La flor del destino

El adiós del comienzo

Llevamos días corriendo, peleando y retrocediendo sin parar. Según nos habían dicho si llegábamos a la montaña Wúxián Tiānkōng (cielo infinito) Estaríamos a salvo, nadie podría entrar a no ser que tuviese el sello del Alba.
Nos dirigimos a la entrada, casi habíamos llegado, nos apresuramos desesperadamente hacia adelante con mi mano en la suya, él liderando el camino.

Mientras la fuerte lluvia mojaba cada centímetro de nuestros cuerpos y los vientos helados nos hacían tambalearnos con cada paso. Los cielos cargados con oscuras y tormentosas nubes negras, que rugían llenos de ira, con truenos que hacían temblar la tierra.

—No te preocupes Yue… no dejaré que nada malo te pase… aguanta un poco más, solo un poco más y llegaremos a la entrada.

—Jin…

Miré la profunda flecha de hielo clavada en su costado, con la tela empapada en sangre, traté de reprimir las lágrimas.

—No te preocupes, esto no es nada — me aseguró sabiendo en que estaba pensando — ¿Cómo está tu herida?

—Mejor que las tuyas, así que deja de fingir que estás bien, Jin si sigues así…

—Después nos preocuparemos de ello, llevamos días siendo lastimados continuamente ¿Acaso no seguimos vivos?

—En eso tienes razón, pero…

Susurré con preocupación mientras examinaba con la vista nuestros maltrechos y amoratados cuerpos, con ropa llena de rastros de sangre seca, en tal estado que estaba echa girones y cubierta de polvo.

Corríamos gran peligro, había al menos una treintena de dioses inmortales que nos seguían la pista, acechándonos y atacándonos constantemente, deseoso de acabar con nosotros para ganarse el favor del consejo celeste.

Los inmortales que escriben el destino de los demás inmortales, aquellos dioses que son más poderosos que el mismo emperador celestial, aquellos que están por encima del noveno cielo. Los soberanos de todo cuanto existe.

—¿Vais a alguna parte? — dijo Xiu Qing con voz fría.

Alcé la vista para encontrarme con mi hermana mayor de pie en el pico de la montaña. Ella nos observaba con ojos afilados, desprendiendo una intención cruel y despiadada.

—¡¿Nos cierra el paso Xiu Qing?! — dije con un claro deje de amenaza.

—Vaya, a la emperatriz de la luna por fin le han crecido los colmillos —se burló cínicamente de mi — que feroz.

—¡Será mejor que nos dejes pasar, inmortal del viento!

Xu Jin me cerró el paso con un brazo delante de mí cuando entendió que quería dar un paso al frente.

—Me temo que no puedo hacerlo. Deidad del fuego, ohh casi lo olvido ¡Ya no lo eres! — se burló con malicia.

De forma arrogante y despectiva se puso en pie, con una sonrisa venenosa en los labios.

—Quien hubiera adivinado que acabarías siendo cazado por los mismos inmortales que juraste defender, Xu Jin.

Xiu Qing miró de arriba a bajo a Xu Jin y se rió.

—Que trágico final para el gran general de los cielos.

—¡Apártate!

—¡Como ya he dicho no puedo hacerlo!

—¡Entonces no me culpes por ser descortés! —amenazó Xu Jin.

—¡¿Te atreves a ser arrogante estando a las puertas de la muerte?!

—¿Yo, morir a manos de un punado de insectos? ¡Sigue sonando!

—¡Cómo si pudieses contraatacar!

Hizo un gesto con el brazo alzado y en un instante estuvimos rodeados por toda clase de inmortales a los que antes considerábamos amigos, familia, aliados, compatriotas… ahora, todos eran nuestros enemigos jurados y querían nuestra muerte.

—¡Jin, a mí espalda! — grité adoptando una pose defensiva.

—No me esperaba que nos traicionaran todos, al menos no a la vez — dijo una vez que estuvimos espalda contra espalda.

—Ninguno podría haberlo predicho en aquel entonces. Aunque a estas alturas poco importa ¡No bajes la guardia!

—Tu tampoco, si te lastimas no te lo perdonaré.

—Vaya, vaya, volvemos a encontrarnos emperatriz de la luna.

—Mo Yun Da Gē¹

Sentí como todo mi cuerpo se tensaba solo al verle. Mo Yun no era un alto inmortal con el que uno quisiese toparse, era además demasiado inflexible y frio cuando se trataba del deber, de cumplir las leyes celestiales, no era alguien que se apega a los sentimientos o favoritismos y eso precisamente, era lo que lo hacía aterrador. Para para él mi desobediencia hacia los cielos y el ser una deidad caída eran una vergüenza, algo, que él personalmente debía purgar.

—El mismo, te pido por última vez que reconsideres esta locura Yue, no quiero tener que levantar mi espada contra ti. Esto no tiene nada que ver contigo, entrega al fugitivo y puedo perdonar tu vida esta vez.

—Yo también te lo pido hermana, esto no tiene porqué acabar así. Por favor Yue… — mi cuarto hermano menor salió al paso con cara preocupada.

—¿Wu di²... tu también has venido? — sentí un tirón en el corazón al ver su joven rostro frente a mi.

San Jie³... ha pasado mucho tiempo desde la ultima vez que te vi.

—Xiao Long... creí que tu me entendías...— dije con reclamo.

Me miró seriamente, apretando los puños hasta que sus verdes venas de jades se reflejaron en sus blancas manos.

—Precisamente porque te entiendo mejor que nadie he venido a detenerte, entiéndelo si sigues aferrándote a este camino no nos dejas otra alternativa más que ser enemigos, todavía estás a tiempo de abandonar el camino de los 19 pasos del abismo, aún puedes volver a ascender… Y entonces…

—¿Ascender? ¿A dónde? — me reí entre dientes, dándole una mirada fría — ¿A los cielos? ¡Deja de soñar! Los rencores entre los cielos y yo… — dije con rabia, apretando los puños hasta que se me marcaron las venas de verde jade a través de mi pálida piel — ¡Es irreconciliable! ¡Lo que el cielo me debe, me aseguraré de cobrarlo con sangre!

—¡Maldita mujer demonio! — gritó el inmortal del agua.

—¡Xu Jin, en nombre de nuestra vieja amistad yo también te pido que lo reconsideres y te entregues voluntariamente! ¡Actuando de esta manera, la estas enviando hacia la muerte, es absurdo!



#1410 en Fantasía
#254 en Magia

En el texto hay: drama, cultivating immortals, xianxia

Editado: 01.05.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.