Dime, ¿hay algo más aterrador en este mundo que ver a tu mamá echa una furia? Yo pocas veces había visto a mamá Sandra tan molesta, y aún menos veces, no, de hecho creo que era la primera vez, que veía al supervisor tan asustado. Dejé a esos dos a solas porque sabía que a mamá Sandra le apetecía gritarle una vez más al supervisor, y yo temía orinar mis pantalones al verla en su modo ogro total, por ello me fui directo a la habitación que antes ocupaban Camila, Yannel y tú, y que ahora solo pertenecía a la primera.
Cuando entré a la habitación, mis ojos se cruzaron con los de mi mejor amiga, y de inmediato nuestros ojos se humedecieron de alivio al confirmar que continuábamos en este mundo. Ella estaba llena de rasguños y dejó crecer su flequillo para cubrir su ojo derecho, me dijo que cuando la encontraron, ese ojo se le había salido y no pudieron hallarlo por ninguna parte, así que ahora tenía un enorme hueco en lugar de ojo. Poco después entró Alan a la habitación, fue bastante sorprendente verlo llorar tan pronto me vio y abalanzarse sobre mí como lo hizo. Luego de calmarlo y hacer que dejara de disculparse conmigo, ambos nos sentamos en la orilla de la antigua cama de Yannel y él me habló sobre todo lo ocurrido después de la batalla.
César había matado a tres de los más importantes seguidores de Tahiel, y el supervisor y yo habíamos logrado cansar considerablemente a Bastián, sin él e Ilhan, Tahiel perdió más de la mitad de su fuerza. Aprovechándose de eso, Simona Aboulker, la antigua líder de REVENISH y la mujer que quería matarme, decidió que era momento de huir, ya que, con Jano protegiéndola, Tahiel, Frank y el resto de sus seguidores que no eran muchos más, no podían hacer nada para detenerla.
Luego de salir de la mansión, ese par despertó al supervisor y buscó con él a sobrevivientes entre los cientos de cadáveres, pero solo nos lograron salvar a Camila, Alan, Sasha y a mí. Luego de que curaron nuestras heridas más graves y llegara mamá Sandra para llevarme, Simona Aboulker y el supervisor tuvieron una larga conversación sobre el origen de REVENISH y la aparición de Tahiel en sus vidas.
Prepárate para el chismecito, porque ni yo en ese entonces me imaginaba la relación que existía entre la mujer que quería matarme y mi mamá Sandra. Verás, Simona pertenecía a una rama secundaria de la familia Aboulker, una familia adinerada ubicada en la ciudad Quitrino, y que era bien conocida por lo filántropos que eran los de la rama principal. Pues bueno, para mi muy gran sorpresa, y seguro la tuya también, la última descendiente de la rama principal de aquella familia, era la prima de Simona, Sandra Aboulker. ¡Mi mamá Sandra!
Mi mamá creció con unos padres amorosos que a su vez eran amados por toda la ciudad, todos los días recibía comida de alta calidad y dormía en una mullida cama sin ninguna preocupación, y en general fue tratada preciosamente, ignorando el verdadero origen de la riqueza que ella y sus padres gozaban. Los Aboulker eran comerciantes, la mitad de las ganancias de los comercios legales era el dinero que la rama principal donaba por aquí y por allá, pero la rama secundaria se encargaba de comerciar con cosas ilegales, en su mayoría personas, y esa era la principal fuente de ingresos de la rama principal.
Entonces, la rama secundaria era la encargada de todos los trabajos sucios, era por esto que sus miembros estaban divididos entre quienes mantenían una lealtad firme hacia la rama principal y estaban orgullosos de hacer cualquier cosa por ellos, y quienes estaban hartos de estar bajo la sombra de la rama principal, a quienes consideraban parásitos. Simona fue hija de unos padres que pertenecían al primer grupo, por lo que desde muy pequeña, se le enseñó que mi mamá Sandra era más valiosa e importante que ella.
Sin embargo, Simona tenía pensamientos más afines al segundo grupo de la rama secundaria, así que la sensación de injusticia de no recibir el mismo trato que mi mamá pese a trabajar y esforzarse más, sumado a los celos que sentía de que sus padres parecían amar y preocuparse más por mamá Sandra que por ella que era su hija, y ser constantemente obligada a tratarla con respeto y fingir ser una buena prima y amiga, hizo que Simona creciera odiando muchísimo a mi mamá, y lo que más rabia le daba, era la ignorante inocencia en la que vivía mi mamá y la forma en que veía el mundo, ya que ella desconocía por completo los trabajos que hacían los de la segunda rama, que permitían que ella pudiera gozar de sus comodidades.
Durante la primavera de sus 8 años, mamá Sandra descubrió mientras jugaba con Simona que podía controlar el viento al elevar un papalote luego de mil intentos, y el odio de Simona hacia ella se incrementó, «¿Por qué Sandra obtiene todo sin esforzarse?», pensó al encontrar injusto que alguien que ya lo tenía todo, siguiera recibiendo más del mundo, el mismo que la había orillado desde niña a aprender a usar armas de fuego y defensa personal porque si mi mamá corría peligro, Simona debía actuar como un buen escudo humano. Aunque, un año después, Simona descubrió que ella también tenía un poder.
El padre de mamá Sandra siempre le decía a Simona que cuando ella estaba presente, él se sentía más fuerte y con más energía, uno podría pensar que eran las amables palabras de un tío cariñoso, pero la realidad era que sus palabras estaban llenas de verdad. Simona podía mejorar la fuerza, velocidad, concentración y varios atributos más con su sola presencia, por ello, cuando su poder fue descubierto, fue obligada por sus padres a ayudar a incrementar el poder de mamá Sandra.
Y entonces Simona pensó que el mundo no estaba interesado en ella, porque incluso el poder con el que había nacido, era para ayudar a mi mamá, siempre era mamá Sandra. Odiaba eso, se sentía ignorada y poco valorada por el mundo, pero poco a poco comenzó a rendirse y a aceptar su situación como algo inevitable, pero aun así, sus sentimientos embotellados estaban destinados a explotar, y quizás debieron explotar antes de lo que lo hicieron, pero ella resistió por más tiempo gracias a una cafetería.