La eternidad en un mar de estrellas.

Cap. 20: ¿Dónde está Sasha?

(Universo 2, E10, 66 años desde el nacimiento de los hijos de Junuem)

¿Sabes? Aquellas entusiastas conversaciones de amores no correspondidos entre Yanis y Camila no duraron para siempre, de pronto, dejaron de ir en ambos lado y de nuevo volvió a ser solo Camila la que abría la boca, ¿por qué? ¿Las inseguridades de Yanis se habían ido? ¿Algo pasó con Yannel que apaciguara sus celos? ¿O Yanis entendió que no debía tenerle celos a Sasha? Pero, ¿por qué? Cuando Camila le preguntó el motivo de su repentina tranquilidad, él solo se limitó a decir: «Ya me dejó de importar ese imbécil de mierda».

El ambiente comenzó a tener un olor a conflicto no mucho tiempo después y el supervisor dijo que ya venía siendo hora de plantarle cara al secuestrador de su esposa. Caras nuevas comenzaron a llegar y muchas casas de campaña fueron instaladas alrededor de la casa del supervisor, yo era consciente de que ya no tenía tiempo de seguir dudando, ni ninguno de mis amigos… sin embargo, fue por aquellos días, que Sasha comenzó a comportarse de forma extraña, se apartó por completo de todos y dio inicio a un par de caminatas al día, se iba solo a quién sabe dónde, también aumentaron las veces en que lo veíamos fumar, y lucía ansioso todo el tiempo.

«Quizás él no quiere participar en la batalla después de todo», recuerdo que llegué a pensar en eso vagamente un par de veces, pero cuando comenzaba a meditarlo bien, me daba cuenta de que era imposible, la persona con más apego al supervisor luego de su propio hijo probablemente era él, le estaba muy agradecido por darle un lugar al cual pertenecer sin hacerlo sentir asfixiado, e incluso, cuando personas contratadas por mi tíos y la vieja Ruth vinieron a la ciudad para buscarlo, el supervisor se aseguró de que no lo encontraran, por eso y muchas cosas más, el supervisor se convirtió en la imagen paternal que Sasha realmente necesitaba, por lo que me parecía imposible la idea de que le diera la espalada y huyera de la batalla contra Tahiel.

Pero entonces «¿Qué demonios tiene Sasha?», me pregunté. Y seguro tú también en este momento.

La respuesta no apareció pronto y el temible día que todos estábamos esperando llegó. Yannel apareció corriendo para darnos aviso de que había visto a Tahiel junto con otro hombre provocando estragos en el pueblo, la llama de la ira del supervisor se encendió y nos reunió a todos para darnos unas cuentas indicaciones mientras que mandaba a otros a comprobar si Tahiel seguía cerca, cuando éstos últimos regresaron con una negativa, nos dispusimos entonces a tomar nuestras armas y dirigirnos hacia la base de nuestro enemigo en la ciudad de Dynami.

—Hey… ¿dónde está Sasha? —preguntó Alan luego de haber caminado ya un tramo considerable fuera de nuestro pueblo.

Yo miré a todas las direcciones posibles para buscarlo, tú y otros lo hicieron también, pero no había rastro de él por ninguna parte. Sasha era una pieza clave para la batalla, pues con su poder podría informarle al supervisor los movimientos que realizarían los enemigos, sin él era como lanzarnos a ciegas, sin embargo, el supervisor no se detuvo y nos dirigió hacia delante sin una pisca de duda, ya había esperado demasiados años para ese día, no lo retrasaría por un fallo en el plan.

—Massiel —me llamó César.

—¿Qué pasa?

—Hace un tiempo te lo dije, «juro que te protegeré». No fueron palabras al aire —aseguró y una enorme determinación hizo brillar sus ojos—, quizás lo hayas olvidado, pero en 3 días será tu cumpleaños, por fin tendrás 18 y te unirás al club de «Los mayores de edad», cuando salgamos de ésta, te llevaré al bar que suele frecuentar el supervisor y te invitaré tu primer trago. Celebraremos ese día en grande, solo tú y yo, así que no dejaré que le ocurra nada a mi hermano. —Me sonrió—. Mi hermano para toda la vida.

Le devolví la sonrisa—. Eso si es que mamá Sandra no nos mata por haberla desobedecido.

—Supongo que hay que ir pensando en nuestra disculpa —dijo soltando una pequeña risa nerviosa.

—Yo también voy a protegerte, Massiel —me dijo el pequeño Eider.

Le palmeé la cabeza y sonreí—. El supervisor me ha contado de lo bueno que eres ahora controlando tu poder, pero antes de protegerme, prométeme, y tú también César, prométanme que no morirán.

—Dije que te invitaré tu primer trago, no pienso morir antes de eso —aseguró César lleno de confianza.

—Yo tampoco pienso morir —agregó Eider.

Ambos me sonrieron, lucían tan seguros que me contagiaron su seguridad y valentía, las dudas tomaron vuelo y dejaron plantadas en mí semillas de valentía y coraje, justo lo que necesitaba para continuar caminando hacia la batalla y mirar al frente sin vacilar, los tenía a ellos, te tenía a ti, tenía al supervisor, tenía la ropa-armadura de Alan, los tenía a todos, estaba seguro que ganaríamos sin importar cuán fuerte fuera Tahiel, estaba tan seguro de eso que hasta podía ver y sentir la victoria.

Llegamos al atardecer a la ciudad  Dynami en la que se hallaban nuestros enemigos, era una ciudad pobre donde no vivía prácticamente nadie, y las pocas personas que pude visualizar estaban tan delgadas y acabadas que me costaba trabajo creer que siguieran respirando. Y justo en medio de pequeñas casitas que parecían a punto de derrumbarse, una gigantesca mansión azul oscuro de 5 pisos nos decía: «Vengan aquí».

Nuestro ejército de 200 personas aproximadamente, se plantó frente a la mansión, recuerdo que miré impresionado el gran tamaño de ella, era incluso más grande que la mansión de los Eisenhide, y recordé la famosa matanza de la familia Cannatela que se había llevado a cabo ahí hacía casi dos décadas.



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En el texto hay: muertes, viajes en el tiempo, super poderes

Editado: 29.10.2023

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