"Nota de autor": Este libro es una primera versión. Actualmente he revisado, ampliado y corregido esta historia para autopublicarla en físico y digital en Amazon y Kindle Unlimited como (Oscuros Secretos I. La Familia Dark)".
Al otro lado del pueblo montañoso de Necrolis, zona que jamás había frecuentado, encontrabas una nueva cuesta, una nueva carretera con pendiente y curvas constantes. Tenía su origen cerca del instituto, y cerca de mi futura universidad, y subía serpenteante rodeada de mansiones de ricos, como en la montaña de los Dark. A los pocos minutos pasamos cerca del gran cementerio de Necrolis, y poco después alcanzamos el asilo psiquiátrico.
La puerta metálica que daba acceso al lugar era parecida a la de la mansión Dark, aunque los muros que la rodeaban eran más altos y rodeados con alambre de espino. Cuando el abuelo Abraham tocó el pequeño timbre con su viejo coche la puerta se abrió y entramos en un hermoso campo de flores y árboles que rodeaban una gran casa de ladrillo blanco. Al sud se encontraban extensos jardines con balcones que acababan cerca de un barranco desde el que podías ver el mar y el puerto de Necrolis, allá en la parte más baja de la ciudad. El abuelo frenó el coche cerca de la gran puerta.
─ Hablaré con su enfermera ─ dijo ─. Mientras, podríais buscarle en los jardines.
─ Así lo haremos abuelo ─ respondió Quinn.
Los jardines estaban repletos de gente, con el uniforme blanco de los pacientes y negro de los cuidadores contrastando entre los colores de la naturaleza del lugar.
─ Esto es demasiado grande ─ dijo Quinn ─. Así que nos separaremos para buscarle.
─ ¿Cómo? ─ pregunté entrando en pánico ─. ¿Separarnos aquí? ¿No es peligroso? ¿Y cómo voy a saber lo que busco?
<<¿Qué clase de personas residen aquí?>>.
─ Jeremy es alto, guapo, con el pelo castaño hasta los hombros, nariz un tanto larga, ojos verdes. Tendrá un año o dos más que tú. No hay muchos como él por aquí.
─ De acuerdo…
<<Supongo>>.
Quinn ya se había marchado, así que decidí ir en dirección contraria y acercarme a los balcones y a los jardines colgantes. Me senté en un banco pintado de azul relámpago y empecé a buscar con la mirada. Un chico regordete con gafas hablaba con un árbol, tenía una conversación bastante fluida y al poco rato empezó a abrazarlo. Pero enseguida pude ver a Jeremy, o al menos alguien que encajaba perfectamente con la descripción de Quinn. Sí que era guapo, y alto. Vestía de blanco rodeado de flores de todos los colores y en su mano reposaba una gran mariposa, casi parecía un ángel. Me acerqué cuidadosamente a él y me quedé en el camino de tierra, justo antes de pisar las flores, a escasos metros de él.
─ Eres Jeremy, ¿verdad?
─ Hola, qué bonito día hoy, ¿no crees? ─ respondió a lo que me quedé un tanto descolocada y pensando. <<¿Cómo puede este ser de luz formar parte de la familia Dark?>>. Incluso la luz del Sol brillaba intenso justo encima de él, como si hubiera bajado del cielo.
─ Sí, un día precioso ─ respondí ─. Mi nombre es Sookie, Sookie White. He venido con tu hermana Quinn y tu abuelo Abraham.
─ Hola, Sookie White ─ contestó y se limitó a mirar la mariposa durante unos instantes en silencio, moviendo la cabeza de un lado a otro lentamente y sonriendo. Luego me miró a mi ─. Tú también eres bonita.
Me sonrojé como una tonta al instante.
<<¿Qué haces?>>, me dije a mi misma. <<Se está comportando como un niño, no te sonrojes>>.
─ Muchas gracias, Jeremy ─ respondí intentando fingir que no se me había acelerado el corazón ─. Hemos venido a buscarte por qué es tu día libre. O eso me han dicho.
─ ¿Ya es el día? ─ preguntó y empezó a acercarse a mí. La mariposa salió volando ─. ¿Ya ha llegado el día?
─ Em, sí… ─ se plantó justo delante de mí, alto, muy alto, y muy guapo, y con una increíble sonrisa y me cogió de las manos.
─ ¡Es el día! ¡Es el día! ─ empezó a dar saltitos en el sitio.
─ Sí, es el día ─ respondí con mi mejor sonrisa.
─ Vamos Sookie Sookie, vamos a ver a mi hermana ─ dijo bastante entusiasmado.
<<¿Sookie Sookie?>>.
Me cogió de la mano y empezó a correr dando grandes saltos con sus largas piernas. Intenté seguirle el ritmo, con las mejillas más rojas incluso que antes.
<<Pero, ¿qué me está pasando?>>. <<¿Por qué reacciono así?>>. <<No es la primera vez que te agarran de la mano, no seas estúpida>>. Estaba casi paralizada.
─ ¡Quinn! ¡Quinnie! ─ gritó Jeremy cuando vio a su hermana a lo lejos.
Cuando la alcanzó la abrazó con fuerza, aun sin soltarme la mano y entonces agarró la suya y empezó a saltar en círculos con las dos.
─ ¡Qué día más feliz! ─ exclamó.
─ Oh, no… ─ dijo Quinn ─. Hoy es Jeremy Entusiasta.
─ ¿Cómo dices? ─ pregunté ─. ¿Qué significa eso?
El abuelo Abraham salió de la gran casa blanca con la enfermera de Jeremy, y este al verlo corrió hacia él, soltándome la mano.
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Editado: 15.09.2024