(Universo 2, E10, 75 años desde el nacimiento de los hijos de Junuem)
Más de un año atrás, Tahiel despertó en la dura cama de una pequeña y oscura habitación dentro de un monasterio, cuando se levantó y salió de ahí para ver si veía a alguien conocido, se topó de frente con unas escaleras que conducían al sótano, luego de bajar todos los escalones, tocó la única puerta que había ahí abajo y escuchó una voz de mujer responder al otro lado.
—¿Monje Duane?
Tahiel no respondió.
—¿Señorita Bowie?
—¿Conoces a Arley? —preguntó aliviado.
—¿Quién es usted?
—¿Y quién eres tú?
—… Ya veo, usted es el señor Roger, ¿cierto?
—Así es.
—Mi nombre es Leyre. No se preocupe por mí y vaya con la señorita Bowie, ella debe encontrarse en el jardín del monasterio, ella solo estaba esperando a que usted despertara para marcharse de aquí.
—Leyre —dijo en voz baja cuando recordó a Eider hablarle de ella—… con que tú eres Leyre. Arley y yo veremos la forma de sacarte de aquí, Eider dijo que te rehusaste, pero...
—Señor Tahiel, ya se lo dije a la señorita Bowie, no importa cuán fuerte sean, la fuerza del poder del monje Duane es capaz de acabar fácilmente con ustedes… él no les hará nada si no se meten conmigo, así que solo reciban gustosos su generosidad y luego váyanse, olvídense de mí… de todas formas ya no tengo nada por lo que anhelar el exterior.
Tahiel frunció el ceño—. ¿Nada? ¿Y qué hay de Eider?
—… ¿No sabe lo que pasó con Eider?
—… No… ¿qué pasó?
—Es mejor que no lo sepa, no ahora, no por mí. Le ruego que por favor se vaya.
—Bien…
Cuando Tahiel subió las escaleras, caminó por el pasillo hasta que encontró una salida que lo llevó directamente hacia el jardín, ahí vio a su amiga sentada en una mesa mientras miraba la lejanía con una expresión sombría, Tahiel notó cuando se acercaba que Arley tenía los ojos hinchados, como si hubiera estado llorando día y noche.
—Hola —saludó, llamando su atención.
Arley se giró para verlo, aunque apartó la vista de sus ojos casi de inmediato—. Así que ya despertaste.
—¿Por qué estamos aquí? ¿Dónde están los demás?
—Regresemos al hotel, ahí te lo explico.
—No podemos, Leyre…
—Leyre no vendrá con nosotros —interrumpió—. Casper y yo tratamos de convencerla durante los tres días que estuviste dormido, pero no lo logramos.
— ¿Tres días? —preguntó sorprendido—. ¿Cómo es que dormí durante tanto tiempo?
Ella se levantó de su silla—. Como sea, es mejor que nos vayamos rápido.
—Pero…
—Vámonos, Tahiel. Por favor.
—… Está bien —aceptó cuando notó el cansancio en los ojos de ella.
Cuando llegaron al hotel en el que se habían estado quedando siempre que iban a la ciudad Thanato, Tahiel vio con sorpresa que la habitación en la que se encontraban Miriam, Vanesa y la señora Nayla se hallaba vacía. Arley le explicó que «ellas», sin mencionar el hecho de que Miriam no estaba incluida en «ellas», habían regresado a Kleidi luego de que Casper fuera a verlas para explicarles la situación.
—¿Ahora sí podrás decirme dónde están los demás? —le preguntó Tahiel luego de los dos se sentaran en un sillón.
—Antes de eso, prométeme por lo más sagrado que tienes, prométemelo por Miriam y Vanesa, que mantendrás la calma y no te acercarás de nuevo a ese monasterio, ni mucho menos al monje Duane
—¿Conociste a ese monje?
—¡Prométemelo, Tahiel!
—… Ya, lo prometo —dijo haciendo un mohín.
—Bien. Primero hablemos de la batalla que tuvimos contra Guilmer. Frank fue alejado de nosotros por una chica, él usó todo su poder contra ella, creó con sus sombras un lobo gigante, jamás había visto que hiciera uno de semejante tamaño, en serio dio todo de sí...
Tahiel arrugó las cejas cuando vio los ojos de Arley humedecerse—. ¿Está muerto?
Ella asintió—. Algunos monjes fueron enviados por el monje Duane a la zona donde pelearon para deshacerse de los cuerpos que quedaron, uno de ellos nos dijo que habían encontrado un bulto de tierra con flores encima, lo más probable es que la chica que peleó contra Frank fue quien lo enterró.
—¿Y qué pasó con ustedes? ¿Por qué Casper, Eider y Robin no estaban con nosotros en el monasterio? Y ahora que lo pienso, ¿dónde está Bas? —inquirió asustado.
Ella agachó la cabeza—. Eso… primero... sobre Casper, Eider y Robin...
Momentos antes de la batalla, el monje Duane entró al sótano en el que se hallaba Leyre cuando pensó que ella se había marchado junto con Eider, entonces vio que ella no lo había hecho, tuvieron su conmovedor abrazo lleno de lágrimas, y las cosas debieron terminar ahí, pero ese no fue el caso.