—Nos estamos muriendo—, les decía Miguel, a sus compañeros de la fábrica, después de enterarse de que ya había cinco muertos por la epidemia del covid-19 dentro de la planta.
—No vamos hacer nada— grito, conmovido. todos lo miraban como a un loco, no sabían si bromeaba o hablaba enserio.
Ahora, a pesar de que Miguel nunca era muy sociable, sabia que las cosas no estaban bien y tampoco era un luchador social, ni luchaba por mejoras laborales, ni le gustaba la política, solo que ahora sintió tristeza por sus compañeros muertos; era mucha su preocupación , sabia que podría haber sido él. Y ahora, tambien, detestaba el cinismo de sus patrones,—se decía —como era posible querer culpablilizar a los obreros de sus mismas muertes— por que afirmaban—Se murieron por que se confiaron. —
La gerencia de la planta les había dicho en una reunión, donde hablaron sobre la muerte de sus compañeros, que murieron a causa del covid. —Dijeron,—Se murieron por que se confiaron y no siguieron las reglas que nosotros les dábamos.