La fiebre rosa

LO QUE TRAJO LA LLUVIA

Yez se quedó con media palabra cuando la puerta de entrada se abrió. Linn hizo su escandalosa entrada sin el menor pudor. Detrás de ella, su novio atrapaba la sombrilla que la chica aventó y la acomodó en el pasillo tratando de no mojar demasiado el piso. 
—¿Yez? —Linn miró con suspicacia a su amiga—. ¿Qué haces aquí? ¡No me digas que aprovechaste la ausencia de los chicos…!
—¡Amiga, no sabes lo que ha pasado! —Como bólido, Yez cruzó media habitación para darle un abrazo, movimiento que utilizó como excusa para taparle la boca antes de que cometiera una de sus típicas indiscreciones—. La lluvia me atrapó saliendo de la biblioteca y Armin apareció como caído del cielo. Sólo.Eso.
Linn le devolvió una mirada de ‘no-te-creo’ y se alejó antes de que se le pasara la mano —como algunas veces ya había sucedido—, estar cerca de Yez cuando se ponía nerviosa ponía en peligro la integridad física de cualquiera, fuera dionainnir o simple mortal.
—Sus gritos se escuchan por todas las escaleras.
La siguiente en entrar fue Alle quien vestía un elegante abrigo negro, era extraño verla usar un atuendo formal y maquillada. En seguida apareció Xris, sacudiendo algunas gotas de agua de su gabardina
—No estás ayudando mucho a bajar el escándalo, Alle —detrás de ellos venían Chard y Ange, ésta última se cubría con la chamarra de su novio—, tú voz también hace eco en el pasillo. ¡Thom, ese paraguas está inundando la entrada!
—¿Se quedarán parados tapando la puerta? —la vocecita de Kat se alcanzó a escuchar.
En cuestión de segundos el apartamento cobró vida y el grupo de amigos estaba completo.
—¿Qué están haciendo todos aquí? —Yez preguntó sorprendida—. Todos tenían planes.
—Armin tiene razón al llamarte curiosa… —fue el comentario de Linn—. A pesar de haber convencido al jefe de Thom para que lo dejara salir, esta lluviecita nos arruinó la noche y decidimos que sería mejor estar en un lugar seco. No me llevo bien con el agua.
—En nuestro caso resultó que el lugar tenía una terrible gotera que se convirtió en cascada —Ange ocupó uno de los sillones mientras su novio sacaba el trapeador y ponía a limpiar a Thom—, por mucho que me encante el agua, la cena no hubiera estado bien. Mejor nos fuimos.
—Yo no tengo excusa —contestó Alle con sinceridad—, nos escapamos de la cena en casa del socio de mi padre, dudo que se den cuenta de nuestra ausencia y para cuando lo hagan, será demasiado tarde.
—Bueno nosotros… —Evré comenzó a explicar.
—¡Cómo pretenden que pase una tarde romántica con este aguacero! —gritó Kat sin dar tiempo a que su novio terminara de hablar—. Tuvimos suerte de estar en un lugar cerrado cuando todo comenzó, pero no pudimos salir hasta que la tormenta se calmó, ¡qué mal plan! Peeero…  estoy contenta de haber venido porque así todos podemos estar juntos y festejar como amigos. Es más divertido festejar con la gente a la que aprecias.
Yez no podía creer lo que estaba escuchando, las citas de sus amigas no habían sido tan perfectas como ella había pensando. Se había sentido desdichada y con tan mala suerte que jamás imaginó que una simple lluvia podía ocasionar tales desastres. En un principio ella sufrió cuando la tormenta comenzó, pero de no haber sido por ese caso fortuitto, tal vez jamás se hubiera topado con Armin y mucho menos hubiera terminado compartiendo una taza de té con él.
Sí, su confesión había sido detenida con la abrupta llegada de sus amigos, pero en lugar de sentirse frustrada, respiró aliviada. Tal vez ese no era el momento ni el lugar, al menos había descubierto que el chico la consideraba bonita.
Sonrió, definitivamente no fue pésimo día.



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En el texto hay: amor, amistad, sopresas

Editado: 15.07.2020

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