La Flor del Fango.

24.- 1 Mes Después.

Ya ha pasado un mes desde qué mi Padre ha fallecido, no ha sido fácil superarlo al menos para mí, aún lloro, pero lentamente este dolor se va convirtiendo, solo en un  recuerdo triste y nostálgico.

Por otra parte mis hermanos, al parecer lo olvidaron rápido pues actuan cómo si nada, mí madre sólo se dedica ha estar en la cocina y ha ocuparse de sus visitas.

Fernando sigue igual conmigo, pero en la casa ya no está muy seguido, se aparta y se va, sé qué todo esto le afectó y según los rumores de la hacienda, anda en mala compañía, se qué no es cierto, pues él me lo diría, son sólo eso, rumores.

Mis hermanos ahora son más crueles conmigo, me tratan Cómo a un empleado más y peor aún,  pues en menos de un mes se ha hido la mitad del personal, pues mis hermanos sólo se dedican a mandar y a no querer mover ni un músculo, y el personal decidió renunciar y hasta el momento entre ellos se pelean la herencia de mí padre, mis hermanos lo más grandes es lo único qué pelean con Jorge y mí madre, bueno, a ella parece no importarle.

Me encuentro en el patio de la hacienda, limpiandolo yo sola, cuándo un señor se acerca y me pregunta, - Niña usted ¿Vive aquí?.

-No señor, solo aquí trabajo ¿Se le ofrece algo? -, le pregunto.

-Si entregale esto a la Señora Del Monte -, adiós, dice aquel hombre y se va.

Me entregó varios sobres y por lo qué alcanzo a ver son sobres de bancos y algunas qué otras cartas con carácter de urgente, inmediatamente corro a la cocina y se lo entregó a madre, ella sólo los toma y no los habré, yo salgo de la cocina y continuó con mis labores.

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Algunas horas más tarde...

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Es la hora de la comida, pero en la casa no paran de gritarse unos a otros, sobre la herencia de mí Padre, lo extraño es qué mi madre ha intervenido.

-Basta todos -, grita madre.

-Todo esto nos corresponde a los mayores -, dice Lucrecia.

-Tu no te metas -, grita Renata.

-Largate ya la casa mantenida -, responde Lucrecia.

-Esto les corresponde a los más pequeños -, dice Ernesto.

-Callate -, le dice Lucrecia,  -¿Te refieres a la bastarda de Maura y a él idiota de Fernando?

Jorge solo se ríe y yo sólo los estoy observando pero no notan mí presencia, llega Isabell y le dice a los demas suavemente, -Bajen la voz, afuera están las personas que han venido a darle el pesame a mama, callense ya estupidos -, y madre sale de la sala y se dirije a atender a las visitas, y -Tú Maura -, me mira, -¿Que haces aquí? largate a servirle a los invitados mugrosa -.

Todos voltean a verme y se ríen, yo siento mis ojos arder, ¿Cómo tú propia familia puede humillarte tanto?, se supone qué las familias se aman y apoyan o al menos eso es lo qué dicen, abandone ese sueño desde que tengo uso de razón, mis hermanos son muy crueles y Fernando no esta, salgo de la sala y me dirijo a la cocina, sirvo limonada y me dirijo con los invitados.

Todos son unos viejos, me sonríen y yo sólo los miro con asco, me dirijo de vuelta a la cocina pues mí madre me ha dicho que aquí me quede y no vuelva a salir, cuándo llego a la cocina, me permito derramar unas lagrimas, -Te extraño papá -, digo en voz alta.

¿Quién es tan cruel para quitarte a tú Padre?....

 




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