La eternidad en un mar de estrellas.

Cap. 36: ¿Estás insatisfecho con este destino?

Yo lo desconocía completamente, pero parece que, en realidad, Jano sentía un poco de temor cuando se enfrentaba a mí. Cuando comenzamos los entrenamientos con ropa-armadura cubriéndome, múltiples veces salí volando por los aires al ser alcanzado por alguno de los rayos que hacía llover Jano, sin embargo, siempre me levantaba de inmediato hasta estar lo suficientemente cerca de él como para tratar de soltarle un golpe, aunque como te imaginarás, Jano me aplicaba alguna llave y me ponía contra el suelo.

Siendo tan bueno en combate cuerpo a cuerpo, así como en combate a larga distancia, ¿por qué un sujeto tan asombroso como Jano tendría miedo de un niño como yo? Mientras él me veía cuando entrenábamos, recordó a todos los tipos que apreció, y a todos los tipos a los que odió, era consciente de que todos ellos son pedacitos que ahora lo conforman, y yo, su discípulo, igual me convertiría en una parte de él.

Durante muchos años, su solo nombre ha causado miedo en las personas, y les brinda protección a otras, hay demasiadas expectativas con las que debe cargar, y éstas siguen creciendo con los años, pero al recibirlas por tanto tiempo, su cuerpo comenzó a volverse pesado, aunque, en palabras de él, esa pesadez es la que te mantiene firme cuando temes cubrirte del fuego, te ata al suelo y no te deja escapar.

Paso a paso, con discreción, yo iba mejorándome a mí mismo. Caí un montón de veces, pero siempre regresaba con una nueva capa cubriéndome, más gruesa que la anterior. Fue conmigo, que Jano pensó por primera vez que perdería contra alguien, pero, cuando se preguntaba qué pasaría si le quitaban su título de invencible, se llenó de temor y éste lo hizo aferrarse de nuevo a la pesadez de las expectativas con las que carga.

Yo lo había notado, así como yo iba haciéndome más fuerte, sentí cómo Jano también lo hacía, yo solía pensar que no era que se hiciera más fuerte, sino que iba mostrándome de poco a poco su fuerza, pero ahora sé que él se obligó a hacerse mejor para no ser derrotado por mí. Eso me hace sentir conmovido de alguna forma, y también me hace admirarlo más, es decir, realmente es un monstruo, actualmente tiene 50 años y sigue siendo la persona más peligrosa en el campo de batalla, es increíble que pueda seguir peleando de forma tan bestial.

No hace mucho, me confesó sentir nostalgia al percatarse de que los que peleaban a su lado fueron desapareciendo, primero uno, luego otro… dijo que lo único que le queda es un cuerpo envejecido y un montón de pesadas expectativas, y él sabe que dichas expectativas no son creadas para maldecirlo, pero hay noches en las que se siente inmovilizado por éstas.

Vale, hermosas reflexiones, lo sé, pero hay que seguir con la historia.

(Universo 2, E10, 71 años desde el nacimiento de los hijos de Junuem)

En el otoño de mis 23 años, Sasha y Alan regresaron a casa del supervisor luego de haber salido por 2 meses a realizar investigaciones sobre el paradero de REVENISH, desde que la mansión Cannatela fue destruida y por ende ellos tuvieron que irse de ahí, REVENISH se había mantenido inactivo por un buen rato y ya nadie había escuchado nada de ellos.

—Nada, parece como si se los hubiera tragado la tierra —dijo Sasha luego de que todos nos reuniéramos en la sala para escuchar lo que habían averiguado.

—Muchos piensan que los miembros de REVENISH murieron el día en que la mansión azul fue destruida —explicó Alan—, hubo algunos que se adjudicaron esa hazaña, pero de los que supimos y fuimos a comprobar, ninguno de ellos lo hizo.

—Poco a poco, aquellos que utilizaban el nombre de REVENISH para hacer vandalismo, están cayendo —continuó mi primo—, no tienen a nadie que los respalde, porque saben que, si algo les pasa, REVENISH no va a aparecer.

—Bien podríamos dejar esto por la paz y olvidarnos de Tahiel —dijo mamá Sandra.

Yo negué con la cabeza—. No puedo estar tranquilo hasta no saber qué pasó con Eider.

—Yo tampoco descansaré hasta no hablar con Miriam —agregó el supervisor.

Esa noche, estuvimos conversando hasta que se hizo tarde, y el supervisor insistió en que mamá Sandra y yo pasáramos la noche ahí, al final aceptamos la oferta, mamá se quedó en la habitación de Camila, y yo en la de Sasha y Yanis, lamentablemente en la misma cama que mi primo, puesto que no había suficientes cobijas como para que yo durmiera en el suelo o en el sillón de la sala. Al llegar la madrugada me levanté para ir al baño, y en mi camino de regreso, escuché levemente las voces de Yanis y Camila afuera de la casa, así que me asomé sigilosamente por la ventana y entonces los vi, sentados en el pasto, uno al lado del otro mirando hacia el cielo.

—Soy patético, ¿no lo crees? —soltó Yanis entre un suspiro—. Dependí tanto de la existencia de Yannel, que ahora que ya no está más aquí, vivo una vida sin sentido.

—Tienes razón, eres patético —, hizo una media sonrisa y se encogió de hombros—, pero, así es como es un ser humano.

Yanis sonrió, aunque a Camila le dio la impresión de que él parecía querer llorar—. Eres honesta y directa, de alguna forma haces que me vea aún más miserable.

—… Yo quiero hacerte muy feliz… Yanis, te amo.

Él y yo abrimos los ojos sorprendidos.

—Hey, ¿qué expresión es esa? —Camila rio levemente.



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En el texto hay: muertes, viajes en el tiempo, super poderes

Editado: 29.10.2023

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