La Fantasía de Elena

Capítulo V

V

Huésped

Íbamos camino a mi departamento, no hablamos durante el trayecto, el episodio con Alex me desconcertó y sumió en la tristeza, no entendí su reacción, ¿es que acaso ya no le importaba lo que yo sentía? Intenté sacar ese sentimiento que presionaba mi pecho, no quería explotar en llanto delante de su mejor amigo, por lo que no puse atención al camino. Roberto había mencionado algo, pero no entendí lo que dijo, solo asentí para no poner en evidencia mi distracción, cuando paró el auto repentinamente.

- Cómo lo aguantas, ¿¿no te deja ni siquiera un rato?? – no comprendí su repentina pregunta. -  Martín lleva quince minutos siguiéndonos, ¿¿es que no te aburre?? – Agregó al ver mi cara de desconcierto.

- ¿Martín? Siguiéndome – dije sorprendida – No. Recuerda que vivimos juntos, debe realizar el mismo trayecto…. – Le dije con voz tranquila.

-Elena… ¿En qué mundo estás? – Puso los ojos en blanco – Por si no te das cuenta ni siquiera estamos en tu departamento, ¡boba! - Me dijo en tono burlón casi riendo.

-¡¡Qué!! ¿¿Y adónde vamos entonces??

- Hace un rato, te dije que pasaríamos por mi casa a recoger unas cosas que necesito, porque está al paso y así no tener que volver luego… ¿No te acuerdas? - Preguntó a punto de echarse a reír por la expresión de desconcierto de mi rostro.

- ¡Ah! Claro, lo siento es… Que… Estoy muy cansada.

- Ya veo – Me contestó con esa sonrisa, sabe que no es solamente eso – no te preocupes en unos momentos estarás en tu casa.

-No te preocupes, haz lo que tengas que hacer tranquilo. – reprimí un bostezo, pero él lo noto.

- ¿No quieres pasar a tomar un café mientras recojo mis cosas?, no te ofrezco un trago porque ya hemos bebido bastante, aunque si quieres beber más, te acompaño con un café. Pero tienes que subir, alguien tan guapa no se puede quedar en la calle sola a estas horas, ni siquiera en el auto, sería peligroso.

- ¿Un café? No me vendría mal – sonreí.

- Vamos entonces, pero… tú lo preparas, ¡¡te queda mucho mejor que a mí!!

- Está bien – Puse los ojos en blanco y mi voz sonó resignada.

Mi relación con Roberto era extraña, a menudo discutíamos mucho, pero eran discusiones agradables, solíamos conversar bastante, éramos muy parecidos en algunas cosas. Siempre me hacía bromas, había tomado esta postura de no tomar nada en serio desde lo de Anya.

Yo nunca he sido de muchos amigos. Antes de Alex, Martín era mi amigo por excelencia, todo lo hacía con él. Y a estas alturas, después de la muerte de Anya, la relación con Alex me había absorbido a tal punto que únicamente quería pasar tiempo con él, pero como ya no era tan buena como antes, discutíamos a menudo y le molestaba que me relacionara tanto con sus compañeros, en especial con su amigo.

Martín, por su parte, estaba muy raro, la sensación de que escondía algo a veces se hacía tan fuerte que me incomodaba.

Roberto me animaba a tratar de solucionar mis problemas con Alex, pero cada vez era más difícil….

- ¿¿Cómo están las cosas con Alex??

- Dime tú, ya lo viste en la recepción. – Se quedó callado mirándome, como esperando a que continuara.

- Mmmm… hay cosas que ya no tolero, intento que no me afecte, pero no puedo hacer vista gorda. Hoy esperaba que fuese algo diferente, teníamos pensado pasar la noche fuera, pero ya viste… a veces siento que no significo nada para él… A demás tú sabes que siempre encuentra algo por qué molestar… y… hacerme sentir mal.

- No entiendo… tiene una gran mujer y no la valora, y… sinceramente, hoy te ves increíble, si yo fuese otro me arranco lejos contigo… no sería mala idea después de todo… - Me miró con cara de cómplice, esperando a que me volviera contra él para rebatirle o discutir como siempre, pero solo lo mire con tristeza.

- No eres el primero esta noche que me lo propone, ¿sabes? Martín me dijo algo parecido… mira el regalo que me hizo – me acerqué a Roberto para que viera más de cerca mis nuevos accesorios.

- Deben de costar una fortuna. El niñito rico sí que se las trae contigo.

- No seas tonto, es como un hermano para mí…

- Si claro…. Para ti será como un hermano, pero tú para él eres una mujer, y una muy hermosa… Vamos Elena, no pongas esa cara de incredulidad, me vas a decir que no lo has notado… te sigue donde vayas, te consiente en todo, vive pidiéndote que dejes a Alex, te regala joyas, te “pide” que te escapes con Él…

- No me pidió que me escape con él – le corté, para poder encontrar algo que rebatir en sus observaciones – me dijo que me…

- Elena, por favor, para el caso es lo mismo, te cuida como un padre celoso, pero no te quiere como hija… yo que tú, me entraría a preocupar, no me extrañaría que intentara llevarte lejos con alguna mentira…

- Basta, Roberto, Martín no es así, él no me haría daño…

- No. Tal vez no a ti directamente…

- ¿Por qué dices eso? – Le corté.

- Por nada Elena, mejor dejemos de hablar de ese indeseable…



#46819 en Novela romántica
#3896 en Detective
#1187 en Novela policíaca

En el texto hay: asesino, policias, romance

Editado: 06.08.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.