La Familia Dark

Capítulo 18

"Nota de autor": "Nota de autor": Este libro es una primera versión. Actualmente he revisado, ampliado y corregido esta historia para autopublicarla en físico y digital en Amazon y Kindle Unlimited como (Oscuros Secretos I. La Familia Dark)". También pueden encontrar más de mi universo en mi primer libro de fantasía juvenil-adulto "Olivia del Eterno Otoño". Muchas gracias a todos los lectores por haber llegado hasta aquí. Este es el capítulo final de "La Familia Dark".

Capítulo 18

Es curioso como un simple gesto puede cambiarte la vida por completo. Todo lo que había hecho ese día, que ahora parecía tan distante, había sido cerrar la mano con fuerza sobre el freno de mi bicicleta. Eso me había conducido a dos meses de auténtico caos, muerte y problemas. Aunque también estaba lo bueno, y sin lo bueno nos volveríamos locos. La sonrisa del travieso Michael siempre que no estaba pensando en explotar cabezas, y mi Winona… mi niña hermosa y para nada escalofriante con su muñeca nada terrorífica… Y Elliot, y la alegría que me había dado verlo salir de su tumba ese día. Nero, el gato pervertido, quedándose conmigo dispuesto a morir, aunque tenía la oportunidad de huir. Logan y sus abrazos que te aplastaban las costillas, Penélope y nuestra confusa noche en la discoteca, y la forma en la que solía mirarme. Jeremy, el Jeremy verdadero, tímido y reservado, y también cariñoso, siempre que no estuviera poseído por una personalidad asesina… Y bueno, Quinn. Quinn y su gran instinto protector, su inteligencia y su increíble fuerza. Creo que los echaría de menos…

Estaba sentada en una incómoda silla en un pasillo del hospital, esperando pacientemente. Sintiendo las heridas de mis brazos que habían empezado a sanar. Me habían sacado cerca de treinta pequeños cristales del cuerpo, y estaba segura de que todavía quedaba alguno en algún sitio. Habían sido días un tanto peculiares. Sobre todo, la parte en la que mi madre había acudido al hospital a visitarme y me había enterrado a preguntas. La tía Brigitte tuvo una conversación con ella contándole que toda la familia se había visto envuelta en un tiroteo entre unos narcotraficantes y la policía en el asilo para justificar las heridas de todos. Esa fue la versión oficial, aunque esos hechos habían ocurrido una semana atrás. Mi madre se quedó tranquila en cuanto me dieron el alta, pues mis heridas no eran las más graves ni por asomo.

Mientras esperaba sola, una de las puertas cercanas se abrió y Madame Dark apareció en una silla de ruedas conducida por Gile, junto al abuelo Abraham. Se detuvieron ante mí.

─ Sookie White ─ empezó a decir Madame Dark ─. Estoy gratamente sorprendida de todo lo que has hecho por mi familia. Es realmente una lástima que el verano acabe y tengas que dedicarle tu tiempo a la universidad, porque no nos importaría tenerte con nosotros a tiempo completo.

─ Gracias, Madame Dark, ha sido un placer pasar estos dos meses con su familia ─ le respondí sonriéndole, aunque bien era cierto que a esa mujer apenas la había visto cuatro veces contadas.

─ He hablado con tu madre, y debes saber que todos los gastos de la universidad van a correr de mi parte ─ soltó Madame Dark, y mi cara fue un auténtico poema.

<<¿Qué?>>

─ Señora, es… es demasiado ─ le respondí.

─ Soy la propietaria del banco, niña ─ contestó ─. Nada es demasiado para mí. Quizá debo recordarte que me salvaste la vida.

<<En eso tenía razón>>, pensé.

─ Y no solo le salvaste la vida a ella ─ intervino el abuelo ─. Sino a la criatura que llevaba en su interior.

─ Yo… gracias ─ me limité a contestar ─. No voy a desaprovechar vuestra ayuda.

Madame Dark hizo un gesto a Gile para empezar a avanzar.

─ Espero verte en la próxima cena familiar, niña ─ dijo ya marchándose. Gile me asintió con la cabeza.

Se marcharon y volví a quedarme sola en el largo pasillo blanco. Hasta que la puerta volvió a abrirse y Quinn salió de la sala con una bata de hospital que se había molestado en tintar de negro y agujerear para adecuarla a su estilo. Usaba una muleta para desplazarse, aunque se suponía que no debía moverse demasiado, teniendo en cuenta sus siete costillas rotas.

─ ¿No vas a entrar? ─ me preguntó.

─ Oh, yo no sé si sería lo más adecuado ─ dije ─. Es un asunto familiar.

─ Déjate de tonterías, niña estúpida ─ contestó Quinn y casi pude atisbar un rubor en sus mejillas ─. Tu ya eres mi hermana.

<<¿Se estaría sonrojando la peligrosa y mortífera Quinn Dark?>>

Me dio un vuelco el corazón, justo antes de empezar a llenarse de calor. No pude evitar empezar a llorar. Las lágrimas simplemente brotaron de mis ojos irremediablemente. Me levanté bruscamente y la abracé con fuerza. Quinn soltó un quejido pues le estaba apretando en las costillas.

─ Ups, lo siento ─ le dije soltándola y mirando que todo estuviera bien.

─ Venga, ven a conocer a Lily ─ me dijo después de poner los ojos en blanco.

La seguí hasta el interior de la estancia y caminé hasta colocarme con Quinn ante la cuna de Lily, la séptima hermana Dark. Una hermosa niña de ojos verdes con el cabello anaranjado que nos miraba a todos con curiosidad. A mi izquierda Michael, con un parche negro cubriéndole el ojo ciego, sujetaba a Nero. El gato me guiñó el dorado ojo ante de volver a centrar su atención en su hermanita. A su lado estaba Logan con una bata de hospital sonriendo emocionado. Penélope había hecho un gran trabajo en el hotel con su fea herida y se estaba recuperando favorablemente. A mi derecha, Winona me tendió la mano y a su lado Penélope me dedicó una de sus mejores sonrisas. En las manos de Penélope, junto a la barandilla de la cuna acristalada, asomaba la mano de Elliot a la que parecía haberle crecido de nuevo la muñeca y parte del radio y el cúbito. Quizá en unos días tendríamos un codo. Eso nos había dado esperanzas a todos de recuperar a Elliot. En frente, cerca de la cabeza de Lily, estaba Jeremy, quien no había dejado de mirarme desde que había entrado. Me dedicó una sonrisa entristecida, y lo que parecía ser una disculpa sin mediar palabras. Todavía no sabía que pensar de él, al fin y al cabo, había intentado matarme, aunque no fuera él del todo. Por lo visto, según me contó Penélope posteriormente, Jeremy regresaría voluntariamente al asilo para empezar un programa de ayuda para aprender a controlar todo lo que requería control en él. Quizá no lo vería en un tiempo.




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