Vivir , para no arrepentirse !

Capítulo 2: La felicidad en el umbral de la muerte: Ironía de la vida

Fui tan adicta al éxito que se me olvidó construir una vida. Hoy, mientras recuerdo mi pasado, me doy cuenta de que nací en un hogar lleno de carencias. Mi padre era alcohólico y mi madre, sumisa, aguantaba siempre el maltrato de su esposo. Los momentos felices fueron pocos y siempre estuvieron condicionados a que mi padre estuviera sobrio.

Mi etapa de estudiante fue marcada por la soledad y la observación. No hacía muchos amigos, ya que en casa siempre estuve sola. Eso me ayudó a desarrollar una actitud frívola y a enfocarme en ser la mejor estudiante. La adolescencia fue un período de aislamiento y obsesión por el éxito. Me negué a tener amigos y relaciones, y me sumí en el estrés, la ansiedad y la depresión.

Pero ahora, mientras miro mi vida en retrospectiva, me doy cuenta de que prioricé mis necesidades de vanidad y éxito sobre todo lo demás. Me río y desvío mi mirada a mi teléfono celular y al recordar cómo compré un celular caro solo para demostrar mi estatus social. me siento triste al darme cuenta de que no tengo amigos ni nadie a quien llamar. Mis padres ya murieron, y sola estoy por amar el éxito y el dinero.