La Flor del Fango.

15.- No Digas Nada.

Es Fernando me mira y me abraza y yo sigo llorando en sus brazos, -¿Quién te hizo esto? -, me pregunta.

-Nadie, yo sola me caí -, le respondo alejandome de él.

-No te creo Maura, ¡¡Tienes roto el maldito labio!! -, me dice.

-No grites por favor, no digas nada -, le suplicó.

-Dime ¿Qué paso? -, me pregunta serio y molesto.

-Nada, enserio solo me caí -, le digo.

Sé qué es cobarde de mí parte no decir nada pero no quiero qué Jorge me vuelva a golpear.

-Bien, creí qué me tenias confianza Maura pero ya veo que no es así -, lo dice saliendo del baño dolido y molesto.

-Perdón -, le susurro.

Comienzo a limpiarme la cara y sólo quedo un moreton en mí mejilla derecha y mí labio sólo está hinchado, salgo del baño y mí objetivo es llegar a mí habitación sin qué me vea mí padre y salgo rápido del pasillo y comienzo a correr.

Pero una voz me detiene, es mí Padre.

-Maura, ven aqui y salduda a tu Padre -.

Decido no voltear, -Maura no enojes a tú querido Padre y ven acá -, me dice un poco más fuerte.

Me doy la vuelta lentamente y la cara de sorpresa de mí Padre me asusta, se acerca a mí y me dice, -Ven a la biblioteca -.

Comienza a abrirla y entra y yo le sigo, -Sientate Maura -, me dice.

Así lo hago y él se sienta a lado mío y me pregunta con mirada seroa, -Sólo lo diré una vez Maura y dime la verdad ¿Qué paso? -.

-Me caí, estaba en el baño y resbale y golpee mí cara con el suelo y así quedo mí rostro, Papá -.

-¿Segura?- Dice tomando mis manos entre las suyas.

-Si Papá -, él solo asiente con la cabeza y me dice sin soltarme.

-Te creeré pero Maura sabes qué me duele verte lastimada de tú lindo rostro, jamás te lo he dicho pero mi linda Maura, sabes lo mucho qué te quiero quizá no te lo digo seguido pero sabes qué eres lo más bonito que tengo en mí vida eres la más pequeña de mis hijos y te adoro Maura, verte lastimada me duele -, lo dice tan tierno y casi llorando, -Mi Maura oye bien, sí yo llego a faltar un día, debes de ser fuerte y luchar jamás en la vida te rindas, Hija tu camino quizá no sea muy fácil pero valdrá la pena, tu hermano Fernando tiene la orden de cuidarte y tú a él -.

-Papá, no hables Así -, le digo.

-Maura dejame terminar, Me doy cuenta de cómo son tus hermanos y tú madre sólo te pido una cosa mí pequeña flor, perdonalos algún día entenderán, y perdón mi florecita sí no he sido él padre cariñoso qué merces, Te Adoro mí pequeña flor, sólo tú eres mi pequeña luz en mí oscuridad, ¿Me perdonas? -, me dice suplicante.

-Claro qué sí padre, yo no tengo nada qué perdonarte eres él mejor padre qué alguien puede tener -.

-Ven mí pequeña -, me dice y me abraza y asi nos quedamos un largo rato.

No sé el porqué dijo todo esto mí padre, fue hermoso, él jamás se muestra vulnerable y sé qué me quiere cómo yo a él.

Me separa y me dice, -Maura, Hija mía cómo sabes la fiesta del pueblo se acerca y pronto tú cumpleaños, pero quiero darte un obsequio-, -No es necesario dar un obsequio Padre -, le digo amablemente.

Él se levanta y se dirije a su escritorio saca una pequeña caja de madera y me la da, -Nada será jamás suficiente para mí pequeña flor -, me dice.

-Esta bien gracias Papá -, le digo y abro la caja pero está vacia.

Comienza a reirse, -Maura, debes de ver más haya presta atención -.

Vuelvo a mirar la caja y veo un pequeño hilo jalo de él y dentro hay una pulsera muy hermosa con el dije de una rosa y una pequeña placa que dice Maura, y una pequeña nota en el qué esta escrito un mensaje.

-Alto, Maura abrelo cuándo necesites un consejo ahora no -, toma la pulsera y la coloca en mí mano, le da un pequeño beso y me dice, - Espero te haya gustado -.

-Muchas gracias Papá -, le doy un abrazo y un beso y comienzo a llorar.

-¿Porqué lloras mí pequeña? -, me dice.

-Es qué te Quiero mucho Papá -, le digo.

-Las flores, no lloran Mi pequeña, puede haber adversidad pero las flores siempre conservan su belleza, recuerdalo siempre -.

-Si Papá -, limpio mis lágrimas y sonrio.

-Bien, no es la única sorpresa hay otra, pero esa te la dare después, ahora sal de aquí y regresa a tus actividades, tengo asunto qué arreglar mí pequeña, ahora retirate -.

-Esta bien Papá, hasta luego -.

Salgo de la biblioteca y me dirijo a mí habitación, colocó la cajita en mí mesa y me recuesto en mí cama, poco a poco me vence el sueño....

 

 

 




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