenta de que Yanis siempre esperaba a que Yannel se fuera a acostar para entonces salir al patio y sentarse en el pasto a ver el cielo, siempre lo hacía, incluso en noches nubladas, y si llovía hacía lo mismo pero desde dentro de la casa, era como si ese fuera el único momento en el que podía dejar su fachada de niño agresivo y pudiera tomar una actitud calmada con la que era capaz de meditar sobre sus preocupaciones.

Al principio, Camila se limitó a observarlo de lejos, le llamaba la atención ver la cara de Yanis sin su distintivo ceño fruncido, y no quería arruinar esa vista acercándose a él. Pero luego de algunas semanas, decidió que no podía seguir conteniendo más su curiosidad y que debía de enfrentarlo.

—Hey, ¿por qué estás aquí tan pensativo? —preguntó y se sentó junto a él.

Él la empujó con fuerza para hacerla caer de lado—. Vete, eres una molestia.

Camila chasqueó la lengua y volvió a sentarse, esta vez un poco más alejada de él—. Vamos~, pareces preocupado. Pero no estés triste. A alguien le importas, a mí no, a tu familia tampoco, menos a tus amigos, si es que tienes, pero debe haber alguien, un gato, un árbol, no sé, algo.

—Deja de joder y lárgate.

—¿Qué es lo que te preocupa, Yanis? Bueno, sé qué es una pregunta estúpida, la volveré a plantear. ¿Qué pasó entre Yannel y tú que te preocupa tanto? ¿Te molesta mucho actuar como su hermano?

Por primera vez, Yanis miró a Camila a los ojos, parecía un poco sorprendido, pero de inmediato volvió a fruncir el ceño—. ¿Cómo lo sabes?

—Si te vas a llevar a Yannel al bosque para besarla, procura no hacerla enojar y que sus gritos llamen la atención.

—… Púdrete.

—Hey, no sé por qué, pero tengo la impresión de que Yannel no quiere que se sepa la verdad, y tú no dirás nada porque ella así lo quiere, como tú eres su perro faldero, bien yo podría joderte diciéndoles a todos lo que vi.

Yanis le dedicó una mirada asesina.

Pero ella no se intimidó y en su lugar le sonrió—. Pero no lo haré.

—… ¿Qué es lo que quieres?

«Vaya, ¿quiere negociar? ¿Me dará algo a cambio de mi silencio? Y yo que planeaba callar solo porque sí», pensó y se encogió de hombros—. No es la primera vez que te veo salir al patio a contemplar el cielo, hay veces en las que yo no puedo dormir y tengo ganas de hablar con alguien, Massiel está en su casa, así que no puedo ir a verlo.

—No voy a jugar a los amiguitos contigo.

—Claro que no, solo quiero que alguien me escuche, lo arruinarás si abres la boca y vomitas tu mala actitud, así que solo quédate sentadito y abre bien los oídos para mí, ¿está bien?

—Haz lo que quieras.

Camila sonrió satisfecha—. Bien, empezaré desde hoy. La verdad es que no me he encontrado muy bien estos días, ya no sé qué más hacer para hacer sonreír a Massiel, lo veo deprimirse más y más con el paso de los días, y la verdad es que…



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En el texto hay: muertes, viajes en el tiempo, super poderes

Editado: 29.10.2023

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