Palabras que se esparcen por todo el lugar como si el viento se tratase, un teléfono descompuesto, que al final aquellas palabras se pudieran ser realidad.
Kouichi sentía una gran empatía por ella, a la vez que una cierta confianza que no podía explicarlo, puesto jamás había hablado de su hermano con alguien que no sea propio de la familia, siempre temían el qué dirán, cómo reaccionar ante ello, sobre todo hablar de sí mismo y sus miedo.
Al inicio es el hecho de su descendencia extranjera, pensó que quizás ella pensaría distinto a los demás, que no le juzgaría tan rápido, por otra parte era por el poco tiempo conociéndose, no quería que se alejase de él, pero si lo hacía, una parte de él se sentiría tranquilo pues esos deseos internos podrían desaparecer con la distancia y no saldría perdiendo mucho, al menos eso paso por su mente.
Kouichi no se había imaginado jamás sentir algo por una mujer que no fuera de su país, pues su mujer ideal era aquella de buenos modales, siendo la Nadeshiko de un hogar, la cual permaneciera bella y delicada pero a la vez recatada, una mujer que asintiera ante su marido y le recibiera con gran amabilidad sin deseos de pelear o conversar si algo le parece mal. Danae era todo lo contrario respecto a ello, era una mujer que aunque guardaba sus palabras no le importaba a veces hacer sentir mal al otro, aquello él lo miraba inmaduro, pero le agradaba esa sinceridad, era una mujer demasiado sensual, su forma de vestir no era vulgar pero tampoco pudoroso, se podría decir que era un poco distinto a lo que él pensaba y soñaba.
En la universidad comenzaron los murmullos, cada vez se le miraban a ellos dos juntos, Danae por su parte él era completamente su tipo, era lo que siempre había buscado en un chico, un hombre serio, responsable e inteligente, Si, la joven peruana comenzó a sentirse atraída por él al ver esas cualidades, pero no por ello iba estar en plan de ligue, a ella no le interesaba tener una relación amorosa, lo más importante eran sus estudios y por ende había venido a eso al país del sol naciente, sin una expectativa de enamorarse ni mucho menos quedarse a formar una familia.
Pero aun así las palabras no salían del uno y hacia el otro, era obvio lo que sentían ante aquellas miradas, una atracción demasiado fuerte una confianza que se iba dando entre los dos poco a poco, un acercamiento disfrazado de amistad.
Los rumores se esparcieron por toda la escuela, algunos hombres llegaron a pensar que ella realmente era una bruja y por eso se sentían atraídos por esa mujer, tanto fue el auge de dichas mentiras, que a palabras sueltas cada que le miraban, las mujeres decían “Bruja” aquello podía aturdir a cualquier persona, incluso Danae se sentía un poco angustiada pero en parte le causaba gracia, pues precisamente no creía en nada de esas cosas.
Es cierto, en su tierra natal la creencia de las brujas era presente, la superstición era el pan de cada día, tanto era así el asunto que odiaban a los gatos negros, creían que las lechuzas eran brujas disfrazadas y que el trece era un numero maldito que no debía ser mencionado nunca.
La peruana se burlaba de ello, pues aquellas llamadas brujas fueron mujeres que deseaban sobresalir en alguna de las artes del pensamiento humano, ciencia, matemáticas, biología, entre muchas ramas más, lo cual en el siglo XIX era asesinadas por el querer saber más allá de cuidar la casa y criar a sus hijos.
Ella lo sabía, esas cosas no existían, ella lo tenía presente en su mente, por mucho que su familia lo creía, ella era agnóstica en el tema, siempre hay una posibilidad de que algo sea cierto, mientras tanto solo son cuentos de otros viejos para asustar a las futuras generaciones.
Lo que le dolía a Danae era lo que decían del hermano de Kouichi, ese era su talón de aquiles, aunque nadie más que ella sabía la manera en que pensaba al respecto, ella sabía que el quería mucho a su hermano y escuchar que hablen mal de él, era algo que seguramente le dolía, no podía creer que en un país que en tecnología se decía estar más avanzado que el suyo creyeran en dichas supersticiones y señalaran a un muchacho solo para poder lastimar a los demás.