La Flor Blanca. Yaxzin

Capítulo 2: "La mujer de cabello blanco".

Está de más escribirlo, la mujer ni siquiera intentó volver a dormir, se mantuvo toda la noche abrazando sus piernas ¿Ese sería su destino? ¿Tendría que vivir atada a ese ser divino hasta sus últimos días como su bisabuela? De sólo pensarlo sus tripas se revolvían cual serpientes.

Unas horas más tarde, se había vestido, tenía el uniforme de su preparatoria, poseía una falda a cuadros negros con dulces tonos azules y un amarillo pálido, una blusa blanca fajada, un chaleco cual carbón, con el logo de su institución. Cargaba su mochila blanca en un hombro, esta se componía de un rostro de unicornio minimalista, con el cuerno en varios colores, eso estaba de moda en ese entonces.

—¡Yaxkin! —una voz conocida logró salvarla de ahogarse en el abismo de sus preocupaciones "Mi... mi nombre" pensó, era como si se le hubiera olvidado hasta su identidad, tenía tanto en el pecho… desgraciadamente jamás le contaría a alguien la situación por la que pasaba, ni a esa joven chica que corría hacia ella llena de emoción, su mejor amiga Marisol; la razón es que simplemente no lo entenderían.

Yaxkin apenas reaccionó cuando un brazo se aferró a su cuello, la pelinegra giró un poco la cabeza para encontrarse con una cara llena de pecas en tonos marrones, unos ojos imitando al cielo y el cabello corto color miel, su estructura ósea la hacía pasar por una modelo junto con la delgadez de su cuerpo.

—¡Adivina! —le retó su amiga de hebras casi doradas, esto solo provocó que el futuro sacrificio encogiera los hombros, era obvio que hablaban de un chico, aunque la pelinegra no sabía cuál de todos.

Del otro lado, se posó una pelirroja natural con cabello largo y trenzado, sus ojos eran un café claro y su piel un tono pálido ligeramente rosado, se llamaba Beatriz. La ojiverde volteó con una sonrisa con la intensión de saludarla, más ese acto fue interrumpido al ser jalada del brazo por Marisol.

—¡Eric, me habló! —gritó la rubia, fue obvio que a la más callada de las tres no le pareció que no la saludaran, más eso quedo atrás en un segundo, ya que la noticia emocionó a las adolescentes, ahora todas estaban hechas un lío, como unas hormiguitas que no sabían que camino andar.

¡Oh, pobre Yaxkin! ¡Cuánto envidiaba a su amiga! tenía la libertad de estar de novia y ella en unos días la iban a unir a un dios, con eso aboliendo su libertad. No quería ser el "sacrificio", obviamente tenía que ver con el susto que tuvo anoche, pero sobre todo es que una vez se convierta en la elegida, su vida le pertenecerá por completo al ser divino.


° ✧ ° ✧ ° ✧ ° ✧ ° ✧ ° ✧ ° ✧ ° ✧ °✧ °
No podrá tener pareja y deberá ser leal, ya que todo dios es celoso,

cada pensamiento y acción sería dedicado a él, porque todo dios es narcisista,

deberá ser humilde y dependiente, ya que todo dios es orgulloso,

deberá ser servicial y obediente, porque todo dios es egoísta.

° ✧ ° ✧ ° ✧ °
 

—¡No! —gritó emocionada la pelinegra, era mera actuación, no tenía ni idea de quién era Eric, además estaba lidiando con algo más serio, por dentro aún sus problemas estaban retorciendo su cerebro, hasta tal punto de no sentir felicidad.

Marisol asintió con la cabeza, ante el acontecimiento era incapaz de notar que su amiga no estaba bien. Sin más empezó a buscar en su celular, con enjundia les mostró los mensajes a sus amigas, quienes curiosas empezaron a leer.

Yaxkin estaba muy entretenida, entonces sintió que un oído se tapó, el ruido fino empezó a llamar su atención, como si algo bloqueara la señal de su cabeza; de pronto, sin saber el por qué, su cabeza giró para encontrarse con esos ojos negros y grandes, esa cabellera china y blanca. La extraña le sostuvo la mirada para después dedicarle una sonrisa, fueron solo cuestión de segundos cuando el camión se alejó.

Lo primero que pensó fue "Su cabello es hermoso" más solo verla le dio escalofríos en el estómago.

El día transcurrió normalmente, claro, solo con una nueva sensación, ese malestar en la boca del estómago le sacaba el aire ¿Será por esa mujer de cabello blanco? ¿Será por convertirse en "virtud familiar"? ¿Será por el terror que sintió esa noche? Por alguna razón, la de ojos verdes sintió que ese día era un principio y un fin, no sabía cómo explicarlo, ni comprenderlo y eso la asustaba.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.