Nicolle Orellana.
Christopher y Gabrielle llegaron a nuestra mesa agarrados de manos, eso solo podía significar una cosa.
—Chicos, Chris y yo somos oficialmente novios. —confesó la morena mostrándonos sus dedos entrelazados, acto seguido pegué un grito y los abrace, estaba muy feliz por ellos.
—Me siento muy feliz de verlos al fin juntos, espero que su amor sea duradero, les deseo todo lo mejor.
— Gracias Niki, te quiero mucho.
—Gracias por tus buenos deseos Nicolle, así será.
Oriana y Anthony también los felicitaron, mientras la parejita se reincorporaba, noté que Axel estaba muy entretenido hablando con Ori, al parecer le cayo muy bien la rubia, y podía comprender ya que con Axel era tan fácil entablar una conversación, el chico era muy social.
Mientras hablábamos de como Chris confeso su amor, empecé a sentirme un poco mareada, sabía que era por beber alcohol, así que decidí caminar un poco para que me se me pasara el mareo, era peor quedarme sentada, le pedí la cámara a Anthony que por cierto se encontraba muy entretenido hablando con una chica que ni sé de donde salió, tomé la cámara y me dispuse a volver a la terraza de arriba, quería aprovechar la vista nocturna para tomar más fotografías, pero antes de eso miré hacia la mesa donde se encontraba Wayne con Vanessa, pero no estaban ninguno de los dos, sentí una punzada en el estómago, y mi mente empezó a crear una novela, lo más probable era que habían salido del Club a hacer quien sabe que cosas asquerosas, sacudí la cabeza para alejar los malos pensamientos y subí rápidamente a la terraza, no había muchas personas, el ambiente era agradable, la música que colocaban era un poco más suave y agradable.
Me acerqué a la baranda que daba había el mar, cerré los ojos por un momento y me dispuse a disfrutar de la brisa, de la música, del ambiente, despejé mi mente y me olvide por un momento de todo.
Luego de unos minutos comencé a tomar muchas fotos del lugar, primero empecé con la barra de bebidas en la cual habían muchas clases de licores vinos, el barman me colaboró enseñándome algunas botellas habían unas que llevaban más de un siglo, otras solo décadas, en fin, me pareció interesante saber un poco de licores.
Luego tomé algunas fotografías a las parejas que disfrutaban de sus exquisitos licores, no sin antes pedirles permiso para hacerlo, afortunadamente todos estaban de buen humor y logré capturar buenas tomas.
Después fui a una piscina la cual no había visto esta tarde quizás porque se encontraba del otro lado que no exploré, me impresionó ver el juego de luces que había dentro de ella, pero lo más extraño era que no había nadie adentro.
¿Por que no había traído bañador? era la oportunidad perfecta para disfrutar de una piscina solo para mi.
Caminé un poco más allá de la piscina, el lugar aún era extenso y la curiosidad me invadía, así que decidí ser "Dora la exploradora" solo por esa noche, a medida que avanzaba la música ni los murmullos de la gente se escuchaban, llegué a un lugar donde había muy poca iluminación, quizás era una zona "prohibida para el público" pero algo llamó mi atención así que avancé, al llegar a dicho lugar alcé la mirada al cielo, era impresionante ver como se podían apreciar las estrellas en la oscuridad, sentí que podía tocar el cielo con mis manos, así que tomé la cámara y capturé ese mágico momento, estaba completamente asombrada y feliz de ver tan hermoso escenario.
Decidí quedarme un rato más antes de volver con los demás, me encontraba tan concentrada viendo hacia el cielo que no me di cuenta en que momento alguien se colocó a mi lado, acto seguido habló.
—¿Sabías que la estrella más brillante en todo el firmamento se llama Sirio?
Abrí los ojos como plato al saber perfectamente a quien le pertenecía esa melodiosa voz, mi corazón se aceleró con tan solo escucharlo, voltee y ahí estaba él, tenía sus manos metidas en los bolsillos de su cazadora y también observaba el cielo, mis mejillas empezaron a sonrojarse al detallar su hermoso rostro bajo la luz, su cabello negro estaba un poco desordenado lo cual lo hacía ver como un chico rudo, su nariz perfecta se notaba aún más ¿se habrá hecho alguna cirugía? Ni hablar de sus rosados y dulces labios los cuales humedecía y mordía sutilmente, ¡Joder me estaba tentando!
Una sonrisa salió de sus labios, ¡lo sabía! lo hizo a propósito, acto seguido me miró y mi corazón dio un brinco, ¡controlate Nicolle! sin articular palabra se colocó detrás de mí, tomó mi mano derecha y con mi dedo apuntó hacia la estrella antes mencionada, mi espalda tocaba su pecho, podía sentir su muy trabajado abdomen, su delicioso aroma inundaba mis fosas nasales, en ese instante mi mente quedó en blanco, mi respiración se detuvo, mi ritmo cardíaco empezó a aumentar y por ese instante me sentí feliz de tenerlo tan cerca, como si el mundo se hubiese detenido, el momento parecía mágico, solo éramos él y yo apreciando las estrellas.